
Pedalear el drama
Embajadores. Santander. ·
La vuelta de tuerca al neorrealismo, nunca olvidado, siempre necesario, asoma en esta historia que muestra otra pesadilla social conmovedoraSecciones
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Embajadores. Santander. ·
La vuelta de tuerca al neorrealismo, nunca olvidado, siempre necesario, asoma en esta historia que muestra otra pesadilla social conmovedoraEs cine social a la carrera que adopta una inteligente máscara de thriller, entre la ansiedad y lo angustioso, la impotencia y el jo, qué ... día. Ello permite atrapar al escéptico, convencer al que piensa que ya lo ha visto todo y mantener ese nervio que lleva a la complicidad y a la empatía. 'La historia de Souleymane', sin embargo, bajo esa pátina de género y de seductora ficción fundamentada en la ecuación de la cuenta atrás, desvela una historia que zarandea y conmueve, que va dejando a la intemperie muchas de las vergüenzas que aún se hallan en la entraña de la Europa que posee muchos armarios llenos de cadáveres.
Año 2024
País Francia
Dirección y guion Boris Lojkine y Delphine Agut
Reparto Abou Sangare, Nina Meurisse, Younoussa Diallo, Amadou Bah
Género Drama
El neorrealismo, que de una forma u otra, nunca se ha ido, tiene aquí su rostro 3.0 en este relato de un náufrago (un repartidor de comida en busca de asilo). El drama pedalea dejando muchas botellas con mensaje por el camino como si se tratase de una traslación de 'El ladrón de bicicletas' en un París de barreras y zancadillas, entre la exclusión social y una atmósfera que solo transmite agresión, degradación y hostilidad.
Abou Sangare, excepcional, es un actor no profesional que arrasa desde la pantalla y contribuye a que el cineasta Boris Lojkine eleve su filme entre la supervivencia y la denuncia. Hay algunas connotaciones con la cercana desesperación retratada en 'A tiempo completo', el drama diario parisino de una mujer en su viaje laboral al límite, pero el cineasta de 'Camille', como en otros filmes recientes, se muestra un discípulo del cine de los hermanos Dardenne y mezcla sin efectismo, pegado a la tierra, el estrés, los abusos administrativos, la marginalidad y las múltiples formas de ejercer la xenofobia. 'La historia de Souleymane' logra, sobre todo, superar el déjà vu y convertir los inevitables tópicos en carne de cañón para retratar la claustrofobia, a golpe de pedal, de un refugiado sin papeles, exprimido por la fiereza del capitalismo. Un tour de force sostenido entre la carrera terminal y a contrarreloj y la batalla por la dignidad (el gran territorio amargo del presente). La cuestión física, ese idilio, esa adherencia de la cámara al cuerpo del protagonista, es la constante vital de una película, de un relato de golpes muy viscerales, pero que nunca suenan falsos. Es naturalismo desgarrador que certifica que el cine y una historia bien contada forman parte esencial del aliento cotidiano.
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