Francisco García debuta en la narrativa con una trama policiaca en tierras cántabras
El autor presenta en el Ateneo la novela 'Treinta años en el olvido' en un acto organizado por el Aula de Cultura de El Diario Montañés
Matías Grao, un inspector de policía nacido en Vallecas, se incorpora a ese ramillete de detectives literarios que desde las páginas de 'Treinta años en ... el olvido' (Tantín) mantendrá en vilo a los lectores con una trama ambientada en Cantabria. Su creador es el santanderino Francisco J. García, graduado social y licenciado en derecho que desarrolla desde hace treinta años su carrera profesional en la Administración de Justicia de Cantabria y que esta tarde, a las 19.30 horas, se presenta como autor en el Ateneo de Santander, en un nuevo acto organizado por el Aula de Cultura de El Diario Montañés.
Su debut viene con una novela que él mismo define como «negra, pero sin excesos». Una historia policial en la que aunque se abordan temas sociales como la inmigración tiene como principal aspiración entretener al lector y hacerle disfrutar con un tipo de ficción como la que él mismo devoraba desde niño.
Reconoce que este no es su primer intento como autor. Desde muy joven se propuso escribir una novela que abandonó tantas veces como empezó. «Siempre acababa en la papelera porque no me terminaba de gustar. Aunque no desistía y nunca olvidé esa inquietud y compromiso por ver mi obra terminada». Y así hasta el año 2018, cuando en mitad de un desayuno su padre le confesó que uno de los pesares de su vida era no haber escrito un libro. Incluso tenía pensado el título, le dijo. Aquel día, cuenta Francisco García, «me di cuenta de que yo no quería repetir la frase de mi padre y que tenía que hacer todo lo posible por conseguir mi objetivo». Una meta que tras cuatro años «dedicados a encontrar una historia, inventar unos personajes, leer investigar, informarme, estudiar y pasar periodos de gran actividad y otros de preocupante sequía...» ya esta alcanzada y que hoy presenta en sociedad, en una conferencia coloquio con el crítico literario de El Diario Montañés, Javier Menéndez Llamazares.
La segunda decisión que tuvo que tomar, explica, era sobre qué iba a escribir. Desde siempre se sintió atrapado por el género negro y la novela policiaca y además, por su trabajo en el mundo de los tribunales, no le es tan ajeno todo lo relacionado con las investigaciones judiciales. Así es cómo empezó a crear la trama de esta historia en la que Matías Grao, un inspector de policía nacido en Vallecas es destinado a la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Jefatura Superior de Policía de Cantabria. La novela, que está narrada en primera persona, comienza cuando el protagonista, a punto de cumplir los cincuenta años, toca fondo lo que no le impide embarcarse en una nueva investigación «casi irracional». Pero tal y como explica el autor, aunque el protagonismo recae en este personaje, hay otra serie de secundarios, con distintas personalidades y fines que ayudan a dar más verosimilitud a la trama, una historia que ubica en el año 2022 y que está escrita con agilidad y sin perder el ritmo de la acción.
Pero aún le quedaban más decisiones. Reconoce que en sus años de lector de novela negra ha visto un cambio en la concepción de las historias y que en las más clásicas siempre predominaba una cierta oscuridad, tanto en el ambiente como en las relaciones entre los personajes o en las formas de asesinar que eran más cruentas. «Y ese fue mi propósito al comenzar a escribir pero cuando acabé el primer capítulo me di cuenta que quería alejarme de los días grises de esas obras, de las relaciones tóxicas de los personajes, de los tugurios llenos de humo a los que solían acudir...» Y así fue cuando decidió que sus 'Treinta años en el olvido' estaría más próxima a la vida cotidiana, a los días soleados «que en Cantabria también hay» y al momento histórico en el que se desarrolla la historia en el que ya no se fuma en los bares. De alguna forma pretendía que fuese también un retrato de su tiempo. «Tal vez porque aunque me gustan casi todas las novelas de este género me atraen más las que escribe Lorenzo Silva que las que firman los tres autores bajo el seudónimo de Carmen Mola», indica.
Desde la publicación del libro hasta ahora son muchos los lectores que se han acercado a preguntarle sí habrá una nueva intriga de Matías Grao o si ya está pensando en nuevas investigaciones. Lo cierto es que no lo tiene muy claro todavía. Reconoce que escribir se ha convertido en una pasión y que seguirá haciéndolo, aunque no ha pensado aún que temas abordará en un futuro.
El título que su padre tenía pensado para ese libro que nunca escribió era 'El ignorante', el mismo que Francisco García ha elegido para el capítulo tercero de esta novela. «A él va dedicado en exclusiva», concluye.
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