Picos de Europa, Ojos del Diablo y Faro del Caballo, los puntos críticos
Hay rutas complicadas, que además están cada año más masificadas, y que por todo ello aglutinan el grueso de los accidentes que se dan durante ... la temporada estival. Las llamadas al 112 son recurrentes casi a diario en el Faro del Caballo (Santoña) en los Ojos del Diablo (Sonabia)y, evidentemente, en Picos de Europa.
En la primera la mayor parte de las incidencias tienen que ver con los más de 700 escalones que hay que descender para llegar al propio faro. «Lo raro es que no haya más accidentes y que sean más graves porque tal y como baja la gente, apilada, una vez cae uno, podrían caer todos, domo fichas de dominó», dice un bombero experto en este tipo de rescates.
Algo similar sucede en los Ojos del Diablo, donde el ascenso de hasta 470 metros con un desnivel de 350 trae de cabeza a los senderistas no experimentados que no planifican bien la ruta. Y Picos de Europa se lleva la palma por la peligrosidad de muchos de sus itinerarios, algunas de ellas muy exigentes, y por ser uno de los lugares más atractivos no sólo para los especialistas, sino también para los que no lo son. «Ahí la confianza juega muy malas pasadas. Hay que saber muy bien a dónde se va y en qué condiciones está uno», recuerda Juan Francisco Pérez, presidente de la Federación Cántabra de Montaña. El Servicio de Emergencias del Gobierno recuerda las recomendaciones de todos los años. Resulta fundamental programar bien la ruta y avisar a personas de confianza sobre los horarios de salida y de posible llegada. Es crucial planificar el regreso para dos horas antes del ocaso. Llevar agua de sobra, ropa de abrigo de repuesto e indumentaria adecuada, que puede ser crucial. El móvil con buena carga debe estar siempre activado por si hay que pedir ayuda.
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