«Podemos aguantar limitaciones de aforo en los cines durante un breve plazo»
Los responsables de las salas de la región mantienen su voluntad de reabrir su actividad pero no ven viables las limitaciones de aforo
Si la situación del sector cinematográfico durante la crisis sanitaria y su horizonte futuro a corto y medio plazo vienen marcados por algún factor, éste es, como en tantos otros sectores culturales y económicos, la incertidumbre. Más allá de los plazos marcados por el Gobierno sobre la reapertura de las salas, los principales representantes sector del cine en Cantabria afrontan con estoica resignación una situación que ha dejado sus salas en dique seco y su actividad fuera de juego. Aunque la realidad de este sector es desigual y afecta de forma asimétrica a sus empresas, ayer mismo la Federación de Exhibidores (FECE) reclamó al Gobierno un fondo de ayudas tras contabilizar unas pérdidas de 100 millones de euros. Con todo, el impacto es mayúsculo en todas ellas, pese a que las consecuencias no afectan por igual a las compañías responsables de las grandes salas comerciales como Cinesa o Peñacastillo (Unión Cine Ciudad) -que anunció recientemente la remodelación de todas sus salas en la capital cántabra-, con mayor margen de maniobra y margen financiero tanto para afrontar las pérdidas provocadas por el confinamiento como las restricciones con que volverán a la actividad, que a empresas más pequeñas como el cine Los Ángeles, los cines Groucho o Arko Producciones Culturales. La Filmoteca de Cantabria, como representante público del sector cinematográfico, también se ha visto muy afectada por la crisis, pero el respaldo financiero institucional la sitúa en un contexto totalmente distinto dentro de este ámbito audiovisual.
En el caso del Cine Los Ángeles, su responsable, Carlos Restegui, que ante el cierre de sus salas se vio obligado a realizar un ERTE, señala que «ahora mismo lo que hay es incertidumbre. Hacer planes es absurdo porque no hay nada definido». Pese a ello, tiene claro que «más allá de eso, mi idea clara es que vamos a seguir funcionando, que vamos a reabrir y a continuar con la actividad cuando sea posible». Pese a esa voluntad, Restegui destaca lo incierto del retorno a la actividad: «Hay que ver en qué condiciones se va a poder abrir porque, dependiendo de ellas , para muchos cines o pantallas puede ser interesante no abrir por rentabilidad. Si uno tiene mucho aforo es más fácil, pero si es menor será más complicado». Desde su punto de vista y en lo que a su responsabilidad se refiere, el gestor del histórico cine del centro de Santander destaca las condiciones sanitarias como elementos esenciales en ese futuro retorno: «Podemos abrir ofreciendo principalmente muchísima higiene y muchísima seguridad al público, para que sepan que van a un sitio donde van a estar seguros».
En una situación si no idéntica sí muy similar se encuentran los Cines Groucho de la capital cántabra. Al igual que en el caso de Los Ángeles, la empresa se vio obligada a realizar un ERTE tras el cierre de sus salas. Su responsable, José Pinar, afronta con resignación la situación: «Ya veremos porque es algo transitorio y no sabemos cómo va a ser después». En su caso, también pone el foco en las condiciones en que podrán volver a la actividad: «Las propuestas de reabrir las salas con distanciamiento social, alternando butacas y filas y demás, no es viable. Los cines y otros muchos negocios en los que se plantea esa posibilidad ya van de por sí muy ajustados y en ese caso la rentabilidad no será posible». Pinar destaca que «la actividad no es rentable si nos limitamos al 30% o al 50% del aforo. Esas circunstancias podríamos aguantarlas un periodo breve de tiempo, pero no pueden ser la norma».
Por su parte, Laura Cobo, responsable de Arko Promociones Culturales, empresa que gestiona la oferta cinematográfica en municipios como El Astillero, Santoña y Los Corrales de Buelna, destaca que «obviamente un aforo de un tercio en las salas al final son muy pocas personas, y en esas circunstancias no llegas a amortizar el coste de la película, mucho menos tus costes empresariales o de personal».
En el caso de la Filmoteca de Cantabria, Antonio Navarro, su director, afirma que su situación viene marcada por «la incertidumbre que genera el no saber cuándo y cómo se podrá reiniciar nuestra actividad y la programación». En ese sentido, destaca que «en lo que se refiere al público tampoco sabemos cómo será ese retorno, cómo lo afrontarán después de tanto tiempo y de los temores lógicos en una situación como la actual». Pese al incierto escenario que afronta el sector, Navarro señala que «en todas esas propuestas y dinámicas que se han aplazado por la situación está implícito el compromiso de retomarlas en cuanto se reabra». Mientras llega ese momento, la institución mantiene «la dinámica de guiños y atención a un público que nos ha demostrado siempre y especialmente ahora mucho cariño», un «compromiso mutuo» que estos días se refleja «en nuestras redes sociales, con dinámicas como la de solicitar al público que nos indique aquellas películas o contenidos que les gustaría ver cuando podamos retomar nuestra actividad, porque queremos convertirlos de alguna manera en programadores de esos primeros meses de actividad tras la vuelta».
A nivel regional, Antonio Navarro reafirma el compromiso de la Filmoteca con los municipios de Cantabria: «Todo nuestro programa y actividades se van a mantener y a recuperar. En nuestro ánimo también está plantear nuevas iniciativas en esa voluntad de ser cercanos a la gente de los municipios cántabros».
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