El peligro de los golpes de calor: síntomas y cómo afrontarlos
Personas mayores y niños son los grupos de mayor riesgo
Silvia Osorio
Lunes, 11 de agosto 2025, 10:26
Con Cantabria asándose por las altas temperaturas, el riego de sufrir un golpe de calor aumenta de forma considerable. En determinados colectivos, este fenómeno -que se da en verano cuando el termómetro arroja valores muy extremos- puede provocar importantes complicaciones de salud, incluida la muerte. Un golpe de calor se produce por una subida repentina de la temperatura corporal (por encima de los 40 grados) como consecuencia generalmente de una exposición a una fuente de calor, en este caso ambiental.
Solo el año pasado se registraron en España más de 4.700 muertes relacionadas con el exceso de calor, según los datos que maneja el Instituto de Salud Carlos III. Cuando se produce un golpe de calor, el organismo pierde por completo la capacidad de regular la temperatura corporal y reacciona con una sensación de agotamiento, aumento de la sudoración, sensación de mareo, dolor de cabeza, náuseas, sequedad de las mucosas... y, en los casos más graves, con una clara disminución o alteración del nivel de consciencia del paciente, que puede incluso llegar a desmayarse.
¿Qué hacer ante un golpe de calor?
¿Qué hacer si percibimos estos síntomas? Lo primero es trasladar a la persona que lo sufra a una zona con sombra y aireada para que le empiece a bajar la temperatura corporal.
El siguiente paso es tumbarla con los pies en alto unos 30 centímetros, aflojarle la ropa –incluso desnudarle si fuese necesario– y refrescarle la piel con unos paños húmedos que se pueden colocar en el cuello, axilas, ingles, cabeza... Después, ofrecerle agua, una bebida isotónica o un incluso un zumo para que lo tome poco a poco. Aunque la persona se recupere a los pocos minutos, no está de más que la vea un médico. Si el paciente ha llegado a perder la consciencia, se debe colocar en posición lateral y llamar de inmediato al 112.
Medidas de precaución
Estas son las recomendaciones principales para no llegar a sufrir un golpe de calor:
- Consumo de líquidos: beber agua de manera constante y a lo largo de todo el día sin esperar a tener sed, ayudará a recuperar las pérdidas por el sudor. Evitar consumir bebidas con cafeína, alcohol o demasiado azúcar. No calman la sed y hacen perder más líquidos corporales.
- Consumo de alimentos: más ensaladas, verduras y frutas. Se consigue reponer las sales minerales que se pierden por el sudor. También hay que evitar las comidas grasas y demasiado abundantes, ya que dificultan la adaptación al calor.
- En casa: cerrar ventanas y bajar las persianas sobre las que dé el sol. Aproveche los momentos de menos calor para ventilar y refrescar la casa. Tener un ventilador cerca. Si se nota mucho calor, refrescarse el cuerpo, sobre todo cara y manos, con agua fresca.
- En la calle: evitar salir en las horas centrales del día. Si hay que salir, usar un sombrero, gafas de sol y protector solar. Evitar realizar grandes esfuerzos físicos que le generen intenso sudor en las horas de más calor.
- En el trabajo: si no hay más remedio que trabajar a pleno sol, cubrir la cabeza con un sombrero y el cuerpo con ropa ligera, muy transpirable. Beber abundante agua, de dos a cuatro vasos de agua fresca por hora.
- Cuidar de las personas más frágiles: prestar especial atención a bebés, personas mayores y personas enfermas. Las personas ancianas, sobre todo las que viven solas o son dependientes, pueden tener dificultades en adoptar medidas protectoras, por lo que es conveniente visitarlas, al menos, una vez al día.