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Tradición, color y luto para cerrar el carnaval
Santoña, Laredo, Cabezón, Val de San Vicente, Ramales, Polaciones y Piasca han puesto fin a sus mascaradas por todo lo alto
Las esperadas mascaradas de este año eran, indudablemente, las más especiales. Su celebración tras dos años de pandemia implican que la situación sanitaria va ... a mejor, así que a lo largo y ancho de la región no se ha desaprovechado la ocasión para sacar a relucir los disfraces estas últimas semanas y revitalizar la tradición tras el obligado paréntesis.
Hoy ha sido el momento del broche de oro, y se ha hecho con toda la diversidad que abunda en Cantabria en torno a esta festividad:el riguroso negro de los laredanos para el Entierro de la Sardina ha contrastado con el colorido de los zamarrones de Polaciones, mientras que otros lugares como Cabezón de la Sal, Ramales de la Victoria y Val de San Vicente han realizado sus desfiles. Donde también ha abundado el negro, como marca el protocolo, fue en el Juicio en el Fondo del Mar de Santoña, que se resiste a despedir el carnaval y lo alargará hasta el próximo sábado con el Día del Trasmerano.
Santoña
Juicio en el Fondo del Mar
Los disfraces se han sustituido en Santoña por las prendas de luto para asistir al Juicio en el Fondo del Mar, antes de lo cual se ha nombrado Parrandista Mayor a título póstumo al murguista José Ángel Lagarma. La representación teatral, declarada Fiesta de Interés Turístico, dota de un carácter único al Carnaval Marinero por su original argumento en torno a la figura de un besugo. Como de costumbre, el apresamiento del reo en el embarcadero del Pasaje por la mañana ha sumido a esta villa en una profunda pena. Una comitiva de peces integrada por las lubinas, el pulpo, el mero, la almeja... ha escoltado al besugo en su recorrido por las calles del casco urbano, despertando la admiración de los foráneos que, a su paso, no dejaban de sorprenderse por la realista y curiosa caracterización de los personajes marinos.
A las ocho de la tarde estaba fijado el emocionante juicio contra el besugo. Cientos de personas han asistido a la 41 edición del espectáculo que se ha desarrollado bajo la carpa de la plaza de San Antonio. Sobre el reo ha pesado la imputación del rapto de una traviesa sirena, desatando la furia de su padre, un contrariado Neptuno. Para arrojar luz ante tal suceso, se ha celebrado un pleito escenificado por los integrantes de la peña Los Rayitos, que han puesto el alma y la voz a los peces que han desfilado por el estrado para contar su versión de este enredo amoroso, basado en la murga santoñesa de Los Parrandistas, del año 1934.
Por la 'sala', que simulaba ser un fondo marino, han pasado «desde el pez más diminuto hasta el muergo más astuto». Así, se ha escuchado testificar ante el tribunal al bocarte, al luciato, a la jibia, al bonito y al cabracho. Ninguna versión ha sido aclaratoria, por lo que Neptuno ha declarado al besugo absuelto. Entonces, ha aprovechado para volver a los brazos de su amada, pero la sirena lo ha rechazado confesando que todo había sido un capricho. Al oír estas palabras, el besugo ha muerto de pena. Una comitiva fúnebre sin consuelo le ha arropado en su último paseo hasta el Pasaje donde ha sido quemado en la bahía.
Laredo
El Entierro de la Sardina
El ambiente negro también ha teñido el otro lado de la bahía. La Plaza de la Constitución de Laredo ha sido lugar de encuentro para los viudos y viudas que han asistido, junto a vecinos y visitantes, a la representación de 'La Bacanal de don Carnal y los traidores de la Famélica', que ha corrido a cargo de la compañía laredana Aldaba Teatro. Acto seguido ha dado comienzo el Entierro de la Sardina que, acompañada de varias charangas, ha sido conducida por las calles de la Puebla Vieja para, a continuación, dirigirse hasta la playa Salvé. Allí un grupo de vecinos ha recitado la 'Letanía a la difunta sardina', mientras se ha procedido a su quema.
Cabezón de la Sal
Vuelta al desfile
Con frío, pero sin lluvia. A pesar de las previsiones climatológicas, el carnaval de Cabezón de la Sal se ha desarrollado sin agua. Al menos al principio, durante el multitudinario desfile que ha recorrido las principales calles de la villa, desde La Pesa hasta la plaza Virgen del Campo. Había muchas ganas después del silencio de la pandemia.
