Hugo Lebaniegos: «La radio busca las capacidades de la gente»
Tras 31 años trabajando en la radio, una vez jubilado, sigue vinculado a este medio a través del Centro Hospitalario Padre Menni
Con 14 años ya soñaba con la radio. Hugo Lebaniegos (Cabezón de la Sal, 1965), tuvo que dejar su profesión de locutor mucho antes de ... lo que le tocaba, debido a una discapacidad visual del 80%. Lleva vinculado a la radio desde 1987 y sus últimos 24 años como profesional, en Onda Cero, donde hizo de todo, «desde técnico a director de mi propio programa». La radio «entró en mí sin querer». Su hermana se fue a estudiar a Inglaterra cuando él tenía 14 años y, «por mi discapacidad visual, la manera que tenía de comunicarme con ella era a través de las grabaciones en casetes. Eran pequeños informativos, donde contaba las anécdotas del barrio, alternando con alguna canción». El trabajo y la solidaridad siempre han estado muy unidos en Lebaniegos. Por ello, cuando se creó la emisora del Centro Hospitalario Padre Menni ('Amennízate Radio'), hace casi dos años, no dudó en colaborar con ellos como voluntario.
-¿Qué le llevó a involucrarse en la puesta en marcha de la emisora Amennízate Radio?
-Cuando me jubilé, el gerente de Padre Menni, Carlos Pajares, y un colaborador de la radio, Enrique Pardo, me hablaron del proyecto de esta radio. Así surgió poner al estudio mi nombre, por mi trayectoria solidaria. Ello supuso para mi uno de los momentos más emotivos e importantes de mi vida.
«La formación en valores tiene que estar presente en todos los colegios»
-¿Cuáles son los objetivos de la emisora?
-Hablando como voluntario, te puedo decir que aquí no se persigue ganar un Premio Ondas. No es una radio comercial. El tiempo que se pasa en este centro hospitalario, que puede ser muy tedioso, a través de esta radio, se hace más llevadero. Es una manera de enseñarles a los usuarios (con discapacidad intelectual) que hay retos que, aunque parezcan imposible conseguir, con esfuerzo e ilusión, se alcanzan. Se les ayuda a vocalizar mejor, a subir su autoestima. Las terapias no solo son pastillas. La radio también puede ser una buena alternativa. Además, hemos conseguido que muchas personas de relevancia política, social o cultural de Cantabria, hayan accedido a venir hasta este lugar y participar de la radio y así conocer la realidad de este hospital. También creo que contribuye a romper el estigma de las personas con discapacidad mental. Se trata de buscar las capacidades de la gente. Queremos ser una radio de éxito para su recuperación
-¿En qué consiste su colaboración?
-Lo que no he podido hacer en mi trabajo en la radio hasta ahora, tampoco lo puedo hacer en esta, debido a mi incapacidad visual. Por ello, me centro en aportar mi experiencia y en acudir a reuniones a dar mi punto de vista, como voluntario. Hemos iniciado un taller, que abarca desde la historia de la radio, hasta cómo se hace un guión. Son casi como tertulias de café. A veces, también participo en algún programa, pero los protagonistas, son ellos.
-Las personas con discapacidad intelectual tienen tanto que decir. Imagino que estará aprendiendo mucho de ellos.
-Por supuesto. Son personas mucho más normales que muchas otras que están al otro lado de la portilla del Padre Menni. Hay que aprender a estar con ellos y entenderles. Es enriquecedor.
-Usted posee una discapacidad física, que le afecta al 80% de su capacidad visual. ¿Nos sigue costando tanto aceptar a las personas diferentes?
-Tengo una enfermedad que se llama acromatopsia o 'ceguera diurna' que supone una tremenda fotofobia. Tenemos que ir siempre con gafas de sol y vemos en blanco y negro. Es complicado porque cuando la discapacidad no es muy evidente, parece que no la tienes y la gente no entiende que te cruces con ellos y que no saludes o que vayas al Palacio de Festivales con gafas. Buscamos continuamente razones para hacer al otro diferente. Creo que son necesarias campañas mucho más fuertes para cambiar el mundo y aceptarnos los unos a los otros como somos.
-Son numerosas las ONG que están haciendo campaña para captar a personas jubiladas. ¿Su compromiso es mayor que el de los jóvenes?
-Creo que es cuestión de tiempo disponible. Y también hay que tener en cuenta cuáles son las prioridades de los jóvenes, que tienen todavía que armar su futuro. En mi caso, dispongo de todo el tiempo del mundo. Pero también entiendo el voluntariado como una manera de devolver lo que la vida me ha regalado. Eso nos ocurre a los que ya tenemos años. También es una forma de estar acompañado y de acompañar a la vez.
-El centro tiene un convenio de colaboración con la Universidad de Cantabria, en materia de voluntariado. ¿Sería interesante hacer lo mismo en los colegios e institutos para hacer campañas entre los jóvenes?
-Cualquier campaña de captación es buena. Pero no cabe duda de que la concienciación es esencial. Hay un tsunami social, que veo que provoca la desorientación de los jóvenes. Entre las materias escolares, deberían estar temas sociales como el voluntariado, que les sirvan como herramientas para saber relacionarse con respeto. También a ser conscientes de que nadie está libre de nada. Que hoy están caminando con normalidad, pero que mañana pueden estar en una silla de ruedas. La formación en valores debe de estar presente en todos los colegios.
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