Los molinos de El Escudo lucen ya sus aspas
Las obras avanzan condicionadas por la meteorología y la previsión de Iberdrola es que el parque esté funcionando antes del próximo verano
Hablar de plazos en una obra que depende tanto de la meteorología es muy aventurado pero, según las últimas previsiones, todo indica que el parque ... eólico de El Escudo, esa instalación llamada a producir el 8% de la energía eléctrica anual que consume Cantabria, estará operativo antes del verano próximo. Es una realidad que parece más cercana ahora, cuando se han instalado las aspas en 15 de los 23 molinos que componen una instalación que transcurre a lo largo de 10 kilómetros en la sierra de El Escudo.
«Hemos hecho todos los esfuerzos para sobreponernos a los contratiempos como los que sufrimos el verano pasado en que llovió muchísimo pero estamos recuperando los tiempos y estamos haciendo las cosas según estaba previsto», confirmó ayer Nacho Armentia, técnico de desarrollo de proyecto.
La instalación de las palas y del conocido como buje de los molinos es una de las fases más delicadas de la obra. Es el cajón que se ubica en la parte alta, en el que va introducido el generador y al que se conectan las aspas. «Todo ello tiene que hacerse en unas condiciones de meteorología determinadas porque no podemos arriesgarnos a sufrir accidentes. Con un viento superior a los nueve metros por segundo no podemos mover esas piezas tan pesadas y voluminosas a esa altura», explica Pablo López, jefe de obra.
8 por ciento
de la electricidad que consume Cantabria en un año se producirá en este parque eólico.
23 molinos
componen la instalación que recorre 10 kilómetros en la sierra de El Escudo.
Los días ventosos, de densa niebla y de precipitaciones, son numerosos. Más aún en esta época del año. «Necesitamos al menos una semana limpia para estar al día», cuenta López. Una vez finalizada la instalación de toda la parte mecánica, con los 23 molinos luciendo sus aspas y sus paneles refrigerantes –que se alzan como una cresta negra en lo alto– se ultimará la conexión eléctrica. «Después, todavía hay que esperar unas 500 horas a que cada aparato funcione en pruebas antes de estar habilitado para operar a pleno rendimiento vertiendo la energía producida a la red eléctrica», añade Armentia.
Atrás quedan también los condicionantes ambientales, que obligaron a tomar medidas para proteger el medio ambiente y el patrimonio. «Se han realizado modificaciones del proyecto para preservar el ecosistema del entorno, especialmente en la zona de las turberas», explica Pablo Mazón, director ambiental de obra. «De hecho hemos realizado un inventario de las 283 turberas que hemos identificado y que no se había realizado hasta ahora», agrega.
Existe incluso un modelo digital de todos estos espacios, lo mismo que se ha elaborado un hermano informático de todo el parque, hasta el último detalle. «Es un modelo constructivo en el que se registra todo, absolutamente todo. Hasta el último tornillo tiene un número de serie y figura en el programa con sus características, el día en que se instaló y cómo. Todo ello permite modelar el sistema y adelantarte a ciertos imprevistos», explica Armentia.
Lo mejor del parque es que se trata de una instalación innovadora y moderna, con todo lo que ello implica. Con 120 millones de inversión, tendrá un rendimiento relativo un 50 % superior a la media, y podrá satisfacer la demanda de más de 80.000 hogares, con 96,6 megavatios de capacidad.
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