Un noir de cinefilia
Ateneo. Ciclo. Lunes ·
Una vuelta de tuerca al género que emana amor al lenguaje del cine, madurez en su estructura, sentido del ritmo y querencia por la transgresiónHay películas icono cuya intensidad se traduce en que carezcan de fecha de caducidad. Entre el culto y lo moderno, pero bien entendido, creció la ... figura del cineasta Wim Wenders. 'El amigo americano' es en ocasiones confusa y, en otras, algo críptica, siempre oscura, pero prima su creación inteligente que trastoca las apariencias, donde lo que parece, la superficie, acaba por mutar en otra imagen. Es lo que sigue transmitiendo su desembarco absolutamente personal en la novela de Patricia Highsmith, en una vuelta de tuerca al noir con una perspectiva europea, entre la cinefilia y la mirada libertaria, sin trastocar el espíritu de la obra.
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Año 1977
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País Alemania
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Dirección y guion Wim Wenders
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Reparto Bruno Ganz, Dennis Hopper, Lisa Kreuzer, Gérard Blain
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Género Thriller/ Drama
Un filme que entrelaza cine y literatura con una atmósfera absolutamente singular fruto de una dirección que, pese a lo primerizo de su autor, emana amor al lenguaje cinematográfico, madurez en su estructura, sentido del ritmo y nunca forzada tendencia y querencia por la transgresión. En otras palabras: años setenta, foco en 'El juego de Ripley', interés en reinventar el género negro, crear un estado de la cuestión entre América y Europa y equilibrar en lo posible una caligrafía visual con personalidad y un tono y una fuerza narrativas sublimes en esta conjugación de vasos comunicantes.
El cineasta de 'París, Texas' combina nihilismo y pesimismo con una sobriedad estilizada; con ese aire existencial que permanece inherente a su posterior cine (Cielo sobre Berlín), sin que ello sea óbice para dejar para la historia dos o tres secuencias de asesinatos, más noir que nunca, magistrales en su realización. Nuevo cine alemán, claro, para una lectura historicista por supuesto. Pero ante todo un filme brillante, que destila talento, que conjuga poderosas imágenes con guiños cinéfilos, mientras discurre una particular road movie de crímenes tras los personajes en ciudades como París, Hamburgo y Nueva York. Ciudades, otro mapa clave en la filmografía del alemán, que además incluyó homenajes con mucho cine dentro. En sendas apariciones, vemos en pantalla a Nicholas Ray, cineasta de otra película única, 'Johnny Guitar', y a Samuel Fuller, uno de esos asideros cuando todo parece vacío, creador de 'Corredor sin retorno'. Sin olvidar otras breves presencias como la de Jean Eustache, cineasta de 'La mamá y la puta'. Todo el filme exuda una especie de juego perverso, donde lo sórdido, diabólico incluso, asoma entre luces de neón, escaleras mecánicas, aeropuertos, muelles, en una cartografía de luz y oscuridad con la referencia pictórica de Edward Hopper.
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