Jordi Hereu
Confirma el apoyo a la ampliación de Aguayo y confía en la viabilidad de la factoría de hidrógeno de Torrelavega, una tecnología que «necesita tiempo para madurar»
Dos de las apuestas de futuro de Cantabria, y también dos de los ámbitos en los que se enfrenta a más retos, son la industria ... y el turismo. Son también las dos áreas de responsabilidad del ministro Jordi Hereu (Barcelona, 1965), que esta semana estuvo en Santander en la UIMP y repasó con El Diario Montañés las perspectivas de la región.
–En una entrevista como esta hace un año, comenzamos hablando sobre la ampliación de la central de Aguayo. En este tiempo no ha habido ningún avance. Tanto Cantabria como Repsol culpan al Gobierno central por no crear el marco regulatorio necesario.
–Hace referencia a algo que compete al Ministerio de Transición Ecológica, pero es evidente que para nosotros los proyectos de hidráulica reversible son estratégicos y forman parte de la nueva planificación nacional de la energía. Es un objetivo del Gobierno de España conseguir este proyecto.
–Si es estratégico, ¿por qué no se crea ya ese marco legal? ¿Entiende el nerviosismo?
–No tengo ninguna noticia que apunte a que no se vea con buenos ojos el tema. Todo lo contrario. Este y otros proyectos similares están sobre la mesa y están en tramitación. No hay ningún cambio de criterio. En estas cosas siempre soy muy claro: cuando un proyecto no interesa, hay que decir claramente a las partes que no interesa. Y no es el caso.
–Otra de las tecnologías que viene con la reconversión industrial es la del hidrógeno verde. ¿Cómo de maduros están los proyectos en general y qué confianzas le ofrece el proyecto de Torrelavega en particular?
–El hidrógeno verde será un vector energético muy importante por sí mismo y para muchos procesos productivos. Tiene un interés estratégico evidente y Cantabria forma parte del eje español de distribución y de la autopista que nos conectará a Europa. España tiene que dar pasos y fomentando la demanda de hidrógeno para nuevas tecnologías y nuevas energías. En Cantabria y en otros lugares de España se está hablando de proyectos que espero que se lleven a cabo y en algunos casos los estamos apoyando con fondos europeos, pero hay algo que pasa en toda Europa y es que las nuevas tecnologías necesitan un proceso de maduración. Estoy seguro de que en Torrelavega se puede desarrollar un proyecto así. Porque además es muy importante que en zonas donde ha habido desindustrialización se pueda recuperar contenido no solo energético, sino también industrial, de la mano de nuevas energías.
–Estamos a punto de finalizar la fase ejecución de los fondos europeos. ¿La industria cántabra ha aprovechado bien estas herramientas, a través de los Perte, para estar preparada para el futuro?
–Los Perte no van de territorios, sino de empresas. Y en Cantabria hay empresas de una calidad industrial evidente. Aquí el Ministerio ha invertido 200 millones, de los cuales casi 130 en política industrial. Los proyectos de Solvay y de SEG Automotive son muy emblemáticos y expresan perfectamente la política en la que estamos, que es de transformación. En el caso de Solvay para afianzar su proyecto con transición energética y en el de SEG hacia la movilidad eléctrica. Ahora que ya está el dinero es importante acometer todos los proyectos. En el caso de los Perte, lo que hacemos es meter una semilla de transformación desde lo público, pero hace falta después liderazgo empresarial. Estoy convencido de que Cantabria aprovechará este proceso, pero igual que el resto de España. No veo aquí diferencias. Tenéis buenas mimbres porque, cuando en una comunidad hay solo un 7,1% de paro, es que desde el punto de vista socioeconómico hay dinamismo.
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–Las electrointensivas se siguen quejando de falta de apoyo y el Gobierno dice que tienen más ayuda que nunca. ¿Lo hacen ya por costumbre o tienen razones objetivos? ¿Se quejan de vicio?
–Yo no digo que se quejen de vicio, pero sí quiero objetivar las cosas. El PBI industrial español está casi a 52 puntos, el más alto de Europa. Tenemos la producción industrial manufacturera más alta en 30 años. Yo no paro de recibir proyectos que se quieren instalar en España. Por tanto, algún factor debe haber de atractividad industrial. Tenemos un liderazgo en generación de renovables que, objetivamente, nos da un precio muy competitivo. Sí hay estrategias de autoconsumo por desarrollar. Yo cuando veo tejados industriales sin fotovoltaica pienso: 'aquí se pierde una oportunidad'. Y luego hay un instrumento que son los PPA, que significa acordar con operadores a largo plazo para tener precios previsibles. Con todo eso, yo pido al sector que explore esos caminos, porque son fundamentales para su competitividad. Otro dato: en 2018 España dedicaba 6 millones a compensar los costes indirectos por consumo de electrointensivas, ahora 600 millones. La política pública está para ayudar, pero también pido un esfuerzo al sector. La producción de energía sostenible es la base de nuestra competitividad industrial. El sector industrial tiene retos, pero es un momento de gran desarrollo. Venimos de décadas de desindustrialización y ahora estamos en un momento de reindustrialización.
–¿Qué planes tiene el Gobierno tras la salida de Ryanair de aeropuertos como el de Santander?
