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La cerámica modernista de Domènech i Montaner decora El Espolón de Comillas

La exposición didáctica sobre la evolución histórica, comisariada por Vicente de la Fuente y coordinada por Enrique Campuzano, se inaugura mañana en Comillas

Guillermo Balbona

Santander

Martes, 17 de julio 2018, 07:17

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Singular iconografía, coherencia estética con el mundo arquitectónico y cultural de Comillas y acercamiento artístico, la muestra 'La cerámica modernista de Domènech i Montaner' se inaugura mañana, día 18, en el Centro Cultural El Espolón, a las ocho del tarde. Uno de los aspectos más significativos del modernismo fue la recuperación de los Oficios Artísticos: forja, vidrieras, estucos,... «perdidos por la paulatina introducción de la industrialización». Pero dentro de las denominadas artes decorativas, la que alcanzó una mayor representación fue la cerámica, que tuvo sus mejores representantes en Gaudí y Domènech i Montaner.

Este, según refiere Enrique Campuzano, director del Museo Diocesano, es quien más se esforzó en recobrar la mayoría de estos oficios, -a la par que el inglés Williams Morris, creador de los talleres Arts and Crafts-, cuando en 1890 creó en Barcelona un taller de oficios en el Castell dels Tres Dragons, aprovechando la anterior cafetería de la Expo Universal de 1888 y que fundamentalmente se dedicó a diseñar y construir obras destinadas a la decoración de los grandes monumentos que se estaban construyendo en Comillas: Seminario Pontificio, el Palacio de Sobrellano, o el cementerio de la villa.

Entre esos oficios destacó la cerámica que Domènech se encargó de recuperar, contactando con artesanos valencianos e investigando en nuevas técnicas para lograr diseños más llamativos y de especial colorido, que «fueron el orgullo de nuestros edificios y, especialmente, el recubrimiento exterior de la capilla y portalada de la Universidad Pontificia».

A ello se destina esta exposición de carácter didáctico, en la que se muestra «la evolución histórica de la cerámica española, en la que se fundamentó Domènech para crear sus diseños, comisariada por Vicente de la Fuente y coordinada por el propio Campuzano como miembro del Patronato de la Fundación Lluis Domènech i Montaner, bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Comillas.

La muestra en El Espolón, que se prolongará hasta el próximo 2 de septiembre, está comisariada por Vicente de la Fuente y presenta imágenes y fotografías históricas de diferente archivos: Canet de Mar, Esplugues de Llobregat, Colegio de Arquitectos de Catalunya; Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, más un vídeo con guion de Vicente de la Fuente y Cristina López (cámara y edición).

Producida por la Casa museu Lluís Domènech i Montaner de Canet de Mar (Barcelona), situada en lo que fue residencia de veraneo del arquitecto modernista, esta exposición recoge una parte importante de los fondos cerámicos que se conservan en el museo. Fondos llegados por vías diversas pero que, en buena medida, fueron guardados por el propio 'señor Lluís', como era conocido en Doménech i Montaner en Canet. Para esta ocasión la cerámica de la Casa museo se ha rodeado de piezas procedentes de colecciones particulares y otros museos, que «nos ayudan a entender lo que la cerámica significó en el Modernismo y en la obra del arquitecto, tan ligada a Comillas».

La muestra se articula en diferentes ámbitos. Uno es de la gran tradición e importancia histórica que tuvo la cerámica en los antiguos reinos de la Corona de Aragón, con centros tan importantes como Manises, Valencia, Reus, Barcelona o Muel. Sin olvidar la modernidad que llega del arte japonés y una nueva forma de mirar a la naturaleza, los modernistas tratan de actualizar un arte en decadencia desde mediados del XIX. Las exposiciones internacionales suponen confrontar la pobreza de la industria española con las cercanas de Francia, Inglaterra o Bélgica. La cerámica constituye una «punta de lanza de la recuperación industrial, espoleada por la creciente demanda de la construcción del Eixample en Barcelona y la exportación a América».

Invención de materiales

Los pequeños talleres de antaño se convierten en modernas industrias que usan las nuevas técnicas publicitarias para dar a conocer sus productos. El éxito de la cerámica conllevó la invención de materiales, que, produciendo un efecto estético similar a la cerámica, resultaba más económica. Dos de estos inventos alcanzaron el éxito y se convirtieron en material de uso común: los azulejos de cartón y los azulejos cristálicos.

El primero, patentado en Barcelona por Hermenegildo Miralles, consistía en azulejos prensados en cartón piedra. El segundo, de los Hermanos Oliva, también de Barcelona, crearon un símil de azulejo a partir de la combinación de una base de cemento cubierto de materiales decorativos y cristal.

Uno de los elementos más característicos de la arquitectura de Domènech i Montaner es la cerámica como material principal de decoración, con ella consigue una arquitectura «monumental y suntuosa, combinando todas las posibilidades técnicas, cromáticas, de textura, volumen y compositivas que ofrece el barro cocido». Es en el Palau de la Música donde alcanza la máxima expresividad.

Como en 1933 ya se indicó, poco después de su muerte, en arquitectura «Domènech y Montaner representa el triunfo de la cerámica».

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