El tramo de la A-67 cortado desde el lunes permanecerá así hasta que se señalice el estrechamiento

En principio estaba previsto que la circulación se reanudara el martes a primera hora de la mañana, pero la situación se ha ido complicando. Primero por la dificultad que entrañaba la extracción de un vehículo de grandes dimensiones y la pieza que transportaba en un viaducto. Tuvieron que utilizar dos grúas de gran tonelaje. Después había que arreglar los desperfectos causados por el siniestro. El objetivo que se había marcado ayer Carreteras, una vez fuera retirado el transporte especial, era colocar un sistema de contención seguro y las señales necesarias para limitar la velocidad máxima de circulación, así como alertar adecuadamente del estrechamiento de la vía, puesto que la intención era reabrir uno de los dos carriles lo antes posible. Sin embargo, el temporal de viento impidió que los operarios del servicio de mantenimiento de la Demarcación de Carreteras del Estado en Cantabria instalaran toda la señalización según la Delegación del Gobierno.

Una vez que se lleve a cabo la actuación, ese tramo de la A-67, en dirección a Santander, abrirá al tráfico con un carril. Mientras tanto ese tramo de autovía permanece cortado a lo largo de ocho kilómetros, entre Requejo, en el punto kilométrico 136, y Santiurde de Reinosa, en el 144. Mientras el tráfico se está desviando desde Reinosa por la N-611, una carretera poco cuidada por la falta de uso, con una velocidad máxima de 90 kilómetros por hora y en la que es muy difícil adelantar. Su trazado además es mucho más largo y no hay una incorporación a la autovía hasta el acceso desde la localidad de Pesquera.

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Además de la señalización, la Demarcación de Carreteras del Estado en Cantabria también está colocando en la vía protecciones, en concreto un sistema de contención y barreras de hormigón.