Borrar
Ignacio Herrero, con su pequeño hijo, en Singapur. DM
«Aquí, en Singapur, se tomaron bastantes medidas y se controló mucho para evitar la propagación»

«Aquí, en Singapur, se tomaron bastantes medidas y se controló mucho para evitar la propagación»

El cántabro Ignacio Herrero ha iniciado una campaña para enviar mascarillas a Cantabria desde el sudeste asiático y ya ha enviado 18.000 a Cantabria, pagadas de su propio bolsillo

Elena Tresgallo

Penagos

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 28 de marzo 2020, 07:50

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Se llama Ignacio Herrero y es un joven ingeniero de gestión de proyectos cántabro de 37 años «mitad de Sobarzo (Penagos) y mitad de Muriedas (Camargo)» que se instaló con su familia en Singapur en 2017. Hace ahora dos meses que en este rincón del mundo se vivió la misma locura pandémica, por lo que el joven cántabro, muy vinculado a su tierra, no se lo pensó y el pasado sábado inició su propia cruzada para conseguir mascarillas en el mercado asiático -menos complicado que el europeo- y surtir a los sanitarios cántabros del material que necesitan.

«Desde la distancia lo veo mal, la verdad, los próximos diez días va a ser duros», responde Ignacio a preguntas de este periódico. Él vive en un rincón del mundo donde ya han pasado por una primera fase de esa plaga mundial, aunque allí fue distinto porque la cultura es otra. «Singapur fue el primer sitio después de China, aquí se tomaron muchas medidas, se controló mucho para evitar que se propagara. No hubo confinamiento como tal pero se redujo todo mucho», explica. «Desde del primer momento se empezaron a hacer test y había muchas restricciones, no podía haber grupos de gente con más de 500 personas», describe.

Pero lo pasado allí ahora es lo de menos, Ignacio vive con «preocupación», y desde la distancia, lo que está pasando aquí, sobre todo porque en Singapur el gobierno tenía stock de material médico. Es por ello que mirando a España y viendo que lo necesario no llegaba con celeridad a las comunidades autónomas no se lo pensó y comenzó a buscar mascarillas en el mercado asiático para enviarlas. «Empecé el pasado sábado, fui por las tiendas y compré las que pude», explica. A partir de ahí y a través de amigos de Indonesia, Malasia y Vietnam, además de un contacto con una compañía de material médico en Taiwan encontró las primeras «7.000 unidades» de las 18.000 que ha conseguido. Ahí se encontró en la tesitura de adquirirlas de su bolsillo -fueron unos 10.000 euros porque eran las FFP2 que son más caras- o quedarse sin ellas. «Y las compré». «Soy un currante normal preocupado por lo que pasa», añade. Tras el adelanto, inició una campaña de crowdfunding para poder financiar el material cuyo primer envío llegó ya esta semana al Gobierno de Cantabria. Lo hizo no sin algún truco ingenioso para «pasar la aduana». Pocos días después, gracias a su otra cruzada en redes sociales ya ha recaudado «casi todo» el total de lo invertido en su intermediación. «Al principio fue lento porque puede pensarse que es un timo, pero después fue todo bien», explica. En su peña racinguista Nukleo Asón fueron de los primeros en apoyar su hazaña.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios