«¿Mascarilla sin la playa llena? Es absurdo»
Quienes utilizan cubrebocas son la excepción en los arenales. La mayoría de paseantes y bañistas no sigue la nueva normativa que obliga a usarlas
En la orilla le espera un gurruño. Una gorra azul envuelve la llave del coche y la mascarilla. Lo necesario para darse un paseo ... por la playa. Según sale del agua, Eduardo de la Riva se pone el cubrebocas. Sabe que es obligatorio. Ahora hay que usar mascarilla en el espacio público en todo momento, incluso en la playa y cuando se mantiene una distancia de dos metros. Desde el martes lo recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE), que unifica las medidas de todas las comunidades autónomas. En Cantabria, los convivientes podían quitarse la mascarilla al ubicarse en la arena con distancia respecto a otros grupos. Ahora no es posible ni en ese supuesto.
Eduardo de la Riva lleva la mascarilla mientras pasea, la envuelve, se baña en el Cantábrico, sale, deshace el bulto y se la vuelve a poner nada más salir, goteando agua salada. A las doce de la mañana, la playa está semivacía, «pero ya se ve que hay más gente que otros días, también bastantes que se nota que no son de aquí, sobre todo paseando por la orilla», afirma. La mayoría de los presentes en la arena no lleva mascarilla. Muchos se la quitan justo al pisarla, a pesar de que esto ya estaba castigado desde el pasado verano.
Por el Cormorán pasea Javier Claramunt, que ve «menos gente que el lunes pero más que ayer», afirma. Tiene una opinión firme sobre la nueva normativa: «¿Hay que llevar mascarilla incluso sin la playa llena? Me parece completamente absurdo». Estas palabras las oye Eduardo de la Riva —que va de regreso al coche y sólo viste dos prendas: bañador y mascarilla— y le inquiere a Javier: «¿Piensas que no hay contagios en la playa? Ni los expertos han podido demostrarlo». Ellos dos están entre los pocos que llevan mascarilla en el entorno playero, pero no se ponen de acuerdo. Por su parte, Javier piensa que el uso de la mascarilla debería depender de la afluencia a los arenales. Javier sigue paseando a su nieto y Eduardo se dirige, todavía goteando, de regreso hacia su vehículo.
Más afluencia
Isabel López comenta que en la playa lleva la mascarilla siempre, «pero veo que la gente sigue sin ponérsela». Ella pasea por la arena húmeda junto a su amiga Julia Rivas, pero lo hacen apartadas del resto de la circulación. A Julia le parece «un rollo llevar la mascarilla en la playa, pero hay que hacerlo por el bien de todos. Nosotras no nos la hemos quitado ni en invierno», explica Julia. Ellas son habituales de la Segunda de El Sardinero y, tras la nueva ley, no han visto un cambio en la actitud del resto de paseantes: «Hoy hay más gente que otros días y la mayoría no lleva la mascarilla, nos hemos fijado precisamente en eso, ya que ahora no caben interpretaciones de la ley», dice Isabel.
Julia Rivas | Paseante
«Es un rollo llevar la mascarilla aquí, pero hay que hacerlo por el bien de todos»
Isabel LópezPaseante
«En la playa llevo la mascarilla siempre, pero veo que la gente sigue sin ponérsela»
Pilar Sánchez | Bañista
«Hoy hay bastante gente. Nos la quitamos si vemos que no tenemos a nadie cerca»
Charo Torrellas | Bañista
«Cuando hay mucha gente, creo que todos deberíamos llevar mascarilla salvo para bañarnos»
En la arena seca, descansan sobre sus sillas Pilar Sánchez, el perro que cuida y Charo Torrellas. «Nunca está así esto, hoy hay bastante gente. Así no puedo dejar suelto al perro porque coge cosas de los que se bañan cuando paseamos por la orilla o se acerca a las toallas», señala Pilar. Ellas están entre las pocas que se han acercado a tomar el sol. «Nos hemos quitado las mascarillas porque no tenemos a nadie cerca y nos la volveremos a poner cuando nos levantemos», argumenta Charo. Siguen la norma que había hasta el martes en Cantabria. «En verano, cuando hay mucha gente, creo que todos deberíamos llevar mascarilla salvo para bañarnos», arguye Charo Torrellas. Pilar lleva la mascarilla en el cuello pero podría evitarla ya que padece una enfermedad bronquial.
A Carlos Casar, que pasea junto a su familia sin entrar a la playa, le parece «incómodo» que haya que usar mascarilla incluso para tomar el sol. «Espero que lo rectifiquen, me parece que no es necesario estar con ella en la playa», defiende. Carlos vive cerca de la playa y no ve riesgo en la zona. Él «vería bien que lo dejaran como estaba el año pasado. Con eso era suficiente». dice. Y añade que «tener que ir al agua con ella y ponértela al salir es un lío».
A pesar del cambio de normas del pasado martes, cuesta ver una mascarilla en los arenales, tanto entre los paseantes como en las caras de la gente que reposa y toma el sol en la arena seca. Así, el espíritu general que se respira entre los bañistas es que la mascarilla no debería ser obligatoria salvo en verano o momentos en los que se llena la playa. Y que «quizás sea una ley pensada para otras zonas de España», como puntualiza Charo Torrellas. Mientras no cambie eso, sólo se la podrán quitar para bañarse. Es obligatorio llevarla en el paseo marítimo, en la arena e incluso hasta antes de entrar al agua para después recogerla al salir y volver goteando, pero con la boca y la nariz cubiertas.
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