Perfiles de un cineasta
Bonifaz. Filmoteca de Cantabria ·
Suciedad, realismo, luz otoñal, paradógicamente Eastwood tomó la batuta tras expulsar al director inicial (también guionista) Philip KaufmanA estas alturas ya se sabe que cuando el personaje asociado a Clint Eastwood en muchos de sus westerns lanzaba un esputo de tabaco, la ... sangría estaba a punto de comenzar. Más allá de tramas y de dimensiones más o menos trágicas, el acierto del actor fue el de ir edificando un perfil a través de gestos, objetos y maneras de estar, que se fue consolidando al tiempo que crecía como director. Un filme, no el primero en lo cronológico de esta faceta, que marca un antes y un después es 'El fuera de la ley'.

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Año 1976
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País EE UU.
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Dirección Clint Eastwood
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Guion Philip Kaufman, Sonia Chernus
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Reparto Clint Eastwood, Chief Dan George, Sondra Locke, John Vernon
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Género Wéstern
Por la configuración del personaje –Josey Wales, que se incluye en el título original–; por la más que asumida capacidad de absorción de estilo de los que habían sido sus directores más recurrentes en su trayectoria, Sergio Leone, Don Siegel...; y por el hecho de ser el gran antecedente de 'Sin perdón', una de sus grandes obras maestras. En opinión de muchos (y de hasta el propio cineasta nonagenario) 'El fuera de la ley' la iguala o supera. Es obvio, en cualquier caso, que la madurez alcanzada en el tiempo por el cineasta de 'Mystic River' otorga más solidez y ventaja a la segunda.
Pausada, a veces contemplativa, masticando cada paso, como en muchos de sus mejores dramas, una vista atrás como la que propone la Filmoteca, tiene una parada obligada en este wéstern de los setenta en el que lo sombrío, el desgarro, los perdedores, lo crepuscular y el antiheroísmo están muy presentes, algunos de manera anticipatoria, pese a carecer de esa pátina pulida de su cine posterior. Eastwood deja que su personaje familiarmente vengador, brutal y casi exterminador (antecedente claro del Robert McCall de la saga de 'The Equalizer') vuele solo en sus fijaciones de prototipo e incide en la dirección. Es el quinto título como cineasta pero el primero que imprime ya un sello personal, antes de 'El jinete pálido', con una puesta en escena sobria pero medida. Retrato de proscrito, como luego hubo muchos más, aunque sin la atormentada presencia que se desprendía del William Munny de 'Sin perdón'. Sin embargo, con muchos elementos que ahondan en su búsqueda personal, caso del humor negro que salpica la acción, la ironía de contener un mensaje casi pacifista entre tanta muerte y esos diálogos impagables con el indio Chief Dan George. Suciedad, realismo, mirada otoñal, paradójicamente Eastwood tomó la batuta tras expulsar al director inicial (también guionista) Philip Kaufman. Es también un retrato de lo marginal, de la búsqueda de un lugar en el mundo frente a la hipocresía dominante.
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