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Guarderías, academias y gimnasios se quedan sin cobrar la cuota al no poder dar el servicio

Guarderías, academias y gimnasios se quedan sin cobrar la cuota al no poder dar el servicio

Consumidores avisa de que las empresas están obligadas a ofrecer «negociación y opciones» a los usuarios de sus servicios que se pagan mes a mes

Violeta Santiago

Santander

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Viernes, 3 de abril 2020, 07:13

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Las familias que dependen de guarderías, pagan clases extraescolares, horas de gimnasio, el colegio mayor de los hijos que estudian fuera o que abonaron viajes que ya no pueden hacer siguen teniendo derechos como consumidores mientras dure el estado de alarma. Así lo ha querido garantizar el Gobierno al incluir en el Real Decreto-ley 11/2020 de 31 de marzo por el que se adoptan medidas «urgentes complementarias» para hacer frente al Covid-19. A partir de ahora, las palabras a conjugar entre empresas y clientes son «negociación y opciones», ya que en todas las relaciones 'de tracto sucesivo' (es decir, aquellas que suponen la prestación de un servicio regular a lo largo de los meses) el prestador debe dar la posibilidad al cliente de extender en el calendario las fechas en que se disfruta el servicio o bien devolverle el dinero adelantado.

Así lo explica el abogado de la asociación Unión de Consumidores de Cantabria (UCC) Enrique Solís, que ejemplifica con la cuota del gimnasio cómo tiene que ser este 'toma y daca' ahora que han cambiado las reglas del juego: «Si una persona paga mes a mes el gimnasio, a partir de ahora la empresa le tiene que dar la opción de alargar el periodo» de disfrute de las clases o las instalaciones por el tiempo no disfrutado en marzo. Si al consumidor no le conviniera este acuerdo, se puede resolver el pacto inicial de permanencia que existiera. Ahora mismo, «el gimnasio no puede girar el mes de abril e, incluso, si el usuario se lo reclamara, tendría que devolver la parte del mes de marzo que la instalación estuvo clausurada», señala el experto.

Desde el club deportivo Marisma de Santander, Joaquín Beitia (responsable de Marketing) confirma que, en su caso, es así. Con los días que el centro estuvo cerrado en marzo se prorrogarán las fechas más adelante a sus inscritos o se estudiarán las necesidades del cliente concreto, «y por supuesto, las cuotas han quedado congeladas. No se reactivarán hasta que no se reabra».

La norma también deja claros los derechos del ciudadano en el caso de los viajes que se han tenido que suspender y ya estaban pagados. Quienes reservaran por separado el hotel, el transporte o las excursiones pueden esperar que se les dé (en el plazo de 60 días) una alternativa por el mismo valor del servicio no disfrutado. Si al cliente no le interesa o no encuentra fecha en la que viajar, a partir de esos 60 días podría solicitar la devolución de la cantidad en cuestión.

Si el viaje era lo que se conoce como un combinado -que suelen ser paquetes de hotel, transporte y excursiones vendidos por agencias- la primera opción de la compañía operadora debe ser ofrecer un bono (con una duración de un año) por el mismo valor de las vacaciones suspendidas. Pero el consumidor no está obligado a aceptar este bono y «también se puede exigir el reembolso del dinero pagado», expone Solís.

Lo mismo se puede aplicar al resto de supuestos. Las guarderías a las que no se puede llevar a los niños no pueden cobrar por una atención que no dan, («no servicio, no cuota», dice gráficamente la presidenta de la asociación de guarderías de Cantabria, Rosa Angulo). Angulo afirma que el mes de marzo se cobró entero porque las facturas se pasan a primeros de mes y que ninguna familia ha reclamado el importe del medio mes que estuvieron cerradas. «Entendemos que, por responsabilidad, por solidaridad, por apoyo, llámese como se quiera, las familias lo dan perdido». Esto supone un alivio para las empresas, porque sirve para pagar los gastos de personal, agua, luz etc... en unos momentos de gran incertidumbre sobre el futuro.

Al consumidor no se le puede exigir el abono de clases de cualquier tipo que se tengan contratadas por trimestres o semestres pero que no se puedan impartir

En abril, «lógicamente, no habrá recibos a no ser que se pueda reanudar la actividad y entonces se cobraría la parte correspondiente. Hasta ese momento sobreviviremos como podamos», apunta Angulo que, además, hace un llamamiento a las Administraciones a simplificar al máximo los trámites para conseguir las ayudas que se han anunciado: «En situaciones excepcionales», la respuesta del apoyo oficial «también debería ser excepcional».

Al consumidor tampoco se le puede exigir el abono de las clases extraescolares o de cualquier otro tipo (idiomas, oposiciones...) que se tengan contratadas por trimestres o semestres pero no se puedan impartir. Algunos centros formativos de Santander acabaron marzo agarrados a la enseñanza 'on line' para no perder el mes «aunque al principio fuera un poco caos», relata Montserrat Peña, de Códice, en relación a su experiencia. Peña augura un futuro negro al sector, cuya facturación caerá en picado, entre otros motivos porque el Gobierno ha desviado enormes partidas inicialmente destinadas a formación al pago de las prestaciones de desempleo.

Residencias de estudiantes

En Cesine, todos los cursos que no eran 'en línea' se han convertido de hoy para mañana en no presenciales y esperan acabar el curso sin sobresaltos. «A nivel académico seguimos adelante sin cambios en el calendario», de modo que todo sigue en pie. Salvo la residencia para los alumnos, que está cerrada ya que todos los estudiantes se han vuelto a sus lugares de origen. Se les reservará la plaza hasta que puedan volver y, durante el tiempo que no se haga uso del servicio no habrá que pagar la cuota mensual, confirmaron desde el centro.

También en Uneatlántico se sigue prestando «todo el servicio académico. Se ha hecho la planificación docente de todas las asignaturas», que se imparte vía telemática, afirma la vicerrectora Silvia Aparicio. En su caso, la residencia de estudiantes sigue abierta, ya que la mayor parte de los usuarios son extranjeros. Los que se han ido, tienen la cuota «condonada» hasta que regresen y vuelvan a hacer uso del servicio.

Concapa denuncia que se cobra la cuota de enseñanza a los alumnos de Bachillerato de los colegios concertados

Hay una cuota mensual que sí se está cobrando en Cantabria: la de los estudiantes de Bachillerato de los colegios concertados (Bachillerato queda fuera del concierto) pese a que los centros están cerrados y hay orden del Ministerio de Educación de no adelantar materia. Así lo ha denunciado la secretaria de Concapa (Confederación Católica de Padres de Familia) en Cantabria, Carmen López Redo, que estima que debe ser el Estado quien se haga cargo de estos pagos, que están dirigidos a hacer frente al salario del profesorado de bachiller. López Redo señala que hay muchas familias, a las que se les han cerrado negocios o están sufriendo ERTE en las que no es posible pagar cuotas que pueden ascender a unos 280 euros mensuales. Según sus datos, alrededor de 442 alumnos estarían teniendo que abonar estas cantidades en Cantabria, «en un momento en que las familias no están teniendo ingresos». La portavoz censuró que los centros estén pasando los recibos diciendo que, si las familias no pagan, los profesores no cobran. «Pedimos que sea el Estado o la Administración regional quienes se hagan cargo de pagar a los que quieran cambiarse a un instituto público a terminar el curso, ya que en los públicos el profesorado es remunerado por el sistema educativo.

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