Alfonso del Río
El autor presenta en el Aula de Cultura de El Diario su nueva novela, 'El enigma de Anne Wallace', de la que ya prepara una adaptación al cine
En 'El enigma de Anne Wallace' Alfonso del Río (Bilbao, 1980) combina novela negra clásica con escenas de acción trepidante y personajes de lo más ... variopinto, destacando la muy particular pareja que conforman la pianista autista Anne Wallace y el alocado policía Lucas Bieda. Del Río, abogado de profesión, trabaja en el mundo audiovisual y esa pasión por el cine se nota en el ritmo de thriller de este libro que presenta hoy en una nueva sesión del Aula de Cultura de El Diario Montañés, en el Ateneo, a las 19.30 horas.
- ¿Cómo surgió la idea de situar esta novela en los Premios Príncipe de Asturias?
-Me atraía mucho generar un atentado o un crimen contra la Corona y en el evento que se supone es el más seguro de España. También quería explorar algo que hemos visto en muchas novelas o historias policiales que cada uno de siete sospechosos fuera una personalidad mundial.
-Y en ese caos aparece Anne Wallace, la mejor pianista del mundo, y un personaje con muchas aristas. Háblenos de ella.
- Ya había aperecido antes en otras novelas. Quería un personaje con una personalidad muy marcada y me gustaba que tuviera el trastorno del espectro autista por el hecho de que la mayoría de las personas que lo padecen tiene una sensibilidad especial hacia el arte. Eso me permitía, por un lado, presentar un personaje que no percibe las emociones de los que la rodean de igual manera que nosotros y por otro escribir unos diálogos muy afilados por su parte que se convierten a veces hasta en graciosos o en cómicos. Creo que al final nos hacemos todos de su equipo y tanto los lectores como el resto de los personajes acaban encariñados con ella. Anne se relaciona con el mundo a través del arte y de la belleza. Pero el reto como escritor estuvo en que el policía del caso, Lucas Bieda, confiara en ella, una de sus sospechosas, como mejor cómplice para resolver este misterio cuando podía ser una de las culpables.
«Me atraía mucho generar un atentado contra la Corona en el evento que se supone que es el más seguro de España»
-En 'El misterio de Anne Wallace' mezcla el thriller con la novela negra más clásica. ¿Eso no es también un reto?
-La novela está planteada como una esas de habitación cerrada que escribía Agatha Christie. Aunque con alguna diferencia porque en ese tipo de novelas lo único que nos importa es conocer quién ha cometido el crimen y cómo lo ha hecho. Para mí era importante partiendo de eso usar la técnica del thriller, más próximo al tema audiovisual. Por eso hay bastante acciones exteriores y alusiones a ETA y a la URSS y la Guerra Fría.
-Otro de los personajes, además el único que es real, es Eduardo Chillida. ¿Incluirle en la novela es su forma de homenajearle?
-La conmemoración el año pasado del centenario de Chillida, un artista que efectivamente siempre me ha fascinado, me pareció una buena oportunidad para sacarlo a relucir a él y su esposa Pilar Belzunce a la que también admiro. Él recibió este mismo premio en 1987 y esa época encajaba muy bien en la trama por varias cosas. La primera porque aparecen algunos de los personajes de anteriores novelas que por fechas debían vivir aquellos años. Eduardo Chillida, al principio, iba a ser un personaje más pero luego me fui dando cuenta de que era el único que podía entender a Anne Wallace que como él que también se comunica a través del arte.
-Entonces, este personaje ¿le ha servido para reivindicar la importancia del arte en un mundo tan materialista como el que vivimos?
-Sí y además lo digo muchas veces en la novela. En ella se habla mucho de la música, pero también de arquitectura, del orden de las cosas y en general de la búsqueda de la belleza. El arte nació para hacernos mejores y actualmente parece que se hace únicamente para el deleite personal cuando realmente el arte en sí es universal.
«Tengo una gran fascinación por el escultor y también por su esposa, Pilar Belzunce»
-¿Cómo ha cambiado su forma de escribir desde su primera novela hasta hasta esta última?
-Te diría que el principal cambio está en el diseño de las historias. Para mí siempre ha sido clave mantener al lector enganchado y para ello escribía muchos giros narrativos. Ahora me centro más en el desarrollo de los personajes posiblemente por mi trabajo en el mundo audiovisual. Veo este libro como una serie de televisión y he desarrollado los personajes mucho más que en otras ocasiones. Al final me he acostumbrado a crear biografías de cada uno de ellos a pesar de que el lector vea solo 48 horas de su vida porque la trama se desarrolla en dos días, pero creo dar a conocer más cosas sobre su origen y su contexto me permiten trabajar mejor los diálogos que es lo que al final le da viveza a un relato. Cuando la gente dice de un libro que es fácil de leer es porque seguramente ha sido muy difícil de escribir.
-¿No le parece que últimamente hay un exceso de thriller, novela negra e investigaciones policiales en las librerías?
-Cuando decimos que hay demasiado contenido audiovisual, demasiadas series o demasiados libros de una determinada temática es porque se demandan. Yo creo que el público sigue demandando esté género por dos cosas. Una porque siguen buscando la sorpresa y la otra porque buscan ver cómo responden los personajes a circunstancias extremas.
¿Hasta cuánto piensa en el lector cuando está escribiendo?
-En todo momento. Hay una doble cara en mi literatura: el desarrollo de las cosas que quiero contar y cómo han de ser contadas para atraer al lector.
-¿Cuáles son sus próximos proyectos?
-Me gustaría adaptar esta historia al cine y ya estamos trabajando en ello y haciendo gestiones. También tengo en mente la que será mi próxima novela.
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