Escualo en tierra
Se las sabe todas, pero está atrapada en una muy consciente planificación, algo afectada, que impide que tensione y revolucione sus más que buenas intenciones
Pese a los datos de la costera este verano hay más tiburones que bonitos. La estrategia es muy clara. El cincuenta aniversario de la obra ... maestra de Steven Spielberg, 'Tiburón', ha despertado en los últimos tiempos océanos y ha destapado alcantarillas y hasta cloacas plagadas de megalodones, infiernos azules y sharknados. Mares asesinos que han dejado a las medusas en mero ornamento.
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País Australia
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Año 2025
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Dirección Sean Byrne
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Guion Nick Lepard
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Fotografía Shelley Farthing-Dawe
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Reparto Hassie Harrison, Josh Heuston, Jai Courtney, Rob Carlton
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Género Thriller /Terror
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Salas Cinesa
Lo nuevo y nada desdeñable es 'Dangerous Animals', que se sale del manual de bichitos devoradores, hambrientos y sangrientos y opta por un inteligente juego de híbrido. Primero en su condición/conversión de thriller abrazado al terror y viceversa; y segundo por dejar que la maldad, la sangre y la tensión estén tanto dentro como fuera del agua.
El filme australiano es juguetón, tenso y terso, desequilibrado en su reparto y muy agitador cuando se trata de cruzar las líneas rojas entre el horror y la supervivencia, el cine de psicópatas y, por supuesto, el slasher. En realidad este es curiosamente un filme de escualo de secano en la medida en que representa más amenaza el hombre (desde el arranque ) que el animal marino en su hábitat.
Cuando roza la truculencia no exenta de algún toque de humor, la película de Sean Byrne, cineasta de otras dos entregas de terror, 'The Loved Ones '(Cita de sangre) y 'The Devil's Candy', se parece más al resto. Su fuga de estereotipos está centrada en zarandear las fronteras del absurdo, otorgar más inteligencia a veces a los animales que los personajes (lo cual no parece difícil) y mantener las dosis justas para contentar por igual a insaciables y curiosos. Otra baza decisiva que ayuda a que el filme supere el listón habitual es la presencia de Jai Courtney que construye una criatura entre el psyko killer y el cinismo y el poseído por una doble o triple personalidad, todo a la vez exprimido y recreado. Incluso se marca un baile tarantiniano que podría haber estado en 'Reservoir dogs'.
El humor que humedece algunas secuencias y el respeto por la serie B anidan en esta marejada 'snuff', como si 'Tesis' hubiese dejado la facultad para ir a dar una vuelta por la costa. Con un preludio que es anzuelo y cebo a la vez, la obra es gore y se las sabe todas, pero está atrapada en una muy consciente planificación algo afectada que impide que tensione y revolucione sus más que buenas intenciones.
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