Las tormentas de finales de agosto alivian ligeramente el problema de la sequía

De los tres abastecimientos efectuados por el 112 en septiembre, dos han correspondido a Valderredible y uno a Rasines; la Consejería, por su parte, ha suministrado agua para el ganado, entre el 29 de agosto y el 4 de este mes, a Anievas, Hazas de Cesto, Voto, Castro Urdiales, Guriezo, Saro, Soba y Valderredible.

Este último municipio está pasando un verano complicado, como explicó su alcalde, Fernando Fernández. «Apenas ha llovido, y ese poquito de agua no llega a los manantiales, que se nutren de las nevadas y del agua de invierno, y tampoco ayuda al pasto». La escasez de forraje es uno de los problemas que apuntó el regidor, porque los ganaderos están gastando ya en la alimentación de los animales lo que debía reservarse para el invierno. «Creo que la sequía va a afectar también a la cosecha de patatas, reduciendo las toneladas». Mientras, el Ayuntamiento continúa llevando agua, especialmente a los pueblos de montaña, confiando en que el fin de la temporada y la marcha de los veraneantes reduzca el consumo y ayude a normalizar la situación.

Según el balance de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Cantabria, agosto resultó muy cálido y húmedo: registró una temperatura media de 20,3 grados -fue el segundo agosto más cálido de la historia-, y se recogieron 59 litros por metro cuadrado en el promedio regional, aunque la distribución de las precipitaciones resultó irregular.

Con el asunto de la sequía sobre la mesa se reunió ayer el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, con representantes de las cuatro organizaciones profesionales agrarias de la región (Asaja, UGAM-COAG, UPA y Aigas-La Unión), con el objetivo de estudiar el modo de hacer llegar al sector primario ayudas para paliar los problemas que está originando. La Consejería está analizando el impacto de la escasez de agua en la producción del forraje que servirá para alimentar al ganado a partir del otoño. «La sequía no solo afecta a las producciones agrícolas, sino que también afecta a las producciones ganaderas por la reducción en la producción de alimentos para el ganado», subrayó Blanco.

El representante de UGAM-COAG, Gaspar Anabitarte, indicó que las cuatro organizaciones agrarias comparten el criterio de que las nuevas ayudas, que podrían superar los dos millones de euros -que se sumarían a los 11,5 millones destinados al campo por la Consejería en lo que va de año-, beneficien a las explotaciones ganaderas de carácter profesional -unas 3.000 en Cantabria-, a falta de decidir si la cuantía de la subvención ha de ser igual para todas o si varía en función de su tamaño. «De cara al futuro se ha planteado también el tema de potenciar los seguros agrarios -de pastos, para el maíz...-, y eso se consigue abaratándolos a los ganaderos».

Por su parte, Manuel Sainz, de Aigas, reconoció que el sector está viviendo una situación muy difícil. «Es cierto que el precio de la leche ha subido, pero a un ritmo inferior al de los costes, así que no estamos mejor, y no sería raro que volviéramos a salir a la calle. La situación es compleja tanto para la ganadería de leche como de carne, y aunque las ayudas son de agradecer, todas se quedan escasas ante esta coyuntura».