El número de bares crece un 38% en Cantabria desde la pandemia
La región supera el bajón provocado por el covid y registra en junio 3.904 locales, 1.076 más que a finales de 2019, según datos del Icane
Cantabria, al igual que el resto del país, no se entendería sin bares. La pandemia los puso contra las cuerdas. Las medidas sanitarias obligaron a ... reducir los aforos y hubo establecimientos que no aguantaron y se vieron obligados a bajar la persiana y cerrar. Desde entonces, han vuelto a resurgir. Eso es lo que dicen los datos que acaba de publicar el Instituto Cántabro de Estadística (Icane). La región recibió al covid con 2.828 negocios de este tipo en funcionamiento. El pasado junio contabilizó 3.904, lo que supone un fuerte incremento del 38% en poco más de cinco años. «El dato es espectacular. No voy a negar que nos ha sorprendido mucho», afirma Ángel Suárez, miembro de la junta permanente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) y representante de la sección de ocio nocturno.
Las cifras que maneja el instituto público son oficiales –se los envía la Dirección General de Turismo y Hostelería del Gobierno regional– y no dejan lugar a dudas. La proliferación de bares en los municipios de Cantabria ha sido prácticamente exponencial desde diciembre de 2019, apenas tres meses antes de que la pandemia lo cambiase todo. Como dicta la lógica, los principales núcleos de población y los ayuntamientos más turísticos encabezaron la clasificación. La capital, Santander, fue la que más negocios registró. Un total de 830, seguida de Torrelavega (303), Castro Urdiales (180), Camargo (109) y Laredo (99). Pero la llegada del virus supuso un duro golpe en la línea de flotación de estos establecimientos. Las relaciones sociales, por aquello de mantener la distancia de seguridad, se vieron notablemente alteradas y así fue como los bares tuvieron que reinventarse con terrazas al aire libre en las aceras, aforos restringidos e imposibilidad de reunir grupos cuantiosos de personas. «Además, hay que tener en cuenta que Cantabria fue una de las comunidades más duras a la hora de aplicar las medidas anticovid. La hostelería fue la más dañada por las durísimas decisiones del Ejecutivo autonómico», afirma Suárez.
10,6% ha crecido
el número de restaurantes en la región: de 1.335 a 1.493
339 cafeterías
registra el Instituto Cántabro de Estadística, un 9,1% más que antes del covid.
La hostelería fue resurgiendo poco a poco a medida que la pandemia fue remitiendo y la normalidad se fue recobrando. Los bares volvieron a florecer en la mayoría de los municipios de la región impulsados por un turismo que cambió sus preferencias y destinos. «La pandemia nos vino bien para que el público vacacional de la meseta y el centro del país descubriese Cantabria», subraya el representante del colectivo de hosteleros. «En definitiva, el tirón del turismo fue el responsable del impulso de la hostelería, y en el caso de Santander lo ha catapultado», concluye.
En los últimos años, Cantabria ha notado un notable auge en su capacidad para atraer visitantes, sobre todo en la temporada alta veraniega. Este es, a juicio del colectivo de hosteleros, otro de los motivos del elevado incremento del número de bares. «Es así, Cantabria está de moda», señala Suárez, parafraseando a la presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, que lo dijo cuando la oposición le reprochó que la región se estaba masificando.
Escalante, el único que baja
La mayoría de municipios cuentan con algún bar, aunque hay que indicar que el estudio del Icane cataloga como bar únicamente aquellos inscritos bajo este epígrafe en su licencia. Puede haber algún ayuntamiento donde no haya pero que sí cuente con restaurantes o cafeterías. Santander ha sido el municipio que ha experimentado el mayor crecimiento en estos cinco años. Desde diciembre de 2019, la capital cuenta con 201 bares más. Le siguen Torrelavega (+125), Castro Urdiales (+88), Santoña (+42), Laredo (+38), Reinosa (+31), Suances (+31), Camargo (+27), Noja (+26) y El Astillero (+20).
«La pandemia nos vino bien para que el público vacacional del centro y la meseta nos conociera. El turismo ha sido el gran impulsor de la hostelería»
Ángel Fernández
Miembro de la Junta Permanente de la AEHC
Santander, Torrelavega y Castro Urdiales son los municipios con más bares
Además, se da la circunstancia de que durante este lustro algunos municipios que antes no tenían han estrenado bar. Es el caso de Lamasón, Peñarrubia, Pesquera, San Pedro del Romeral, Los Tojos, Udías y Valdeprado del Río. Incluso otros en los que sólo había uno han visto como sus parroquianos ya pueden repartirse al haber abierto más. En este grupo se encuentran San Roque de Riomiera, que ha pasado de uno a cuatro, Herrerías, que ahora tiene tres, y Pesaguero, también con tres.
Por otro lado, hay ayuntamientos pequeños en los que el número se mantiene. Es el caso de Arredondo (4), Cabezón de Liébana (6), Cillorigo de Liébana (5), Las Rozas de Valdearroyo (2), Vega de Liébana (5) y Valle de Villaverde.
Escalante, sin embargo, es el único que tiene menos bares. Allí los establecimientos con esta licencia han pasado de 5 en diciembre de 2019 a cuatro el pasado mes de junio.
Más restaurantes y cafeterías
El Directorio de Turismo del Icane contabiliza además de bares la evolución del número de restaurantes y cafeterías, que también han experimentado un notable crecimiento desde la pandemia, aunque su número no ha aumentado tanto como el de bares. Cantabria tenía el pasado mes de junio 1.493 restaurantes repartidos por todos sus municipios. Esto supone 158 más que en diciembre de 2019 –un 10,58% de incremento–.
También ha crecido el número de cafeterías. Bajo esta licencia hay actualmente 339 negocios, 31 más, lo que supone un aumento en todo este tiempo del 9,14%.
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