«¡Madre mía!, cómo está Urgencias...»
El lunes se registró el récord de asistencia en los hospitales, con Valdecilla a la cabeza, que no pudo esquivar el atasco y las largas horas de espera
«¡Madre mía!, cómo está Urgencias... A tope», dice mientras espera a un taxi en la puerta de Valdecilla una mujer que acaba de salir ... en silla de ruedas. Y eso era aún sin acabar la mañana. Primera señal de lo que se confirmaría horas después: Cantabria vivió este lunes, 18 de agosto, no solo la jornada más intensa del verano, con un total de 1.253 personas asistidas en los hospitales cántabros (incluidos 188 niños), sino de récord de actividad en un mismo día. Por encima de los registros del año pasado, que ya habían superado todas las estadísticas.
El equipo de Valdecilla, que ya preveía bien temprano que encaraban una jornada más que ajetreada –la siguiente al puente festivo de agosto, que también dejó picos de máxima afluencia en los SUAP– atendió a 503 pacientes, cuando la media de un día normal de temporada baja y sin virus respiratorios está en 350. Y eso sin contar a los 108 menores que entraron por la puerta de urgencias pediátricas. Así que, a medida que transcurría la mañana, las camillas no tardaron en acumularse en pasillos y salas de espera. «Es que no hay ni un asiento libre», indicaba el acompañante de un recién llegado.
Cuando la demanda se dispara, las instalaciones de Urgencias de Valdecilla se quedan pequeñas. Un problema estructural con el que tienen que lidiar también cada invierno, sobre todo en época gripal. No hay espacio dónde crecer. Pero este lunes hubo momentos en los que no había ni sillas de ruedas disponibles para los que no podían aguantar de pie.
1.253 urgencias
atendieron el lunes los hospitales, a sumar a otras 1.388 visitas a los SUAP.
503 casos
se vieron el lunes en Urgencias de Valdecilla (más 188 niños), una cifra histórica.
336 pacientes
adultos pasaron el día 18 por Urgencias de Sierrallana, cien más de lo habitual.
Las claves
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Atasco Un total de 24 pacientes se quedaron pendientes de ingreso en Urgencias de Valdecilla al final del día
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Fuerte demanda Laredo y Sierrallana también tuvieron récord de asistencias el primer lunes tras el puente de agosto
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Clasificación Pese al aluvión de visitas en los tres hospitales, solo un 8% de los casos precisaron ingreso
El trasiego de gente en la puerta del triaje fue constante. Sobre las diez y media, varias ambulancias trasladaron a los seis heridos del accidente ocurrido a la altura del túnel del Astillero. El personal del 061 encargado del traslado llevó a una de las afectadas directamente a la UCI de Politrauma. «Lo grave no espera», como insiste siempre el coordinador de Urgencias, Gonzalo Pérez Rojí. «Esa es la prioridad y nuestra máxima preocupación». El infarto, el ictus... tienen espera cero. Pero quien acude por patología leve (esguinces, contusiones, alergias, infecciones, intoxicaciones...) en un día de atasco como el de ayer debe ir preparado para esperar su turno sin prisas. Y más aún si la exploración requiere analíticas de laboratorio o pruebas radiológicas (una placa, una ecografía, un escáner...). Aunque la paciencia se suele desgastar cuántas más veces se mira el reloj sin avances en la cola.
«Esto no es normal», se quejaba un hombre en la sala más grande (la extrahospitalaria) sobre las seis de la tarde. «Tranquilo, ya no tardará mucho», le respondía su mujer. Como él, unas sesenta personas se repartían a esa hora en la misma zona, entre resoplidos, miradas al techo y fuertes tosidos. Y otras treinta, en la primera sala (la inmediata a la puerta automática), varias de ellas en camillas dispuestas en paralelo –ocupadas sobre todo por pacientes mayores– o en sillas de ruedas.
«¿Pero qué es esto?»
«¿Pero qué es esto? Mira cuanta peña...», comentaba un joven nada más asomar a media tarde. Cada pocos minutos, se hacía en voz alta el llamamiento al siguiente, aunque algunos para entonces ya no estaban. Las camillas y la gente de pie (algunos con la mascarilla puesta) se repartían también por los pasillos. «Si es que no dan abasto, no se pueden ir más rápido», le decía una señora a su acompañante. Aunque el fin de semana la Dirección de Valdecilla había reforzado las guardias médicas para favorecer las altas, aún así 24 pacientes quedaron pendientes de ingreso el lunes en Urgencias, esperando a que se liberaran camas en las plantas.
«Cuando he llegado había como cien personas en la sala de espera, no había donde sentarse. Como para una emergencia, me muero aquí mismo», decía por teléfono otra chica a su interlocutor. Para entonces, un hombre sentado cerca de ella comentaba que llevaba «casi seis horas». Y entre tanto, las entradas continuaban, agravando cada vez más el embudo. Llega un accidentado en moto: «¿Ibas a más de 30?», ¿saliste disparado del vehículo?», le interroga el personal. «A ver si acaba ya el verano», expresa una enfermera al salir del área de boxes sobre las nueve, sabedora de que volverían a cerrar una «jornada de récord». Y cuando la paciencia escasea, hay quien expresa su hartazgo en voz alta a los sanitarios. «Es que me han derivado desde el SUAP, solo para esperar más», se quejaba otra señora.
Y no solo Valdecilla vivió una jornada de saturación en Urgencias. En los hospitales comarcales de Laredo y Sierrallana (Torrelavega) la estampa fue parecida, aunque en un volumen acorde a sus dimensiones. En ambos centros también recordarán el 18 de agosto de 2025 como el día de máxima afluencia en sus servicios de Urgencias. 168 entradas registró Laredo (a las que hay que añadir 32 urgencias infantiles), que llevaba rozando esa cifra desde comienzos de agosto, y 336 en Sierrallana (además de 48 niños), que está utilizando también el espacio al gimnasio del hospital de día para ampliar sus instalaciones. Pese al aluvión de visitas en toda la red del Servicio Cántabro de Salud, solo un 8% de los casos precisaron ingreso.
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