Economía

El municipio de Herrerías presenta un cierto equilibrio económico entre los tres sectores, aunque es el secundario el que aventaja mínimamente a los demás, con el 36,8% de la población activa en él empleada. Le sigue en importancia el sector terciario, al que se dedica un 35,2% de sus trabajadores, y, algo más lejos, la ganadería y agricultura, con un 28,1%.

La actividad agropecuaria, cada vez más equipada, era la principal en este municipio tradicional del medio rural cántabro, aunque actualmente ha perdido un poco de peso. La explotación agraria en esta zona es de carácter minifundista y se da en pequeños huertos familiares, aunque todavía pervive alguna de mayor tamaño con dedicación especialmente forrajera. En cuanto a la ganadería, si bien antes la vaca tudanca era la más representativa de la comarca, últimamente ha dado paso a otras especies. Asimismo, tienen también importancia la cabaña caballar, lanar y porcina, sobre todo para uso doméstico.

El sector industrial está básicamente representado por la producción de energía eléctrica, que aprovecha el agua del río Nansa. Esto contrasta con la Edad Moderna, época en la que el aprovechamiento hidráulico del río dio lugar a la existencia de molinos harineros y la ferrería de Cades como elementos singulares del periodo preindustrial. La explotación maderera es habitual en este territorio. La construcción, con un 24,5% de la población activa en ella empleada, también tiene un papel importante, igual que en los municipios costeros del entorno.

Si hace algún tiempo este sector era prácticamente inexistente, ya que se veía disminuido por la proximidad a un núcleo de población de rango superior como es Unquera, que aglutina la mayoría de sus servicios, en 2003 se ha constituido como la principal fuente de ingresos. Y esto porque el turismo rural cada vez es más relevante en toda la región cántabra, por lo que el municipio de Herrerías no es una excepción y en los últimos tiempos se ha dotado de infraestructuras tales como casas rurales.