La suspensión de la renovación en las juntas locales reabre heridas en el PP

Lo que ocurre es que algunos de los afectados por esta decisión ven algo más. Se renovaban los órganos locales en 33 municipios y en cinco de ellos se habían presentado dos listas. En Torrelavega, Castro Urdiales, Laredo, El Astillero y Noja. En estas cinco localidades, los candidatos cercanos a la presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, iban por delante en la recogida de avales. Es decir, que por lo menos 'a priori', tenían más posibilidades de hacerse con la victoria. «No sé si hay una intención o no. Sí es verdad que todos los que iban por detrás en esta carrera parece que tienen una persona o unas personas en Madrid como nexo en común», explica Miguel Ángel Vargas, cabeza de la candidatura 'oficialista' en la capital del Besaya.

Se refiere al grupo de diputados y senadores que lidera Diego Movellán, muy cercano a Pablo Casado y con una evidente menor sintonía con Buruaga. De hecho, el pasado mes de febrero, este grupo hizo públicas sus diferencias con la líder de la formación conservadora en Cantabria al denunciar que habían sido apartados de la dirección regional. La diputada Elena Castillo, la senadora Amaya Landín o la portavoz en Castro, Ana Urrestarazu, entendían que habían sido desplazadas por Buruaga, precisamente, por su cercanía con Génova. De hecho, Urrestarazu es una de las dos candidatas que se presentaban al proceso interno en su junta local. Antes de las votaciones, ahora aplazadas de forma indefinida, había logrado 71 avales, cinco menos que su oponente, Santiago Cortés, un desconocido fuera del ámbito municipal.

Desde esta corriente crítica entienden que las explicaciones esgrimidas por Madrid para frenar la renovación de las juntas locales son las únicas válidas y consideran absurdo hacer otras interpretaciones. Pero lo cierto es que las hay, del mismo modo que una parte de la militancia considera que desde el equipo de Casado se está desautorizando a la dirección regional y, de paso, reabriendo las heridas aún no cicatrizadas que dejó el último Congreso Regional que dividió en dos al PP de la comunidad autónoma.

¿Y qué dice Buruaga y la dirección regional del Partido Popular? Nada. Este martes, como el lunes, la jefa de la oposición optó por no pronunciarse. Según ha podido saber este periódico, en la reunión del Comité Ejecutivo en la que puso en conocimiento de sus compañeros la situación, Buruaga pidió a los integrantes de este órgano que apoyaran la recomendación que llegaba de Madrid. Es decir, que votaran a favor de parar el proceso hasta nuevo aviso, como quería Génova.

Pese a que hubo voces críticas que optaron por lo contrario, la mayor parte de Comité -elegidos por Buruaga y, evidentemente, cercanos a sus posiciones- votó a favor de acatar la recomendación. Con más o menos ganas. Si el resultado hubiera sido otro, el proceso interno habría seguido adelante y no se habría suspendido. Eso sí, habría supuesto hacer caso omiso a las órdenes de la dirección nacional con consecuencias inciertas.

Algunos de los candidatos hacen una lectura crítica y ven otras intenciones en la paralización de estas primarias -insisten en que se han frenado al ver el resultado de la recogida de avales y no hace un mes, cuando se convocaron- y otros la contraria. Los segundos, además de dar por buenas las razones para el aplazamiento, incluso dejan entrever que han podido existir anomalías en la recogida de avales y por eso Madrid ha tenido que intervenir.