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Beatle ...jurásico

Beatle ...jurásico

'Cavernícola' | Género: comedia; Dirección: Carl Glottieb; Sala: 4 de abril en la Biblioteca Central

Guillermo Balbona

Santander

Jueves, 4 de abril 2019, 09:57

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Lo troglodita y lo kitsch conviven en esta mezcla de parodia, tan desenfadada como cutre, simpática como frívola. En su aire desenfadado, de comicidad juguetona y distante, reside su encanto. No hay pretensiones y con su envoltura de comedia ligera y gaseosa consiguió en su momento asentarse como artefacto comercial que agitó o se adelantó, según los casos, a referentes como el de 'Hace un millón de años' o 'En busca del fuego'.

Carl Gottlieb, guionista sólido (caso de 'Tiburón'), se puso al servicio de la cachonda atmósfera reinante con un argumento de pandillas dispuestas a dar garrotazos en una Edad de Piedra con ningún rigor prehistórico pero sí con muchas ganas de juerga.

El filme, hoy muy olvidado, también pasó a la historia por el binomio Ringo Starr y la exchica Bond Barbara Bach. Pareja insólita de rodaje se enamoraron y se consolidaron como uno de los matrimonios de cita obligada del mundo del espectáculos. Shelley Long y Denis Quaid, aún desconocidos, destacaron en un reparto coral.

Todo es simple y primario como corresponde a la mirada sobre lo primitivo, pero el tono paródico ayuda a la ironía y a la agudeza, a la fantasía disparatada y la caricatura, de tal modo que como una especie de anticipo de lo que normalizaron los Monty Phyton, el filme se acabó convirtiendo en objeto de culto. Con tono tontorrón propio, 'Cavernícola' es como un sumidero festivo de 'Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra', y una sexy Barbara Bach en el lugar de Raquel Welch, la aventura combina gags muy físicos, también el de los ligues jurásicos, animalillos intercambiando roles y gotas de humor absurdo que aportan algo de calidad o de mirada seria.

El cartoon, el dibujo animado, lo escatológico y la música, donde lo mismo suena el 'Bolero' de Ravel que '2001', configuran otros de los componentes de este artefacto que no elude lo freaky, cuando aún no era tendencia, el cartón piedra y los efectos caseros. En este sentido, todo resulta cercano, jocoso y, a ojos de hoy, una nadería fugaz, muy 'hug, hug' con muchos golpes en el pecho, más la sorpresa del exbeatle aferrado a la cultura popular. Rodada en México, la cinta es una chirigotera y jaranera sucesión solapada de criaturas, que requiere una mirada cómplice y una sonrisa abierta a lo tronchante o bien admitida como un gabinete de curiosidad con Ringo Starr, el beatle más cinematográfico, dentro de un alocado juego de rol cavernícola. Al menos queda el huevo cocido como descubrimiento azaroso.

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