Entre costuras y encajes
Embajadores Santander ·
Es atractiva la textura y esa danza de cine y telar entrelazados, pero a la coreografía de la película dentro de la película, le falta enjundia y le sobra afectaciónEn su contra, un traje cinematográfico más aparente que logrado y con un metraje que parece ajeno a la medida que pedía el patrón de ... este diálogo de alta costura y cine. La metáfora está siempre presente y Ferzan Özpetek se recrea en solapar y fundir, no siempre con acierto, el homenaje a la trastienda, el sueño y la realidad y la ficción con el vestuario como símbolo. Es un cuento a lo Tornatore pero en el que la sala de 'Cinema Paradiso' la ocupa aquí un taller donde se modela el vestuario de las grandes producciones. El cineasta de 'Tengo algo que deciros' edifica una comedia dramática coral en femenino plural tan, en ocasiones, pretenciosa como ampulosa y desmedida. Los momentos de tensión y más íntimos son, paradójicamente, los más logrados.

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País Italia
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Año 2024
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Dirección Ferzan Ozpetek
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Guion Gianni Romoli y Ozpetek
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Reparto Luisa Ranieri, Jasmine Trinca, Sara Bosi, Loredana Cannata
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Género Comedia
El encaje es un itinerario de voces donde se suceden la aguja, el dobladillo, el pespunte y la entretela, pero el filme acaba sufriendo ese sobrehilar de personajes y situaciones. Es en la superficie un telar de cine dentro del cine, pero menos. Sí, están los homenajes a Virna Lisi, o Monica Vitti, la estela de los hermanos Taviani, el guiño viscontiano y una querencia noble por reivindicar ese aire artesanal primario que ha estado en el latido fundacional del cine. 'Diamanti', del cineasta turco italiano, es una especie de ópera hablada planteada como una coreografía elegante pero algo reiterativa que desfallece o se reanima a golpe de actrices en estado de gracia que viven su complicidad con el cineasta. El universo femenino, con los hombres como meros comparsas o daños colaterales, dentro de ese juego de película dentro de la película. Caben pequeños melodramas aferrados a anécdotas, confrontaciones pocas veces jugosas, mientras el filme incide en ese ruido de labores, voces y criaturas intentando convivir en un mismo plano.
Más interesante que intensa, 'Diamanti' es un taller no siempre bien engrasado con mucho fruncido y más de un ojal y que opta por el corte al bies para zanjar más de un callejón sin salida. Es atractiva la textura y esa danza de cine y costura entrelazada, pero falta enjundia y sobra afectación. La mixtura de intérpretes, siempre en su sitio, con la tela y la nostalgia, se traduce en un incesante trayecto de excesos, de sastrería fina y exuberancia ególatra desde el propio arranque. El cineasta de 'Hamam, el baño turco' pretende que todo sea dramáticamente suntuoso, pero las emociones están vacías. Hay más pliegue y vuelo en alguna sombra del vestuario que en el bordado cinematográfico.
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