–Lo primero que hay que decir es que las tarifas de Aena, la excusa de Ryanair, son muy razonables y durante años han estado congeladas. Estamos muy orgullosos de nuestra red de aeropuertos y Aena tiene derecho a fortalecerla (con inversiones que se pagan con esas tasas). También digo que son los destinos los que tienen atractivo y no los medios para llegar a ellos. Trabajaremos para que las personas puedan llegar a Santander, a Vigo, a Valladolid... Se puede llegar con Ryanair, pero también con otras compañías. No nos quedaremos con los brazos cruzados y trabajaremos para que otro ocupe su lugar y Santander y el resto de ciudades tengan cubiertas sus necesidades. Casi diría que ellos se lo pierden. Lo que tenemos claro es que el Gobierno no puede ir al dictado de una empresa privada. El Gobierno tiene respeto por las empresas, pero también lo exigimos.
–¿Qué balance hace de la temporada turística y qué le parece el debate cada vez más evidente sobre la masificación de destinos, que ya ha llegado a Cantabria?
–Hablo con datos. España, hasta julio, ha recibido a 55 millones de turistas internacionales. El turismo nacional, en el que Cantabria es muy fuerte, es más difícil de calcular. Más de un 4% de crecimiento, pero a mí me interesa más los 76.000 millones de inyección de prosperidad con un crecimiento del 7,5%. Prefiero crecer en el gasto en destino, que en la llegada. Es verdad que el verano, quizás aún no en Cantabria, empieza a llegar a un límite y cada vez costará más crecer. La estrategia de política pública es ayudar a las autonomías a desconcentrar flujos, diversificar producto, desestacionalizar y digitalizar. Estamos ayudando a que Cantabria, con más de 70 millones, haga todo esto. El éxito en el turismo genera el impulso social. Y está bien porque nosotros estamos en la tesis de gobernar el turismo. Como cualquier actividad humana, no puede ser ajeno a la regulación. Regular puede ser limitar o implantar tasa turística... También en Cantabria, porque si alguien descubre Cantabria, volverá.
–El Gobierno cántabro es reacio a regular. ¿Más allá de la tasa turística, qué debería hacer a nivel regulatorio?
–La tesis antigua es no regular. Ahora la tesis no de España, sino del mundo, es la de regular para proteger y garantizar la sostenibilidad social, económica y ambiental del fenómeno. Quien no regule hoy el turismo, acabará regulándolo. Y quizás lo haga tarde y mal. Aviso a Cantabria por cosas que ya pasan en otros lugares. Si no se regula la vivienda turística, se acabará girando contra el propio fenómeno del turismo. La sociedad tiene que ver que el turismo aporta en positivo y que los poderes públicos hacen el esfuerzo de minimizar las externalidades negativas. Es tan evidente que casi da pereza explicarlo. Yo no digo cómo regular o con qué porcentajes en cada lugar. Los competentes son los gobiernos regionales, pero digo que es bueno hacerlo. No seré yo quien diga que Cantabria ponga la tasa turística, pero sí creo que es bueno porque da un mensaje: lo que recaudo del turismo, lo reinvierte en calidad de vida de las personas locales.
–Muchos planes de sosteniblidad de Cantabria no van a estar listos para verano de 2026, como exige Europa. ¿Hay posibilidad de prórroga?
–Trabajamos para que todo el dinero se invierta. Los municipios tienen que apretar. El éxito es que no les sobre el dinero que les hemos concedido.
–Municipios como Suances ya reconocen que no llegan a tiempo. ¿Perderán el dinero?
–Estamos trabajando muy cerca de las instituciones regionales y locales para ayudar a que esto llegue a buen término. Nuestra directora general de Política Turística se ha pateado toda España para ayudar. No para fiscalizar, para ayudar a que esto se implemente y por tanto mi mensaje sería de apretar e invertir.
«Sería una irresponsabilidad que Cantabria renunciara a una quita de 809 millones»
–Cantabria dice 'no' a la quita de la deuda. ¿Creen en el Gobierno que las autonomías del PP finalmente aceptarán esta condonación?
–Es evidente que creemos que es bueno para las comunidades autónomas. Eso significa que es bueno para los ciudadanos porque muchas de las políticas del estado del bienestar dependen de ellas. Las autonomías se vieron muy mermadas por la crisis de 2008. Hacer esta rebaja de la deuda de las comunidades autónomas con criterios muy objetivos que benefician a todos los ciudadanos de España, porque el principio de igualdad es un principio fundamental, es importante para que puedan desarrollar estas políticas. Decir que no a esto… Quien lo haga lo tendrá que explicar.
–Buruaga explica que no aceptará ese dinero, entre otras cosas, porque los cántabros tendrán que asumir ahora más deuda como españoles que la que asumían como cántabros.
–Yo apelo a la responsabilidad institucional, que no a la responsabilidad partidaria de cada presidente autonómico. Si la ley se aprueba en el Congreso, yo creo que sería una gran irresponsabilidad renunciar, en el caso de Cantabria, a 809 millones. Es uno de los porcentajes más altos de España, además, en la región que es la mejor financiada. Hay que destacar que el Estado puede asumir esta deuda en este momento pese a que tenemos que cumplir con requerimientos y marcos financieros europeos. Se puede asumir por la situación de solvencia de este Gobierno. Si yo fuera presidente, aceptaría esta decisión y no obedecería las órdenes que llegan de alguien desde un despacho de Madrid (Feijóo) en contra del interés de mis ciudadanos. Los números cantan y en el caso de Cantabria suponen que se quitaría el 24,4% de la deuda. Es increíble este debate, pero nos estamos acostumbrando a ciertos debates…
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