El PP tacha de «escándalo mayúsculo» el 'caso Renedo' y culpa a Zuloaga

La dirigente socialista Alicia Renedo adjudicó una docena de proyectos y programas relacionados con la formación en igualdad de género, entre 2016 y 2019, a tres empresas gestionadas por la misma persona y domiciliadas en Cádiz, por valor de 78.348 euros. Cuando acabó la legislatura en 2019 y Zuloaga no contó con ella para repetir como alto cargo del Gobierno, Renedo empezó a trabajar, precisamente, para esa misma empresaria, tal y como consta en la declaración de Actividades e Intereses de los altos cargos del Gobierno, publicada en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC).

Ya en 2021, el PSOE volvió a pensar en ella cuando quedó un hueco abierto en la Dirección de Juventud tras la marcha de Irene Lanuza. Y, otra vez, Renedo firmó un contrato público con la misma empresaria desde su nuevo puesto. Le adjudicó un curso de diversidad afectivo-sexual online por valor de 1.580 euros. Un contrato para el que no hubo ningún licitador más. Y al contrario de lo que ocurre en otras direcciones generales y consejerías, en la declaración de Actividades e Intereses de Renedo no consta que se inhibiera en los procesos en los que estaba involucrada esta empresaria.

«Esto es un escándalo mayúsculo y demuestra el uso que hace el PSOE del dinero de todos. Renedo incumplió la ley varias veces y, después, la empresaria la contrató para agradecerle los servicios prestados», denunció Aguirre, que culpó directamente a Zuloaga de lo sucedido en su Consejería. «Si no lo sabía, malo; si lo sabía y no hizo nada, peor», señaló. De hecho, el propio Miguel Ángel Revilla, a las pocas horas de conocerse el escándalo dijo: «La directora ha vulnerado la Ley de Incompatibilidad, no ha actuado como debía, ni ética ni moralmente, y debe asumir responsabilidades». Y poco después, Alicia Renedo dejó su cargo.

Como todos los contratos investigados pertenecen al ámbito de cursos o jornadas sobre igualdad de género, Aguirre recriminó a los socialistas «hacer caja» a costa de un asunto tan sensible. «¿No se les cae la cara de vergüenza sacando rédito privado de esto? ¿No les causa arcadas?», preguntó el diputado popular a la bancada del PSOE.

Solo al final de su intervención, el líder del PSOE se salió del guión para recriminar a los populares su «falta de credibilidad» a la hora de hablar de clientelismo. Y habló de la empresa del marido de la alcaldesa de Santander que participó en los trabajos de dique de La Magdalena. Y también del trabajo en el sector privado de Íñigo de la Serna en una empresa tecnológica a la que había contratado para su proyecto de Smartcity cuando fue alcalde.

«Pretenden darnos lecciones cuando todos sabemos lo que es el PP: el único partido condenado por corrupción. Aquí no han venido a aclarar nada, sino a dañar la imagen del Gobierno», se defendió Zuloaga, que instó a los populares a llevar el caso a la Fiscalía, y no al Parlamento, si realmente creen que se cometieron ilegalidades en las contrataciones de su Consejería.