El TSJC tumba el recurso del Idival contra José Ramos

El TSJC, por el contrario, colige tras analizar los hechos en la misma dirección que el Juzgado de lo Social nº 1 de Santander. Esto es, «el actor ha desarrollado, al menos desde 2014, múltiples tareas que van desde realizar las entrevistas para seleccionar al personal objeto de contratación; acogida de donantes; impartir charlas; formar parte del jurado de la Feria de la Ciencia; visitas divulgativas a colegios; hacer informes de seguimiento y evaluación de doctorandos; corregir memorias de doctorandos y tesis doctorales; ser miembro de tribunal de tesis doctoral; corregir y evaluar Trabajos Fin de Grado; efectuar entrevistas doctorandos Micro; participar en reuniones del grupo de acoso laboral; reuniones de la Comisión de Disciplina; reuniones y redacción de convenios de colaboración con empresas... Todo ello lleva al magistrado de instancia a concluir en la fundamentación jurídica que el trabajador prestaba servicios relacionados con las necesidades estructurales y permanentes de la propia Fundación demandada, y no en necesidades temporales determinadas en un proyecto de investigación o de financiación concreto».

La sentencia, en la que igualmente se condena a costas al Idival, se puede recurrir en casación ante el Tribunal Supremo en busca de una unificación de doctrina. El fallo favorable hacia el microbiólogo ha sido obtenido por parte del letrado Manuel Martínez Muriedas, del despacho Terna Abogados de Santander.

El pasado noviembre este periódico informaba de la resolución inicial, que igualmente catalogaba como improcedente la salida de Ramos y condenaba «a su elección» al Idival a readmitir en su puesto al demandante, como indefinido no fijo, en las mismas condiciones y jornada que tenía, o a indemnizarle con 48.330 euros. El gerente del Idival, Galo Peralta, avanzó inmediatamente tras el primer revés judicial que recurriría. Ahora el TSJC vuelve a desestimar el argumentario del ente público.

El investigador gallego llegó al Idival desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid en 2009 gracias a uno de los competitivos contratos Miguel Servet que concede el Instituto de Salud Carlos III, restringidos a la élite de la investigación biosanitaria en España. «En la última década, Cantabria sólo ha captado a cuatro», recordaba Ramos a El Diario en enero de 2020, días antes de que se concretara su salida laboral, «y ahora va a ser la comunidad pionera en despedir a uno de ellos porque la Consejería de Sanidad no sabe cómo mantener este contrato», vaticinaba.

En la última década se ha destinado cerca de un millón de euros a las investigaciones del microbiólogo, especializado en bacterias resistentes a los antibióticos como el pujante covid-19. A más, probablemente lleguen nuevos reveses judiciales para el Idival en los pulsos que tiene abiertos contra sus investigadores.