«Ahora no se puede vivir del marisqueo»
Los mariscadores reclaman a la Consejería de Pesca que escuche sus propuestas para evitar la desaparición del sector: «Somos una especie en extinción», advierten
Ángela San Emeterio, vecina de Pedreña, empezó a trabajar en la mar con apenas 17 años. Al principio le fue «muy bien». De hecho, dice ... que construyó su casa gracias a los ingresos que percibía por su trabajo. «Igual ibas y pescabas seis o siete kilos de almejas todos los días», recuerda. Ahora, en cambio, 37 años después, «puedes pescar diez o doce docenas, pero no merece la pena», apunta esta mariscadora, que el pasado viernes se desplazó hasta el mirador de Montehano (Escalante), junto a una veintena de compañeros, para poner sobre la mesa no solo la problemática que atraviesa el sector, sino a aportar soluciones para evitar que esta profesión termine por desaparecer. «La situación es mala. Almejas no hay, puedes pescar en cuatro horas 100 o 200 gramos, y muergos andamos parecido».
Teniendo en cuenta esta situación, Ángela cree que «ahora mismo no se puede vivir del marisqueo». «Mi marido y yo pagamos casi 500 euros (de autónomos) y tengo que sacar de lo guardado porque no da ni para el seguro. Hace dos meses que no me muevo porque no merece la pena».
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51 mariscadores cuentan con licencia en Cantabria, según los datos de la Consejería de Pesca.
La contaminación es uno de los problemas que atribuyen los mariscadores, al menos los de Santoña, a la escasez de almejas. Pero ella cree que hace años «igual había más contaminación». En cualquier caso, cree que lo que debería hacer la Consejería de Pesca del Gobierno de Cantabria es «escucharnos, porque nunca nos han hecho caso y somos los que estamos sobre el terreno; hemos dado opciones y nada». «Además, tiene un dinero en ayudas para los mariscadores y no sabemos dónde está», critica.
Esa es un de las peticiones que hace el sector, integrado por 51 profesionales, ante las «numerosas restricciones» a las que tienen que hacer frente. «Cuando yo empecé, hace 30 años, éramos más de mil mariscadores. Ahora somos cincuenta. Si lo que se proponen es acabar con el marisqueo que lo dejen como está, porque les está saliendo muy bien la jugada», apunta David Vaquero.
Este mariscador de la bahía de Santander critica que la Consejería se gastara hace años «una cantidad importante» para que el Instituto de Hidráulica (IH) demostrase que no había almejas, «pese a que ya lo habíamos dicho nosotros». «Que hagan un estudio para saber por qué no hay almejas porque en Santander no hay contaminación», reclama, al tiempo que sostiene que «los técnicos son los que mandan en la Consejería de Pesca».
Las frases
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Ángela San Emeterio | Mariscadora de Pedreña «Mi marido y yo pagamos casi 500 euros al mes y tengo que sacar de lo guardado porque no da ni para el seguro»
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David Vaquero | Mariscador de Santander «Si lo que se proponen es acabar con el marisqueo que lo dejen como está, porque les está saliendo muy bien la jugada»
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José Antonio Esgueva | Presidente de Arcisa «Los que reclamamos es que dejen hacer a los mariscadores, que son los que saben y los que están en la mar»
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Juan Carlos Bayón | Mariscador de Santoña «No quiero pensar que todas estas restricciones persiguen acabar con la profesión, pero parece que es así»
En este sentido, José Antonio Esgueva, presidente de Arcisa, cree que «mientras los políticos se sigan fiando de los biólogos que tienen, esto va a peor». «En Santoña el problema que tenemos es la contaminación. ¿Soluciones? Que dejen hacer a los mariscadores, que son los que saben y los que están en la mar. ¿Por qué no hay almejas? Por la contaminación, que no echen la culpa a a que se han pescado muchas», afirma rotundo.
Con una serie de fotos en la mano, Esgueva contabiliza hasta 35 puntos de vertido, teniendo en cuenta que desde Ampuero hasta Santoña no hay saneamiento (los desechos van directos al Asón) y ni siquiera han comenzado las obras para solventar este asunto. «La solución es que nos dejen sembrar, pero no como quieren ellos (la Consejería). La siembra se debería hacer a voleo, esparciendo las almejas con marea alta».
Restricción con la angula
Si no tienen ya bastantes problemas con la almeja, ahora se suman las restricciones respecto a las angulas, que solo se pueden pescar durante treinta días, frente a los cuatro meses del año pasado. «En noviembre no hemos pescado y ahora en enero el tiempo no acompaña. En un principio nos dijeron que todas las comunidades iban a tener la misma reducción, pero nos hemos enterado de que en Cataluña pescan noventa días y no sabemos por qué», apunta Juan Carlos Bayón, mariscador de Santoña. «No quiero pensar que todas estas restricciones persiguen acabar con la profesión, pero parece que es así. He tocado varios sectores en mi vida y la verdad es que todos van a menos».
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