Sanidad deja en manos de los vacunados con AstraZeneca la segunda dosis que se ponen

Esta decisión, que es la que más convencía al Ministerio de Sanidad, ha generado «un intenso debate» entre las comunidades autónomas, tanto en la reunión del martes, que terminó a las diez de la noche, como en la mantenida ayer por la tarde en el seno del Consejo Interterritorial de Salud, con comunidades partidarias de completar con AstraZeneca la vacunación de los profesionales de los colectivos esenciales –más de 2 millones de personas en España (docentes, policías, guardias civiles, protección civil, bomberos...)–; otras que aceptan reemplazar esa segunda dosis por una de Pfizer; las que condicionan una u otra opción en función de la franja de edad y las que prefieren dejar en manos de los propios afectados la vacuna que se ponen. En este último grupo se encuentra Cantabria, que defendió mantener las dos posibilidades abiertas. Y así lo decidió finalmente el Consejo, según señaló la ministra Carolina Darias, en la rueda de prensa posterior, donde explicó que se ha pedido un informe al Comité de Bioética para que valore esta posibilidad que ha contado con la aceptación de la mayoría de las comunidades.

«Me parece bien que se utilice Pfizer, que es el planteamiento que se llevó a la Comisión de Salud Pública», señaló el consejero, Miguel Rodríguez, pero «también defendemos que aquellas personas que recibieron un primer pinchazo de AstraZeneca y quieran recibir el segundo lo puedan hacer». Y le consta, dijo, que «son muchos» los que prefieren esta opción. Es más, él mismo reconoció que, «a título personal», elegiría completar la pauta con el mismo suero. «Yo personalmente, no como consejero de Sanidad, si estuviese vacunado con una primera dosis de AstraZeneca me pondría una segunda de AstraZeneca sin ningún problema», señaló, añadiendo que le da «mucha seguridad» esa vacuna y no tiene «ningún miedo», además de que si no han surgido problemas con la primera dosis la posibilidad de que ocurran con la segunda es «muy remota».

Un argumento en el que ha incidido de forma reiterada la Sociedad Española de Inmunología, que preside el cántabro Marcos López Hoyos, que no se ha cansado de repetir que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) nunca desaconsejó el uso de AstraZeneca en menores de 60 años tras la evaluación de riesgos que siguió a la serie de episodios trombróticos raros detectados entre vacunados de mediana edad, principalmente mujeres. Y son más de una quincena las sociedades científico-médicas las que se han posicionado a favor de administraran las segundas dosis de AstraZeneca pendientes, igual que han hecho otros países como Alemania o Italia.

Ayer mismo la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) consideró un «error» la decisión del Ministerio de poner ese segundo pinchazo con Pfizer, porque «no puede justificarse en los resultados del ensayo del Carlos III, ya que el resto de la evidencia científica disponible no avala el uso de vacunas distintas y transmite un mensaje de confusión y desconfianza en la población hacia la seguridad de las vacunas».

También el portavoz de Sanidad del PP de Cantabria y diputado regional, César Pascual, juzga un «absoluto disparate» administrar Pfizer a los profesionales que quedaron en el aire cuando se cambió el criterio de aplicación de AstraZeneca en abril, limitando su uso a mayores de 60 años. El titular de Sanidad cántabro aclaró por la mañana que es «perfectamente factible» poner segundas dosis con Pfizer porque el estudio ha demostrado que es «compatible» y que los niveles de anticuerpos que se generan también son «muy altos», pero confió en que la decisión final contemple «la autonomía» de los ciudadanos para decidir cuál de las dos dosis se ponen. Y así lo acordó el Consejo Interterritorial unas horas después.