Un tratamiento devuelve la movilidad a dos leones africanos de Cabárceno
El equipo del parque detectó una extraña patología provocada por déficit de vitamina A en los animales que ha sido tratada en León
Un equipo veterinario de Cabárceno ha liderado el diagnóstico y tratamiento de una inusual patología que afectaba la movilidad de una pareja de leones africanos nacida en la primavera de 2024. Simba y Scar, como fueron bautizados por sus cuidadores, comenzaron a mostrar síntomas de una extraña cojera en las patas traseras a los pocos meses de vida, lo que activó un proceso clínico que no solo dio buenos resultados, sino que ha terminado resultando pionero.
Según explica a este periódico Santiago Borragán Santos, jefe de servicios veterinarios del Parque, los primeros signos de alerta surgieron cuando los cachorros, con apenas tres meses, presentaban una fuerte inestabilidad al caminar. «Uno de ellos incluso era incapaz de levantarse», señaló el veterinario. Inicialmente se pensó en un posible traumatismo, pero al observarse los mismos síntomas en ambos, se descartó una lesión aislada y se comenzó a investigar patologías poco comunes en leones jóvenes.
Fue entonces cuando el equipo localizó una publicación científica en Israel que describía un caso similar relacionado con una grave deficiencia de vitamina A. Este hallazgo fue clave para orientar el diagnóstico. En colaboración con el Hospital Veterinario de la Universidad de León, se realizaron pruebas avanzadas, como resonancias magnéticas, que confirmaron la presencia de malformaciones óseas que comprimían el cerebelo fragmentando el cráneo y la médula espinal.
«La evolución ha sido evidente» tras un tratamiento que ha permitido a los leones recuperar la normalidad
El tratamiento, diseñado e iniciado tras el diagnóstico, ha mostrado resultados muy positivos. «La evolución ha sido evidente», destaca Borragán, quien subraya la evolución en la coordinación y la disminución de los temblores gracias a la reducción de presión sobre el cerebelo.
Los dos leones nacieron en una zona no controlada del recinto, y el equipo veterinario no tuvo contacto con ellos hasta pasados tres meses. «No sabíamos cuántos cachorros había, ni si estaban bien. Solo cuando la madre los sacó a la pradera pudimos verlos y empezar a intervenir», recordó el responsable veterinario.
«Caso extraño»
Este caso, considerado por los expertos como raro y con escasa documentación a nivel mundial, podría abrir para el futuro nuevas vías para el tratamiento de patologías similares en grandes felinos. «Es un caso muy extraño que se ha dado pocas veces en el mundo, pero gracias al diagnóstico precoz, al trabajo clínico con TAC y al seguimiento, estamos viendo una recuperación excelente. Esta experiencia podría incluso derivar en una futura publicación científica», ha añadido el veterinario.
Desde Cantur, entidad gestora del Parque de Cabárceno, ponen en valor la capacidad del equipo veterinario para diagnosticar el problema, encontrar la causa y liderar un tratamiento que está devolviendo la movilidad y la calidad de vida a los animales.