«Notábamos que el aparato no iba bien y cuando miramos atrás una chica se cayó»

Notaron que algo iba mal en el preciso momento en que comenzó a andar. «Era raro porque temblaba mucho y los asientos no subían cuando se suponía que tenían que estar arriba; aunque igual eso era normal», recuerdan los dos chicos. Luego, de pronto, todo empezó a ir mal. «Notábamos que el aparato no iba bien y cuando miramos atrás, porque estábamos dos asientos por delante, una chica se cayó y pasó lo que se ve en el vídeo», relatan.

La joven cayó primero sobre el piso de la instalación y como un resorte salió corriendo hacia la carretera, «con el peligro que ello conlleva», recuerda otro testigo, que se encontraba viendo la escena desde fuera, y que prefiere el anonimato. «No sé cómo pudo levantarse tan rápido. Bueno, sí, porque eran chavalas que tienen 15 años y por la adrenalina te levantas, pero fue muy peligroso porque luego en la carretera es cuando se quedó tendida», evoca este hombre.

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Otra de las ocupantes quedó atrapada mientras la máquina continuaba dando vueltas. «El cajón se iba descolgando más y más y la chica dio con el hombro y la cadera en los hierros que aguantan los focos, y de hecho los rompió». Por suerte las tres han sido dadas de alta en el Hospital de Cruces y se encuentran bien, «pero la cosa podría haber sido mucho peor».

El propietario del puesto no quiso ayer hacer declaraciones a este periódico. «Se encuentra muy afectado, está mal por todo lo que ha pasado», contaba un conocido del feriante. «Al final te encuentras con un accidente de estas características pese a que estás trabajando bien y se arma».

Fuentes del consistorio aseguraron que la intención del profesional era «desmontar todo ayer mismo», pues pegado al Saltamontes el mismo propietario tiene montada una pequeña montaña rusa conocida como el Dragón; pero que la investigación de la Guardia Civil le impidió hacerlo. El temor que tienen muchos profesionales del sector es que esto genere «una sensación de inseguridad en todo lo que tiene que ver con las ferias ambulantes». En momentos como estos lamentan que no exista una asociación que defienda sus intereses. «Todos vamos a nuestro rollo», confiesa otro profesional del ámbito. «Ahora hay que esperar a ver qué pasa pero la gente no debería perder la confianza en nosotros porque hacemos las cosas bien y estas cosas pasan una vez cada mil años».