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Un paciente llegando hoy en ambulancia a Liencres

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Un paciente llegando hoy en ambulancia a Liencres Alberto Aja

Liencres acoge ya a los primeros enfermos

La salida de los pacientes de Psiquiatría deja al hospital íntegramente preparado para tratar a casos contagiados que se deriven desde Valdecilla

María Causo

Santander

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Miércoles, 1 de abril 2020, 07:12

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El Hospital de Liencres ha comenzado hoy a recibir a los primeros pacientes con coronavirus. Concretamente, fuentes de la Consejería de Sanidad estiman la llegada de cinco enfermos por Covid-19. También ha habido un ajetreo continuo de descarga de materiales durante la mañana. Y es que tras el traslado ayer al Centro Hospitalario Padre Menni de los últimos cinco pacientes que aún quedaban ingresados de la Unidad de Psiquiatría, el centro ha quedado íntegramente reservado para la atención de personas contagiadas con el virus y aliviar así la demanda de ingresos que está viviendo estos días el Hospital de Valdecilla.

La liberación de toda la actividad del hospital –que actualmente acogía servicios de Oftalmología y Psiquiatría y tenía parte de su espacio sin uso– se hace patente desde los alrededores del edificio. El aparcamiento está vacío, no hay personas entrando y saliendo de consultas… Tan sólo el ruido de un camión descargando provisiones para el centro rompía ayer la tranquilidad reinante fuera del centro hospitalario. En su interior, se mantiene la actividad. Pero a medio gas. «No hay mucha carga de trabajo. Lo que hay son las últimas consultas antes de que lleguen los pacientes del virus y algunas reuniones de coordinación entre médicos», contaba una enfermera.

Sanidad comenzó hace dos semanas a habilitar el hospital de Liencres como medida para anticiparse a los acontecimientos que la pandemia de coronavirus pueda desencadenar. Los trabajos –finalizados ayer– convierten al hospital en un colchón de Valdecilla que, desde hoy, comienza a tratar únicamente a enfermos del Covid-19 para ayudar a liberar camas en el centro santanderino. «Mejor prevenir que curar», comentaba una de las mujeres del mostrador de información. Ese mostrador, acostumbrado a orientar y ayudar a usuarios y pacientes, era el único atisbo de movimiento en el recibidor –completamente vacío– del hospital.

Uno de los trabajos para llevar a cabo la habilitación total de las instalaciones ha sido el traslado de los 36 pacientes psiquiátricos ingresados en estos momentos –ninguno con clínica respiratoria– al Centro Hospitalario Padre Menni, que también ha reacondicionado sus instalaciones para responder a esta llamada del Servicio Cántabro de Salud. «Los pacientes se han portado impecablemente. No han tenido ningún problema y han entendido la situación», relataba un facultativo sobre el traslado de los ingresados en el hospital.

Vídeo. Así se preparó el hospital. Pablo Bermúdez

Con la salida de estos pacientes –en la que ha colaborado la Asociación Cántabra pro Salud Mental (Ascasam)–, han quedado disponibles las tres plantas del centro (todas ellas de las mismas dimensiones): la primera es la que ocupaba hasta ahora Psiquiatría; la segunda, que estuvo dedicada a pacientes de Medicina Interna y Ortopedia hasta que ambos servicios se reunificaron en Valdecilla en 2016 tras la apertura de las Tres Torres; y la tercera, que alojó en su día al servicio de Geriatría en una de sus alas, mientras en la otra se ubica la unidad de aislamiento habilitada durante la crisis del ébola, en 2014. Todo ello suma una capacidad total de unas 150 camas.

Situación actual

Sin personas a las que atender, la Unidad de media estancia de Hospitalización Psiquiátrica quedó vacía y a la espera de los pacientes de hoy con coronavirus. Tan sólo resisten en la planta la infraestructura humana y algunos carteles de medidas de prevención contra el Covid-19. «A los facultativos y los educadores sociales nos reubican, pero las enfermeras y auxiliares de enfermería deberán quedarse para prestar apoyo a los enfermos del Covid-19», señaló ayer uno de los médicos de la unidad.

La tercera planta del hospital –la que en su día alojó al servicio de Geriatría– es la que está complemente acondicionada y la que recibirá hoy a los primeros pacientes contagiados. Y se nota. Ayer, médicos y enfermeras ocupaban los pasillos, entraban y salían de reuniones y ultimaban los detalles para iniciar una actividad sin descanso. «La planta estaba en desuso, así que ha sido más fácil prepararlo todo porque Psiquiatría ha tenido también que estar pendiente del traslado de pacientes. Estamos esperando la llegada de contagiados», explicaba una trabajadora.

Alberto Aja

Este espacio habilitado puede aislar 22 habitaciones con capacidad para 28 pacientes. Y para garantizar la seguridad de los sanitarios que se enfrentan al virus, el centro ha colocado en la puerta de cada estancia una mesa con material e información para atender a los enfermos. Las notas informan de que, antes de colocarse los equipos de protección individua (EPI), hay que retirarse las joyas, recogerse el pelo, vaciar los bolsillos, ajustarse el calzado y sujetarse las gafas personales. Por otro lado, para la colocación del traje, se pide una higiene de manos para después ponerse la bata, la mascarilla quirúrgica acomodada a la cara, el mentón y la nariz, la colocación de gafas de seguridad cubriendo la mascarilla y los guantes por encima de la bata.

Después de haber tratado al paciente y antes de salir de la habitación, la circular informativa recomienda retirarse los guantes, lavarse las manos, retirar la pantalla facial o gafas de seguridad de atrás hacia delante, depositar todo en un bolsa, lavarse de nuevo las manos, quitarse la bata y nuevamente volver a realizar la higiene de manos. Una vez fuera de la estancia, el sanitario se quitaría la mascarilla, la metería en la bolsa y repetiría el lavado de manos.

Alberto Aja

Anticipación

Todo este trabajo para habilitar la totalidad del Hospital de Liencres sigue una estrategia destinada a anticiparse a los acontecimientos que la pandemia de coronavirus pueda desencadenar pues aún está por llegar la fase más dura. Y es que, al tratarse de estancias hospitalarias –mínimo 14 días, siempre y cuando la infección no derive en complicaciones–, el efecto acumulativo es lo que puede llevar a la saturación de Valdecilla, el hospital de referencia en la lucha contra el virus en Cantabria.

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