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Marta San Miguel sitúa su libro en el centro de la memoria emocional del Racing. :: Javier Cotera
«En el fútbol hay barro y mugre, pero le sobra belleza para hacer literatura»

«En el fútbol hay barro y mugre, pero le sobra belleza para hacer literatura»

La editorial Libros del KO publica 'Una forma de permanencia', un recorrido por la mitología y el sentimiento racinguista trazado por la redactora de El Diario, Marta San Miguel

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Lunes, 20 de mayo 2019, 07:16

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'Una forma de permanencia' es el nuevo título de la periodista y escritora Marta San Miguel (Santander, 1981) que llegará la próxima semana a las librerías de todo el país a través de la colección 'Hooligans Ilustradas', de la editorial Libros del KO, donde comparte catálogo con otros autores apasionados por el fútbol como Ignacio Martínez de Pisón, Manuel Jabois o Enric González. La periodista de El Diario da rienda suelta a su memoria emocional y repasa su relación personal con el fútbol y, sobre todo, con el Real Racing Club en este recorrido por las últimas tres décadas de un equipo con mucho músculo literario, con sus héroes y casi una mitología propia, tamizado por la mirada poética de una autora que sabe lo que es correr detrás de un balón.

-Lo de 'ilustrada' lo sabíamos de sobra, pero su condición de 'hooligan' no la hubiéramos sospechado nunca...

-¡Es que la colección se llama así desde hace ya ocho años! Aunque el término ha perdido ya su carácter primigenio y me lo tomo como una especie de guiño. Desde luego que no me considero una 'hooligan' del fútbol, pero sí de mirar las cosas que nos rodean más allá de la superficie, ya sea en las manifestaciones culturales o artísticas, la gastronomía, o en el deporte, como este caso.

«El Racing es puro material literario: hay tanto heroísmo en cada jugador, tantos relatos que contar...»

-¿El fútbol como una de las bellas artes, entonces?

-Tendemos a perimetrar demasiado las aficiones; en el fútbol hay barro y hay mugre, pero también belleza y épica para la literatura ¿Por qué no podemos respetarlo como otras formas de cultura, digamos, elevada? El plante de la Copa, por ejemplo, debería estar expuesto en un museo.

-La conocíamos como poeta; ¿va a saltar al ensayo?

-La poesía nunca te deja, lo que dejas es de escribir versos, pero haber leído y escrito poesía te hace mirar el mundo de otra manera. El género importa poco: lo que necesito es escribir.

-Literariamente, el Racing tiene que dar mucho juego...

-Hay mucho material literario en un equipo que ha estado al borde de la quiebra, que ha sufrido intervenciones financieras, rescates al límite o el paso de fantasmas como Ali Syed o Piterman. Pero no debemos quedarnos en eso, cuando hay tanto heroísmo en cada jugador y tantos relatos que contar. Sólo hay que mirar, porque el Racing es mucho más.

-Si todos tenemos un Racing, ¿cuál es el suyo?

-El del plante. Ese gesto demostró unos valores con los que yo me quiero identificar. Ese día se lanzó un mensaje al fútbol que supuso un antes y un después.

-¿Y su mito?

-Yo soy de Manolín. Preciado se fue del Racing cuando debía, volvió cuando tuvo que volver, se marchó de nuevo antes de hincar la rodilla... Representa ese fútbol del pasado que tendemos a idealizar, un antídoto contra lo peor del fútbol moderno.

-¿Es de las del «odio eterno al fútbol moderno»?

-No creo que sea bueno o malo en sí mismo, o mejor que el de antes. Hay que separar el negocio y lo deportivo, y en eso el Racing es un ejemplo paradigmático, con lo que ha hecho su afición por este club. La tendencia a plantear el fútbol exclusivamente como un negocio hace que los equipos pequeños se vayan vaciando de contenido, como las gradas de sus estadios. Es fácil llenar el Bernabéu o el Nou Camp, pero el verdadero milagro es llenar campos como El Sardinero en Segunda B, que tiene entradas mejores que algún Primera y muchos de Segunda.

En breve

  • Nostalgia «Jugar en la infancia es la forma de relacionarnos con el mundo, jugar ahora es una forma de permanencia».

  • Simpatía por el débil «Es fácil llenar el Bernabéu o el Nou Camp, pero el verdadero milagro es llenar campos como El Sardinero».

  • Mitos «Yo soy de Manolín, era un antídoto contra lo peor del fútbol moderno».

-El libro arranca con una niña con visión de juego. ¿En qué posición jugaba?

-En el patio del colegio juegas donde puedes... Pero visto con perspectiva, creo que era medio centro. Siempre me gusta observarlo todo.

-¿Organizadora o de corte defensivo?

-De lo que tocara. En el fútbol y en la vida hay que jugar de acuerdo con lo que uno es. Es algo que la escritura te obliga a diario: aspirar al máximo, pero siendo consciente de tus limitaciones.

-¿Qué tiene el juego para traernos tan locos desde la infancia?

-Jugar es la primera forma de relacionarnos con el mundo. He jugado al fútbol, al baloncesto, a las canicas, a las chapas, a las cartas y, sobre todo, al futbolín. Porque me divertía, sí, porque jugar es una forma de vivir; seguir jugando hoy es una forma de permanencia.

-Pero en los noventa, cuando arranca su libro, no eran muchas las niñas que jugaban al balón...

-Esa conciencia existe ahora, entonces no me lo planteaba y era una más cuando se elegían equipos a pares o nones. Incluso tengo en la tibia derecha una cicatriz con dos tacos marcados. No tomé conciencia de que era una chica jugando con chicos hasta que sucedió lo que narro en el primer capítulo, tras un control de pecho. Pero hasta entonces, había una naturalidad que ojalá se hubiera trasladado después al resto de ámbitos de la vida.

-Es la primera mujer que publica en la colección...

-Sí, junto a Lucía Taboada, que firma el del Celta de Vigo.

-Tampoco era común ver mujeres en los campos...

-Las mujeres nos hemos perdido muchas cosas a lo largo de la historia, y una fue disfrutar del fútbol. Ahora veo muchas en la grada, como mi suegra y su hermana, que no fallan aunque truene; veo mujeres en la prensa, y veo al fin ligas femeninas.

-¿Y qué les mueve a seguirlo?

-Me gustaría conocer a los quince mil que aquel día salvaron al club con la ampliación de capital y darles las gracias. Seguro que a cada uno le une un vínculo distinto al Racing. Yo en el libro cuento el mío.

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