Sin rastro de macrobotellón en El Puntal
Algunos grupos de jóvenes acudieron este sábado a beber a la playa, pero nada tuvo que ver con la quedada masiva del pasado fin de semana
El «temor» a que se volviera a producir el macrobotellón de la semana pasada en el Puntal de Somo resultó este sábado inevitable. Primer ... fin de semana de agosto, sábado y soleado. Además del aviso de una posible quedada difundida a través de las redes sociales. Un temor del que hablaban también desde primera hora de la tarde los más asiduos a este arenal protegido y que llevó al Ayuntamiento de Ribamontán al Mar a desplegar varios agentes de la Policía Local junto con varias patrullas de la Guardia Civil en la zona del embarcadero de Somo –también hubo una patrullera de la Benemérita en los alrededores del Puntal–. Lo hicieron precisamente para intentar evitar que se repitiera la misma imagen, en la que miles de jóvenes se concentraron en los espacios dunares protegidos para hacer botellón, dejando grandes cantidades de basura. Sin embargo, la de este sábado fue una tarde «tranquila, se ha recuperado un poco la normalidad», como reconocía la primer teniente de alcalde de Ribamontán al Mar, Araceli Colina. Es cierto que hubo grupos de jóvenes que acudieron a beber a la playa. Algunos consumieron en el segundo chiringuito (El Capricho) y otros llevaban su propia bebida, pero nada tuvo que ver con la quedada masiva que sembró la polémica sobre la masificación turística.
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Pasadas las cuatro y media de la tarde, ya había ambiente en ambos chiringuitos. Pero «nada del otro mundo, esto es lo que hay cuando sale un día tan bueno», apuntaba Enrique Bravo, un vecino de Santander que es ya un habitual en esta playa. Por eso, los vídeos del botellón multitudinario, que coincidió con la Semana Grande de Santander, reconoce que le «preocuparon». «Esto no es nuevo, no es la primera vez que en la zona del segundo chiringuito se van las cosas de madre. Pero lo del otro día te deja hasta mal cuerpo. Piensas: '¿A dónde vamos a llegar?'». De hecho, como se temía grandes aglomeraciones, el sábado pasado prefirió no ir a la que «sin duda» es su playa favorita. «Los que estaban aquí me dijeron que hace una semana, a estas horas, ya se había formado el lío», añadió. Y así es. Porque el primer aviso que recibieron en el Ayuntamiento fue a las cuatro de la tarde. Por eso, este sábado todo apuntaba a que la jornada iba a ser «más tranquila».
Un extremo que ratificaban a última hora de la tarde desde el Consistorio. «Han entrado auxiliares a la playa y está todo más tranquilo y han descartado la quedada masiva», insistía la primera teniente de alcalde. Lo cierto es que, sobre la arena –El Diario Montañés estuvo–, a medida que iba pasando el día, más grupos de jóvenes se fueron acercando. Muy poco a poco. Algunos consumían bebidas del chiringuito y otros sí que aparecieron con bolsas con botellas. «A nosotros nadie nos ha convocado por Instagram ni redes. Es verdad que es un sitio que cada vez está más de moda y mucha gente te recomienda 'la fiesta del Puntal', pero no hemos recibido una convocatoria», comentaba un grupo de jóvenes madrileñas de escapada en Santander.
Aun así, entre los vecinos de Somo y también entre los empleados de los chiringuitos y las pedreñeras, temen que se pueda repetir en los próximos fines de semana. Mientras, la polémica ha trascendido a la esfera política: el Ejecutivo cántabro (PP) señala a la Delegación del Gobierno (PSOE), los socialistas, al Gobierno regional. Y el alcalde de Ribamontán al Mar, el regionalista Francisco Asón, pide «ayuda a la Delegación para proteger el Puntal».
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