Científicas y también heroínas
Una muestra en la Biblioteca Central de Santander homenajea a trece mujeres que mejoran el mundo con su trabajo
Rosa Ruiz
Lunes, 7 de diciembre 2015, 12:46
A las trece protagonistas de la exposición sobre Mujer y Ciencia, que se puede visitar en la Biblioteca Central hasta el 8 de enero, les separan muchas cosas: edad, país y especialidad. Pero las une una vocación bien importante: su afán por mejorar la sociedad y cambiar el mundo. En la planta baja del antiguo edificio de Tabacalera, varios paneles con la trayectoria de estas investigadores desvelan detalles de sus vidas profesionales así como de las diversas disciplinas en las que destacan, desde campos tan dispares como la Medicina, las Ciencias Políticas, la Física o la Etología. Han sido elegidas por la Cátedra Tomás Pascual Sanz (Cenieh) porque su trayectoria vital ha marcado la diferencia y ha hecho que, hoy en día, la mujer haya conquistado terrenos que hasta no hace mucho tiempo le estaban vetados.
Mujer y Ciencia. 13 nombres para cambiar el mundo llega hasta Santander de la mano de la Universidad de Cantabria y del Gobierno regional. Según sus organizadores, el objetivo es rescatar a estas mujeres «porque han de servir al mundo científico y a la sociedad en general de inspiración». Una breve mirada a sus objetivos demuestra que no se han equivocado.
¿Quién es quién?
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conoce su trabajo
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Flora de Pablo
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insulina e igualdad
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Adela Cortina
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activista de la ética
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Jane Goodall
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la dama de los primates
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Susan George
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intelectual en pie de guerra
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Lourdes J. Cruz
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caracoles contra el dolor
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Vandana Shiva
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la voz de la India
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Tebello Nyokong
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guerrera del cáncer
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Hayat Ziari
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derechos en Marruecos
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Dora Barrancos
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la igualdad argentina
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Janny de la Torre
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un techo para el mundo
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Concepción Campa
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batalla al dengue
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Ana María Cetto
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mecánica de la paz
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Elionor Ostrom
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estratega de la ética
Entre las trece protagonistas de la muestra hay dos españolas: Flora de Pablo y Adela Cortina. La primera, doctora en Medicina, es una de las investigadores que mejor conoce los secretos de la insulina. Lleva casi 20 años dedicándose al estudio de los factores de desarrollo de los vertebrados en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, Madrid. Como investigadora y como madre reclama para la mujer el lugar que le corresponde en el ámbito de la ciencia. En 2011 fundó, junto con un grupo de científicas y profesionales, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnológicas (AMIT) con el objeto de suprimir las sistemáticas barreras y estereotipos que apartan a muchas investigadoras de la labor profesional.
La valenciana Adela Cortina fue la primera mujer en ingresar en la Real Academia de Ciencias Morales y Política. Para esta filósofa «el desafío es que la ética llegue al poder» y a ello dedica todos sus esfuerzos siendo una constante en su carrera profesional los temas éticos relacionados con la economía y la empresa, la política y la democracia, la bioética y el desarrollo humano, la educación y los medios de comunicación.
La británica Jane Goodall es tal vez la más mediática, pionera en la investigación de los grandes simios, su experiencia en la selva tanzana la hizo tomar conciencia de que la pobreza es uno de los factores principales de la destrucción del medio ambiente y, desde su instituto, decidió involucrar a los habitantes de la región en la defensa activa de los chimpancés y otras especies, a través de la reforestación, el control de la erosión, la educación de las aldeas y los microcréditos a mujeres, programa que luego se implantaría en otros países africanos.
La francesa de origen estadounidense Susan George inició su activismo político en respuesta a las guerras de Francia y Argelia y de Estados Unidos y Vietnam. Entiende que el trabajo del científico social responsable consiste en desvelar las fuerzas de riqueza, poder y control, para escribir sobre ellas sin tecnicismos y, finalmente, tomar una posición de defensa de los desfavorecidos.
En zonas rurales
«Trabajar con otros ayuda a tener nuevas ideas y desarrolla nuevas actitudes», asegura la bioquímica filipina Lourdes J. Cruz. A lo largo de su vida ha compaginado la pasión por la ciencia con su preocupación por las zonas rurales más pobres de su país. En 2001 inició el proyecto piloto Rural LINC para aprovechar los recursos científicos y tecnológicos para mitigar la pobreza en las comunidades indígenas.
El compromiso y defensa de la vida y del planeta de la doctora en Físic Vandana Shiva le llevó a crear en 1982 la Fundación para la Investigación Científica, Tecnológica y Ecológica dedicada al impulso y la difusión de la agricultura ecológica.
Tebello Nyokong conoció de primera mano la dificultad de conjugar maternidad y estudios de doctorado. Por ello su compromiso se vuelca en la formación y apoyo de estudiantes predoctorales, especialmente mujeres.
Excelente conocedora del movimiento asociativo y la lucha feminista en Marruecos, otra de las protagonistas de la muestra es Hayat Zirari. Su presencia se ha hecho indispensable en todos los foros en los que se traten temas de la condición femenina en el sur del Mediterráneo. También la argentina Dora Barrancos ha contribuido al desarrollo de las ciencias sociales y la educación pública de su país, así como a la implantación de las bases democráticas y pluralistas.
Jenny de la Torre, doctora en Medicina, define la falta de hogar como una enfermedad social y un círculo vicioso del cual es muy difícil salir sin ayuda. A prestarla se ha dedicado toda la vida. En 2006 abrió un centro de salud donde se trabaja al servicio a los más necesitados sin recibir honorarios prefesionales.
A la cubana Concepción de la Campa su sensibilidad como científica y como madre no puedo dejarla impasible ante la cantidad de niños de su país que morían víctimas de la meningitis y no cejó en su empeño hasta dar con una vacuna eficaz.
El compromiso de la mexicana Ana María Cetto es el de contribuir desde la Física a un mejor desarrollo del hombre, pero también humanizar a la ciencia. «He aprendido que las mejores cosas de este mundo no las hacemos solos ni por orden de nadie», señala.
Otra heroína de la Ciencia es la norteamericana Elinor Ostrom. Ella siempre se ha definido como economista política comprometida con el desarrollo sostenible y la exploración de diversas formas de microeconomía. Su análisis de la administración de los bienes comunes y los recursos naturales con un modelo de economía sostenible respetuoso con la biodiversidad, inspira nuevas vías de cooperación y rescata la acción local como respuesta válida a los grandes problemas medioambientales.
La exposición se completa con material de laboratorio, publicaciones y con los dibujos infantiles que participan en el concurso sobre la ciencia. Ana Mª Marín Farrona, Ana Belén Marín, Rocío Villar, Javier León y Diego García de la Universidad de Cantabria se han encargado del montaje.
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