

Secciones
Servicios
Destacamos
El engranaje millonario puesto en marcha para frenar la escalada de las listas de espera en la que estaba inmersa la sanidad cántabra empieza ... a dar sus frutos, a tenor de los datos que ayer presentó el consejero de Salud, César Pascual. Bajan las demoras para ser operado, para ser visto por primera vez por un médico especialista y para acceder a una prueba diagnóstica. Y ese era el primer objetivo marcado en el plan de choque puesto en marcha el año pasado. Así que «objetivo cumplido», apuntó el consejero. En la relación de nombres pendientes de pasar por quirófano había 16.825 pacientes en el balance de fin de año, 1.580 menos que en diciembre de 2023 (-8,5%) y con menos tiempo por delante para ser atendidos, porque la demora se reduce de los 173 a 150 días.
Pero en su análisis de la situación, Pascual destacó que lo más importante es que «se confirma el cambio de tendencia» que se buscaba «después de ocho años creciendo». «Las listas de espera ya están decreciendo», pese a los picos que ha habido por el camino, como ocurrió el pasado verano, cuando a la reducción de la actividad por las vacaciones se añadió la falta de anestesistas. Aquella circunstancia obligó a suspender la actividad quirúrgica extra (las peonadas) en Valdecilla para desplazar profesionales al Hospital de Laredo, que no tenía suficientes para garantizar sus guardias al fracasar el primer intento de fichar a los residentes (MIR) recién terminados.
A los profesionales, precisamente, fue a quienes dedicó el consejero sus primeras palabras en la rueda de prensa compartida con el gerente del SCS, Luis Carretero, para agradecer «el enorme esfuerzo» realizado para afrontar el «complejo y difícil problema» de las listas de espera. Un agradecimiento que hizo extensible a los equipos directivos de todas las gerencias. Pascual hizo hincapié en que «los logros» plasmados en las diapositivas proyectadas en la sala de prensa del Gobierno, en las que ya se podía ver la curva descendente de evolución de las listas de espera, «se han conseguido a base de incrementar la actividad en centros propios», es decir, sin tener que recurrir más al apoyo privado. En este sentido, recordó que fue bajo la gestión del nuevo equipo (PP) cuando se alcanzó el acuerdo con los médicos para reactivar la actividad extraordinaria (por la tarde) y cuando se renovó el contrato para las derivaciones a centros concertados, que estaba paralizado al final de la legislatura pasada.
Con ambos problemas resueltos y un plan definido y con financiación (hasta 65 millones en tres años), el resultado es que en 2024, «cuando ha habido más entradas que nunca de pacientes en lista de espera (38.322), también se ha operado más que nunca». El balance de las cirugías programadas en la red del SCS -sin contar las que se realizan por la vía urgente- asciende a 33.077. La actividad quirúrgica extraordinaria ha supuesto un aumento del 13,78% respecto al ejercicio anterior. «Una cifra asombrosa».
Pero «no todo se ha conseguido a base de peonadas», precisó Pascual, sino que también se ha sacado mayor rendimiento a la jornada ordinaria (por las mañanas), con un 4% más de procesos quirúrgicos. Esa es la diferencia entre las 26.247 operaciones realizadas en 2023, en horario de 08.00 a 15.00 horas, y las 27.327 del año pasado. «Nunca antes se había trabajado tanto en nuestros hospitales», reiteró el consejero, que después se centró en las listas de espera de primeras consultas con médicos especialistas. Ahí destacó que se ha reducido la demora media -de 89,9 a 76,7 días-, aunque el volumen de pacientes en cola ha subido: al cierre de año eran 39.011, frente a los 38.711 de diciembre de 2023.
Y lo mismo ocurre en el recuento de pruebas diagnósticas pendientes, donde la demora media ha bajado de 104 a 63,8 días, aunque los pacientes en la lista crecen de 35.418 a 38.353, «por el propio efecto del aumento de las consultas», matizó. «La clave era lograr el menor tiempo posible de espera en consultas y pruebas para obtener cuanto antes el diagnóstico». Por eso, celebra que haya sido posible teniendo en cuenta «la presión asistencial tan brutal que soportan los hospitales», que el año pasado anotaron una cifra de 1.167.136 consultas, entre primeras, sucesivas y revisiones, casi 64.000 más que en 2023. «Es una frecuentación muy alta (supone más de dos consultas al año por habitante); vamos a encargar un estudio en profundidad para ver por qué está pasando eso».
Noticia relacionada
A todo esto se suma la depuración de las bases de datos, que recordó que tuvieron que corregirse tras notificar el Ministerio que los últimos registros enviados por la Consejería socialista en junio de 2023 estaban mal. Fruto de ese trabajo, Pascual anunció que Cantabria ha creado un Registro Unificado de Pacientes en lista de espera, que «de forma automatizada y evitando cualquier tipo de intervención sobre los datos», generará los cuadros de información que se publicarán mes a mes. A partir de febrero se ofrecerá datos por centros, por tipo de pruebas y consultas por especialidades.
Satisfecho de poder presentar el primer balance anual de las listas de espera hablando de descenso, Pascual se atrevió a decir que, «si no tenemos más circunstancias que interrumpan nuestras previsiones» -como fue el parón de mes y medio en las peonadas por el déficit de anestesistas-, «al final de la legislatura se cumplirán los objetivos marcados en el plan de choque».
Las críticas de la oposición no se hicieron esperar. Pablo Zuloaga (PSOE), que no se cree los datos, dijo que «el batiburrillo» presentado «obedece al caos sanitario que el PP ha traído a Cantabria» y volvió a pedir el cese del consejero. Y el PRC consideró «una vergüenza y un insulto» que Pascual «culpe a los pacientes de «ir mucho a los hospitales».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.