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En toda tragedia hay un relato humano que a veces queda eclipsado. Las víctimas son personas, no sólo números que engrosar en la lista de accidentes para confeccionar las estadísticas. Félix Moreno y Sonia García, los padres de Izan, hablan de su hijo y de «los niños», como les gusta llamar a su grupo de amigos.
–Cuenten, ¿quiénes viajaron a Cantabria?
–Un grupo de amigos que venían a celebrar el cumpleaños de Izan. Juan Ramón, que era quien conducía, era la pareja de nuestro hijo. Ana, que iba detrás, era amiga de Izan desde que entraron al colegio juntos con 3 años. Y Afra era otra amiga del grupo. Eran los cuatro que viajaban en ese coche. Luego iba otro detrás con más amigos.
–¿Y cómo eran?
–Los niños eran espectaculares. Espectaculares (repite). Eran muy diversos, unos trabajaban, otros estudiaban... Era un grupo muy unido, tenían ganas de vivir. Eran jóvenes, pero más que salir de fiesta o de discotecas, les gustaba juntarse todos bajo un mismo techo, estar juntos, hacer juegos... De ahí su viaje a Cantabria. También eran muy familiares, muy cariñosos, muy detallistas. Daba gusto estar con ellos. Eran una maravilla de chavales. Para mí, en muchos sentidos, eran un ejemplo.
–Siempre se refieren a ellos como «los niños».
–Les llamamos así porque, al ser Izan y 'Monchito' (Juan Ramón) pareja, les conocemos desde hace mucho. Han pasado mucho tiempo con nosotros, hemos convivido mucho con ellos. A Ana la conozco desde pequeña también y a Afra no la conocíamos tanto, pero estoy seguro de que si pertenecía a su grupo era igual de buena que ellos. Era una pandilla de buena gente, de buenos chavales.
–Venían a celebrar un cumpleaños, ¿no?
–Sí, escogieron una cabaña pasiega en Cantabria porque es muy bonita. Es una comunidad preciosa. Pero, en fin, en buena hora.
–Ustedes visitaron la zona en el puente de mayo.
–Sí, quisimos venir para ver el lugar del accidente. Fue traumático. La subida la hicimos en coche, porque claro, cuando vas subiendo, vas pegado a la montaña, por decirlo de alguna manera, pero para bajar Sonia lo hizo caminando.
–¿Realizaron el mismo trayecto que ellos?
–No. Bajamos por autopista de Reinosa hasta Torrelavega, de ahí a fuimos Liérganes y luego a San Roque de Riomiera. A los niños les guió el GPS, porque te indica la ruta más corta por Lunada. Por eso pedimos encarecidamente a todos los responsables de los muchos establecimientos turísticos de la zona, que, cuando alguien de fuera les llame, recomienden no bajar por el puerto, sobre todo en días donde las condiciones meteorológicas no sean buenas. Esto no quita para que las autoridades responsables tengan la carretera en óptimas condiciones de seguridad. No vale con decir, como nos dijeron en la Consejería de Fomento, que es «una carretera residual por la que sólo circulan 240 coches al día».
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