«Interpertar música contemporánea es díficil, pero aún lo es más tocar a Mozart»
El maestro dirige esta noche, en el Palacio de Festivales, al Ensemble del Encuentro de Música y Academia en el que será el estreno de una de sus obras
El maestro Antoni Ros Marbà (Hospitalet de Llobregat, Barcelona/ 1937) habla de la música con un gran apasionamiento, sobre todo de compositores como Mozart o ... Brahms. De ellos y de los «escollos» de sus composiciones les habla estos días a los alumnos del Encuentro de Música y Academia a los que esta misma noche a las 20.30 horas, dirigirá en un concierto que tendrá lugar en la Sala Argenta del Palacio de Festivales. Un concierto muy especial para él porque estrenará una de sus composiciones, 'Divertimento concertante en Fa para quinteto de viento, piano y cuerdas', que escrito especialmente para la Escuela Reina Sofía y que combina una partitura dialogante y muy virtuosística con un espíritu sonriente y, por momentos, irónico.
-Háblenos de la obra que va a estrenar esta noche.
-Se trata de un encargo que me hizo la Escuela Reina Sofía, en realidad Paloma O'Shea, hace un tiempo. Me dijo que hiciera lo que yo quisiera y a mí se me ocurrió que en ella participasen muchos de los instrumentos que se enseñan en ese centro. Es una obra que está hecha con muchísimo cariño hacia Paloma O'Shea, por todo lo que ha hecho y por lo que está haciendo. El país le debe mucho a esta mujer y a su apoyo a los jóvenes músicos. Su Concurso de Piano fue trascendental y un gran escaparte, pero la Escuela, sin duda, tiene muchísima trascendencia.
-¿Qué va a escuchar el público?
-Pues una obra difícil, la verdad, porque Paloma O'Shea me sugirió que no fuera demasiado fácil. Uno de los objetivos que tenía el encargo era que los chicos encontrasen una motivación para superar dificultades. Y vaya si las tienen -ríe-.
-¿En qué consisten esa dificultades?
-Es curioso porque a veces, en los ensayos, pienso que me he pasado dos o tres pueblos -vuelve a reír- pero al final no lo he hecho porque estoy comprobando que lo pueden tocar, que pueden con ella. Es cierto que tienen que trabajar mucho, pero están superando esos escollos -continuos cambios de compás, de atmósferas- que les van a venir muy bien porque son dificultades que se van a encontrar a lo largo de su vida profesional. Así que creo que es una especie de aviso a navegantes.
-¿En qué consiste ese aviso?
-Todos estos escollos les servirán para aprender que, aunque hoy en día hay composiciones de extrema dificultad, lo realmente difícil es tocar bien a Mozart, Hayden o Beethoven. ¿Me explico?
-¿Me está diciendo que es más difícil interpretar a uno de esos compositores que a usted?
-Sí, sí claro. La música a partir del siglo XX bebe de todo lo que se compusieron esos grandes nombres. En resumen, lo que quiero decir es que la música contemporánea es muy difícil, pero tocar a Mozart todavía lo es más.
-¿Cómo son los navegantes a los que va dirigido ese aviso?
-Llevo tres días ensayando con los participantes del Encuentro y me emociona la vocación que desprenden todos ellos. Es un grupo de distintas procedencias que tienen un nivel técnico muy bueno, excelente. Pero son tan jóvenes aún que lamento que, a la hora de tocar en una orquesta no tengan al lado a un profesor más veterano que les pueda servir de guía. No quiero que se me malinterprete, todos ellos tienen la riqueza y el talento de la juventud, pero adolecen de la experiencia de tocar obras muy complejas y de encontrar la serenidad para abordar todos esos escollos de los que venimos hablando.
-¿Le resulta más fácil dirigir una obra suya que la de otros compositores?
-Te voy a decir lo mismo que les he dicho a los chicos estos días. Esta es una obra difícil también para el director, aunque para mí resulte más fácil porque soy su autor. Pero les insisto en lo que te decía antes... Mozart no perdona. Es mucho más difícil.
-Mozart no perdona, y ¿Ros Marbà?
-He dirigido muchísimas veces a Mozart y es uno de mis compositores preferidos si no el que más, pero no podemos olvidar que los descubrimientos de Mozart tienen una parte terapéutica importante. Él está más allá de los cielos y yo en la simple tierra.
-Ha dirigido grandes orquestas como la Nacional de España o la de Cámara de Holanda ¿Percibe muchos cambios entre las de antes y las de ahora?
-El nivel de los músicos ha subido mucho. Las nuevas generaciones llegan muy bien preparadas y con una gran calidad y esto, que es muy bueno, a veces también tiene su parte negativa. Y, de nuevo no quiero que se me malinterprete, el nivel de los instrumentistas ha subido tanto que creo que cada vez se ensaya menos. Es cierto que la principal función del ensayo es amoldar la obra, y esto se hace, pero no se dedica el tiempo suficiente como para entrar en profundidad. Hoy en día, montar una obra es mucho más fácil que antes, pero muchas veces no te da tiempo a entrar en la sutileza de detalles que hacen engrandecerla en su ejecución.
-¿En qué se inspira a la hora de componer?
-Siempre he tenido claro que quería componer música, incluso antes de querer ser director, pero no sabría que es lo que me inspira y lo que no. Dentro de dos años voy a estrenar en el Liceo una ópera que creo que será la obra más ambiciosa de las que he compuesto hasta el momento y que me inspiró la obra de Walter Benjamin.
-Cuente, cuente.
-Está inspirada en Walter Benjamin, en su tragedia y en todos los acontecimientos que llevaron en los años 30 al crecimiento del nazismo. Es una ópera en la que salen otros personajes históricos como Bertolt Brecht y todo el mundo intelectual judío que procede de la Escuela de Frankfurt.
-Está considerado uno de los mejores directores españoles de todos los tiempos. ¿Qué consejo les daría a los jóvenes?
-Que se tomen la música como si fuera una religión, casi con fanatismo porque si no sus deseos se perderán por el camino. Tienen que tocar todos los días y trabajar porque incluso para tocar mal y no llegar a ser un gran músico hay que hacer un gran esfuerzo.
Una jornada musical en Santander y Comillas
El concierto que los jóvenes músicos del Encuentro de Música y Academia ofrecerán hoy en el Palacio de Festivales, incluye, además de la obra de Ros Marbà, un recital de violín y piano de la mano de Zakhar Bron y de Alina Artemyeva, con obras de Beethoven, Szymanowski y Wieniawski. Además Philippe Pierlot representará con su flauta, junto al pianista francés Arthur Coatalen, 'Sonata para flauta y piano FP 164', de Francis Poulenc (1899-1963). El Encuentro viaja también a la iglesia San Cristobal de Comillas donde, a las 21.00 horas, habrá un concierto de viola, violonchelo y piano.
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