Mamporros en el aire
Los Ángeles ·
Un 'asesina como puedas' sin guion como paracaídas, ni piloto con talento. Josh Hartnett es la única tripulación capaz de mutar el pasatiempo en entretenimientoEl 'Bullet Train' de David Leitch, con Brad Pitt al frente, ha hecho mucho daño. La excelente explosión de violencia contenida en un espacio limitado ... y en marcha parece haber desatado las imitaciones con variaciones de medios de transporte y villanos. Pero la comicidad, como tantos otros terrenos, sin talento, deja lo insustancial a la intemperie. Es lo que sucede en 'Fight or Flight', juego de palabras del original de un filme aquí titulado como 'Sicarios en el aire'. Y efectivamente eso es el filme del debutante James Madigan. Una congregación voladora de matones y ejecutores, entres rizos de confusión, acción cómica con más golpes físicos que golpes de gracia. Una especie de camarote de los Marx repleto de matones en 'un asesina como puedas'. Para lo primero le falta un guion consistente y para lo segundo le sobran obviedades que cubren la ausencia de ingenio. La coreografía de Bullet es ahora inexistente y, si acaso, con menos finura y sin el equipaje irónico, al espectador le queda Josh Harnett defendiendo este viaje a bordo de un avión. Un personaje que parece una mezcla poco agitada de Liam Neeson y Gerard Butler. Lástima porque en 'La trampa', de M. Night Shyamalan, había resucitado como actor gracias a dotar de intensidad un personaje con bastante enjundia en su ambigua representación.

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Año 2025
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País Reino Unido
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Dirección James Madigan
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Guion D.J. Cotrona, Brooks McLaren
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Reparto Josh Hartnett, Katee Sackhoff, Charithra Chandran, Marko Zaror
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Género Acción
Si nos limitamos a aquello del pasatiempo, más que del entretenimiento, entonces no cabe profundizar mucho. De hecho, el filme parte de un premisa sencilla, la estira hasta la hipérbole y deja que lo inverosímil se retuerza y permita encontrar cualquier excusa con tal de encajar con fórceps la comedia supuestamente negra, convertir un avión en una plaza pública y dejar que el caos reine.
Hornett, que da la sensación de recordar sus coqueteos con el cineasta Guy Ritchie es la mano que mece la cuna a la hora de intentar encontrar un poco de razonable locura, en un este reverso del Harrison Ford de 'Air Force One' de Wolfgang Petersen. Una de mamporros y sopapos con sierra mecánica, disparates y hasta gore. Pero el desequilibrio entre su conjunto vacío, el desparrame y el escaso cuidado en afinar con el humor, deja la cinta en un festival psicotrópico de guantazos. El salvajismo cartoon de los Coen en 'Arizona baby' hubiese sentado muy bien a Harnett y los suyos para planear sobre tierra firme.
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