
El MNAC se resiste a devolver los murales de Sijena y alega«incapacidad técnica»
El Gobierno y el Govern catalán forman parte del patronato del museo barcelonés
Los murales de Sijena, joya del románico arrancada en 1936 del monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca), seguirán de momento en el MNAC de Barcelona, a pesar de la sentencia del Tribunal Supremo que obliga al museo barcelonés su traslado a Huesca.
El patronato de la pinacoteca, integrado por el Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, se ha reunido este lunes en sesión extraordinaria para analizar el fallo del Tribunal Supremo que le ordena a devolver las pinturas murales del románico a su emplazamiento original, el monasterio de Villanueva de Sijena, en Huesca. El museo, a través de un comunicado ha asegurado que el traslado de las obras murales es «inviable» desde el punto de vista técnico, porque moverlas de su emplazamiento actual les causaría un daño irreparable. La devolución es «imposible», según el museo, que alega «incapacidad técnica» para cumplir la sentencia y se escuda también en el plazo dado por el Tribunal Supremo. La decisión del museo ha sido unánime entre las tres administraciones.
El MNAC ha anunciado que presentará un incidente de ejecución ante el juzgado de Huesca para comunicar que no puede aplicar el fallo judicial. Y creará un grupo de trabajo para analizar la situación tras la sentencia del Supremo. Ha invitado al Gobierno de Aragón a que se integre en este consejo asesor.
Los frescos salieron de Aragón con destino a Cataluña en 1936, después de que el monasterio oscense, que por entonces pertenecía al obispado de Lleida, fuera incendiado durante la Guerra Civil por un grupo de anarquistas. Las rescató de las cenizas un funcionario de la entonces Generalitat republicana y se las llevó a Cataluña, donde las restauró. Desde 1961, están expuestas en el MNAC. El Supremo dio 20 días hábiles al museo barcelonés para ejecutar la sentencia. El plazo acaba la semana que viene. El Gobierno y el Govern llevan semanas diciendo que las sentencias se han de cumplir, pero al mismo tiempo advertían de la dificultad de ejecutar el fallo sin dañar las obras de arte, en función de la opinión de los expertos que han avisado que un traslado puede ser lesivo para los murales.
En el fondo hay una disputa entre Aragón y Cataluña por unas obras muy valiosas de arte románico. Y más en el fondo, hay un pleito de tipo territorial, de una zona que hoy es Huesca y en el pasado perteneció al obispado de Lleida.
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