Náufragos del mundo
Embajadores Santander. ·
Metáfora de un viaje varado, sus tripulantes se buscan para asombrarse de la extrañeza y compartir humor y deseos de una utópica fuga hacia adelante.Náufragos del mundo, uníos. Lo que no se ve, lo que pudo ser, lo que no llega a ser expresión abierta, es la esencia de ... este cuento urbano, fábula existencial, sonata de sonámbulos y poema que sin renunciar a la rima comercial, dos décadas largas después mantiene su encanto, su extrañeza, sus diálogos silencioso y su silente elocuencia.
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Año 2003
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País EE UU.
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Dirección y guion Sofía Coppola
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Reparto Bill Murray, Scarlett Johansson, Giovanni Ribisi, Anna Faris
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Género Acción / Thriller
Lugares y no lugares, desubicación y confusión. Sus criaturas quedan adheridas por el azar y por su manera de no estar en el mundo. Y se despegan en ese pliegue donde las preguntas tienen más peso que las respuestas. Sofia Coppola, su cineasta, logró que 'Lost in translation' triunfará al deslizarse por una levedad trascendente y por una gravedad sutil, simpática y empática. Se ha especulado mucho justamente por la frase que nunca llegamos a escuchar, susurrada por la pareja protagonista, Bill Murray y una jovencita Scarlett Johansson, pero eso es carne de anecdotario. La película se detiene y deja el futuro en elipsis como, en el caso de lo vivido anteriormente por ambos personajes.
'Lost in translation' es en realidad un estado, una estancia, una pausa de personajes que se reconocen en sus respectivas soledades quizás invisibles para el resto. Un filme que Coppola, además, siembra de sentencias como mensajes en una botella lanzados desde El Park Hyatt de Tokio, el hotel rascacielos donde transcurre el encuentro, fugaz y duradero, callado pero conocido por un eco especial. «Todos queremos que nos encuentren» O esa: «¿Me guardas un secreto? Estoy organizando una fuga de presos, y busco un cómplice. Primero hay que salir de este bar, luego del hotel, luego de la ciudad y luego del país. ¿Estás conmigo?». Metáfora de un viaje varado, sus tripulantes sin rumbo se buscan para asombrarse del mutuo vacío y la extrañeza pero también para compartir humor y deseos de una utópica fuga hacia adelante. Entre esa familiaridad que logra el guion y sus intérpretes y la desazón y la incomunicación, la cineasta de 'Las vírgenes suicidas' juega con la mezcla de modernidad y tradición de Tokio e ilumina con delicadeza el interior de los personajes y los escenarios de la ciudad. Toda la película es una isla habitada por la fascinación y esa pérdida indefinida que empapa la historia de una intimidad fundamentada en el reflejo, en la transparencia, en lo pequeño pero lúcidamente inmenso en su emoción.
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