El Puntal «es ya la hecatombe»

Como a la imagen resulta complicado dotarla de sonido, el lector deberá imaginar a ese gentío envuelto en música sonando a todo trapo, para terminar de completar la estampa que cierran las numerosas embarcaciones fondeadas junto a la orilla.

La prueba de que la cosa se estaba yendo de las manos está en la inquietud del alcalde de Ribamontán al Mar, Francisco Asón, que a última hora de la tarde manifestaba a EFE su preocupación por la aglomeración de gente y anunciaba que desde el Ayuntamiento se habían puesto en contacto con la Guardia Civil, como se ha hecho otros veranos, para que este Cuerpo pudiera apoyar a la Policía Local en caso de que fuera necesario. De hecho, durante el día, la Benemérita realizó controles de alcoholemia a muchos de los patrones de las embarcaciones fondeadas junto a la playa.

«A ver qué podemos hacer, estamos en contacto con la Guardia Civil porque ya nos han avisado de que aquello es la hecatombe ya», señalaba este sábado Asón, confiando en que no se registraran problemas dada «la multitud que está en la playa». De todas formas, resulta imposible pretender desalojar el arenal una vez que todo el mundo se ha congregado ya allí.

En cualquier caso, no es la primera vez que ocurre algo así. El verano pasado ya hubo botellones y presencia de la Guardia Civil, debido a la gran cantidad de personas congregadas.

Era cuestión de tiempo. De esperar a que apareciera el día perfecto del verano, de que llegaran los días de fiesta y de que sonara la pachanga de moda para que, de nuevo, hordas y hordas de jóvenes volvieran a la playa de El Puntal. Una multitud de chavales copando los alrededores de los chiringuitos del arenal. Los habituales aseguran que la mayor parte de la gente que aparece en las imágenes viene a la playa de botellón. Lo dejan todo tirado, lleno de vasos, botellas, neveras... después de quedar a través de las redes sociales.

A la preocupación del alcalde y de numerosos habituales de la playa, se iban sumando este sábado las voces de numerosos vecinos criticando la situación. «Lo de los botellones en El Puntal empieza a ser insostenible. No podemos mirar a otro lado mientras se deteriora uno de los entornos más bellos y frágiles de la bahía. ¿De verdad vamos a seguir sin hacer nada? El Puntal merece respeto. Y acción», aseguraba en redes sociales Daniel Fernández, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Santander.

Los vídeos de la multitud reunida junto al segundo chiringuito de la playa volvían a correr como la pólvora por las redes sociales, como lo hicieron hace un año, cuando se produjeron por vez primera, extendiendo el temor de que estas aglomeraciones, hasta ahora puntuales, se vuelvan más frecuentes.

Hasta la fecha, las mismas características del arenal, con acceso por lancha y que exige una caminata si se quiere llegar a él desde Somo, bastaban para regular el número de visitantes. Ahora, como se ve, ese filtro ya no funciona, sobre todo para quienes, más que pensar en pasar un día de playa, lo hacen en una tarde de alcohol en buena compañía.