El Ministerio fija para el verano de 2026 el fin de la obra del Desfiladero tras cuatro años
Los trabajos para aumentar la seguridad ya están ejecutados al 76% y se inaugurarán antes de lo previsto si no hay contratiempos
La reforma integral del desfiladero de La Hermida estará concluida «antes del próximo verano». Esa es la principal novedad que aportó este lunes el secretario ... de Estado de Transportes, José Antonio Santano, durante la visita a los trabajos que se están realizando en los 17,2 kilómetros de trazado de la N-621 entre las localidades de Panes y Cillorigo. A nivel práctico, para los cerca de 2.500 vehículos que transitan por esta zona de media cada día –cuatro veces más durante los fines de semana y en temporada alta–, eso es lo importante. Que ya queda menos para decir 'adiós' a los problemas en forma de retenciones y circulaciones limitadas a un solo carril que soportan desde junio de 2022, cuando arrancaron los trabajos a cargo de la UTE Puentes y Calzadas con un presupuesto de 94,8 millones de euros con un plazo de ejecución superior a los cuatro años. Eso es lo relevante, pero lo llamativo –por insólito– es que, salvo que aparezca algún contratiempo, la obra se inaugurará cuando toca. Incluso algunos meses antes de lo previsto inicialmente.
Esos molestos trastornos son el precio a pagar para que la emblemática carretera de acceso a Liébana entre en el siglo XXI. Y, sobre todo, para acabar con los constantes problemas de seguridad. A partir del próximo verano dejará de haber tramos en los que es necesario parar y maniobrar cuando dos vehículos de gran tamaño coinciden por la estrechez de la calzada, que una vez finalizada la reforma crecerá hasta rondar los 7 metros de anchura. También pensando en la seguridad y en los desprendimientos de rocas de gran tamaño se han instalado mallas protectoras en las zonas más sensibles, otro de los puntos clave del proyecto.
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Los datos oficiales del Ministerio de Transportes dicen que la ejecución de estas labores están ya acabadas en el 76% del trazado, a falta ya solo de extender la nueva capa de rodadura cuando se alcance el 100%. Y el paso en coche por el Desfiladero deja claro el avance de las obras, pero también las diferencias notables en la carretera. La novedad más evidente es la construcción de voladizos sobre el río Deva, precisamente para ganar anchura de la calzada. Estas estructuras han sido la solución necesaria para ganar metros en una tercera parte del trazado, en aquellos puntos en los que no era posible construir escolleras junto al cauce ni tampoco hacer desmontes en la ladera de caliza.
Apenas se han ganado metros 'recortando' la montaña y se ha optado por otras soluciones técnicas, en ocasiones más caras y complejas. Esa era una de las condiciones cuando el proyecto consiguió la declaración de impacto ambiental positiva, que no se tocara la piedra en aquellos tramos en los que la carretera transcurra dentro del Parque Nacional de Picos de Europa para no generar alteraciones geológicas y porque está prohibido el uso de explosivos. Además, exigía la instalación de pasos para la fauna salvaje o la reposición de una veintena de accesos al río. «Uno de los elementos a destacar es la combinación entre la sensibilidad medioambiental en un entorno tan especial como este y el desarrollo de la obra, con la seguridad que va a aportar», afirmó el número dos del departamento que dirige Óscar Puente, que insistió en que el Ministerio de Transportes no solo piensa en las grandes rutas por carretera y ferroviarias de España, también en pequeñas actuaciones que, como en el caso de La Hermida, resuelven problemas de movilidad entre las zonas rurales y los principales núcleos de una comunidad autónoma. «Vivan donde vivan, hay que velar por la igualdad entre todos los ciudadanos, estén en entornos más o menos complicados, para que tengan una movilidad segura», añadió Santano.
Trabajo por delante
El resultado es ya, en los tramos acabados, una vía mucha más amplia no para poder pisar más el acelerador cuando se suba o baje a Liébana, porque en principio no habrá grandes cambios en los límites de velocidad, sino para aumentar el confort y la seguridad de los conductores.
¿Qué tramos están aún pendientes? Ahora mismo, las obras se concentran en el 24% del trazado restante. Sobre todo entre Lebeña y la salida del Desfiladero hacia Potes, pero también en puntos sueltos carretera abajo. Para evitar que las acumulaciones de tráfico fueran excesivas y que llegaran de un punto con paso alternativo al siguiente, la forma de avanzar con la obra ha sido trabajar de forma simultánea en cuatro o cinco años reducidos al mismo momento. Ha causado problemas, pero podrían haber sido más porque estaba previsto cortar el tráfico durante seis meses en los cuatro años de obras y finalmente no ha sido necesario. De media, con 180 trabajadores con picos de hasta 220 personas y el trabajo simultáneo de hasta ocho máquinas pilotadoras para la creación de los voladizos y escolleras.
180 personas
han trabajado de media en la obra desde que arrancó la reforma integral.
«Estas obras son esenciales para Cantabria y para la comarca de Liébana y en los últimos meses vemos cómo van avanzando de una forma muy importante. Tardaron en arrancar, pero parece ser que se van a cumplir los plazos. Eso es un hito muy importante para que en el verano que viene, o un poco antes si pudiera ser, podamos poner a disposición de todos los cántabros y todos los que nos visitan un acceso ya mucho más seguro, mucho más fiable y en unas condiciones que es lo que se estaba esperando en Cantabria desde hace muchísimos años», valoraba el consejero de Fomento, Roberto Media, invitado a la visita junto a los alcaldes lebaniegos.
De hecho, los primeros estudios para realizar un proyecto de reforma integral de esta carretera datan de 1995. Entonces, se elaboró un plan de trabajo que incluía la construcción de túneles y de nuevos puentes sobre el Deva, una intervención «muy agresiva» que no pasó los trámites ambientales, cosa que sí ocurrió con el proyecto de 2010. El contrato también ha incluido la mejora de aceras o paseos peatonales en la N-621 dentro y fuera del Desfiladero como los acometidos en Panes, Potes o Tama o la creación de ocho zonas de parada y aparcamiento. Para que los turistas puedan disfrutar de las vistas o visualizar fauna como el buitre leonado o el halcón peregrino, o para quienes realizan actividades deportivas de montaña en la zona.
En los últimos años, a los 94 millones de la actuación se suman los 7,8 de la obra previa de rectificación de cuatro puentes y 15,6 más de labores de conservación ordinarias y extraordinarias.
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