Un año sin carnaval en Cabezón es mucho, porque se trata de uno de los eventos más importantes de la localidad. Cientos de personas se han vuelto a reunir en torno a la fiesta carnavalera -aunque la percepción ha sido que no ha habido tanta gente como en años anteriores-. Eso sí, «todos unidos», decía una vecina que lo ha visto desde un balcón. Trajes llenos de colorido -verdes, rojos, rosa- han inundado las calles del pueblo, con la música sonando a todo volumen, las trompetas, los gritos, la emoción y sobre todo, mucho humor para llevar el disfraz más original en este carnaval del 2022.
Heladeros, paraguas, gigantes, vikingos, niñas «locas de contentas», cervezas mahou, muñecos. Disfraces de todo tipo. El desfile ha hecho temblar cada baldosa de Cabezón y después, niños, jóvenes y mayores han seguido la fiesta por «su pueblo», con la entrega de premios y la carpa que se ha instalado en la plaza del Ayuntamiento.
Ramales
Mascarada de colores
Había ganas de volver a estar de fiesta en Ramales después de dos años en blanco, y se ha notado en la primera celebración multitudinaria desde el inicio de la pandemia. El carnaval arrancó el viernes con cierto sabor agridulce, ya que la lluvia impidió que el pistoletazo de salida de la mascarada ramaliega se diera al aire libre, y tuvo que trasladarse al polideportivo, aunque los integrantes del club de baloncesto femenino no se achicaron a la hora de dar el pregón y trasladaron sus buenas energías a los presentes. Hoy, aunque se avecinaba agua también, el tiempo ha dado un respiro al menos para disfrutar del desfile tal como los ramaliegos lo recordaban, en la plaza de los Duques de la Victoria, abarrotada de gente para ver de nuevo el ingenio de los vecinos en el diseño de sus disfraces.
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Los zamarrones de Polaciones desafiaron a la nieve
La cita ha vuelto a ser un éxito y un despliegue de creatividad, destacando el homenaje a la churrería que desde 1956 endulza las fiestas de Ramales, referencias a la cultura mejicana, o unos animados flamencos. También la lucha contra el covid, la dulce casa de Hansel y Gretel, y un gran grupo de Jokers, se han colado en el desfile ramaliego, haciendo bailar al público.
Los participantes del desfile han estado acompañados por la peña Maravillas y las charangas Ardoa Baturra y Costa Norte, que han animado con su música la celebración.
Val de San Vicente
Disco móvil y orquesta
Los vecinos de Val de San Vicente han disfrutado de nuevo de su fiesta de Carnaval, que ha tenido como potagonista al desfile que ha recorrido las calles de Unquera y Bustio para volver a la localidad cántabra y finalizar en el Paseo Marítimo, donde la carpa ha albergado la disco móvil y la orquesta. Previamente, ha habido hinchables para los niños y una actuación de animación infantil.
Liébana
Piasca celebró el tradicional carnaval en familia
Los vecinos de la Paré de Piasca, celebraron hoy el tradicional carnaval en familia, organizado por la asociación «Andruido en la Paré de Piasca», realizando un breve recorrido por la localidad lebaniega.
Los organizadores han querido que de nuevo este año, al igual que ocurrió el pasado, debido a la pandemia, los actos principales no se celebren, pero campaneros, zamarrones y comparsa, de vecinos de la localidad, de otros pueblos del concejo y de otros lugares de la comarca, participasen recorriendo el pueblo. Zamarrones y campaneros, se han desplazado desde el barrio de arriba de Piasca, hasta el prado de Los Llanos, entre Piasca y Ubriezo, desde donde han descendido atravesando un camino al barrio de abajo, sin acudir a la puerta de la iglesia como es tradicional. Desde las casas del pueblo han ascendido de nuevo al barrio de arriba, acompañados por las mujeres de la comparsa, para llegar a una de las viviendas, donde han degustado un picoteo ofrecido por la organización. Y ha habido canciones y bailes tradicionales, al son de la música de la gaitera lebaniega del pueblo, Leire Blanco, y de un grupo de pandereteras.
En un momento de la reunión y continuando con la tradición de la fiesta del carnaval de Piasca, Ismael Blanco, presidente de la asociación «Andruido en la Paré de Piasca», acompañado de integrantes de la junta directiva, ha hecho entrega del título de socio de honor, a Miguel Barrio, y de «Campanero de la Paré», a título póstumo a Lidia Sebrango, que han recogido sus hijas, Margarita y Begoña Cires, todos ellos muy emocionados
(Con la colaboración de Ana Cobo, Lucía Alcolea, Irene Bajo, Sara Torre y Pedro Álvarez).
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