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El rapero estadounidense Kanye West.
¿Cómo sonará 2016?

¿Cómo sonará 2016?

El circuito de festivales y los sellos discográficos calientan motores al inicio de una nueva temporada en la que Kanye West y Frank Ocean regresarán para reclamar su trono

David López

Lunes, 4 de enero 2016, 13:40

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¿Entretenimiento o compromiso? ¿Actividad lúdica o militancia combativa? Todavía, en este punto del gran relato inacabado del siglo XXI, nos preguntamos si el arte responde, en esencia, a una cuestión política, si debe asumir la tarea de modificar nuestra mirada para invitarnos a reflexionar sobre todo aquello que nos rodea, sobre una realidad circundante que nos apremia a reaccionar y a tomar partido. Aquellos que compartan esta idea apreciarán uno de los vídeos que daba por finiquitada la temporada que dejamos atrás, aquel que ejercía como soporte para 'Borders', el single que M.I.A. estrenaba a finales del pasado mes de noviembre. Aunque la obra visual de la rapera británica de origen tamil no era ajena al comentario social y a la provocación inteligente (ahí queda para la posteridad esa suerte de remake de 'Punishment Park' que Romain Gavras concibió para su áspera 'Born free'), en esta ocasión apuntaba sin contemplaciones a la conciencia de un planeta atestado de fronteras, de muros y vallados con alambre de espino que nos separan y dividen. ¿Les suena? En primer plano, las imágenes de la vergüenza, las del drama de los refugiados. M.I.A., como Edward de Vere, cree que el arte es algo más que una distracción decorativa y que lo suyo no consiste en hacer 'zapatos'. Un puñetazo en el estómago para dar la bienvenida a 2016. Nosotros nos conformaremos con ofrecer tres claves para comprender la que se avecina.

Juego de tronos

El 13 de diciembre de 2013, Beyoncé publicaba su quinto álbum de estudio sin previo aviso, sin una campaña de promoción millonaria que anunciase a bombo y platillo su lanzamiento. El disco homónimo llegaría a vender más de cinco millones de copias en todo el mundo y estableció un nuevo récord en plataformas como iTunes. Aunque su entusiasta recepción por parte de la crítica fue unánime, pues mereció el aplauso de la prensa musical de corte generalista y reseñas laudatorias en las revistas especializadas, no ocupó el lugar que le correspondía en las listas que coronan lo mejor del año atendiendo a los criterios más variopintos. Les pilló desprevenidos, fuera de juego. Radiohead ('In rainbows'), Burial ('Rival dealer') o D'Angelo ('Black messiah') también han demostrado su talento para maniobrar en la sombra, para desafiar las expectativas de los medios de masas, para romper con las reglas no escritas del márketing.

La estrategia prometía convertirse en una tradición anual, en una tendencia al servicio de los grandes de la industria o los artistas de culto, pero no, terminó 2015 y no hubo sorpresa. Ni de Kanye West, ni de Frank Ocean, que durante meses se recrearon en el despiste, inundando la red de declaraciones contradictorias y falsos indicios. Aunque Rihanna se lleva la palma en esto de marear la perdiz, cualquier ególatra con delirios de grandeza intuía que el trono le pertenecía a Kendrick Lamar desde que 'To pimp a butterfly' irrumpió en el mercado a mediados de marzo. Un opus magnum de la música negra que, sin duda, marcará una época. Claro, a nadie le agrada ocupar el segundo puesto. Nueva oportunidad: West y Ocean encabezan sin discusión la wishlist de 2016.

LPs en camino

En invierno, Broadcast. En primavera, Belle & Sebastian. Como apunta el eslogan de la herramienta Year in Music de Spotify, 2015 sonó diferente para cada uno de nosotros. La estadística, en este caso, habla de predilecciones grabadas a fuego y cierto grado de educación auditiva. O de estímulos externos y estados anímicos, pues la música también nos seduce desde un plano puramente emocional. Y no resulta desatinado aventurar que en los próximos 365 días cada melómano volverá a trazar un itinerario que le identifica frente al resto, narrando, a su manera, lo que ha supuesto en su currículum vital este nuevo ejercicio. Un recorrido que, tal vez, pueda guiarse por alguna de las referencias que llegarán a las tiendas en los próximos meses. David Bowie abrirá mañana mismo la veda, justo el día de su cumpleaños, pero más tarde le acompañarán PJ Harvey, Bon Iver, The XX, Radiohead, James Blake, Animal Collective, Sigur Rós, Chromatics o Wild Nothing. Algunos se enfrentan al duro trámite de la reválida, como Haim, Diiv y Savages, mientras que a veteranos como Underworld les toca demostrar que todavía tienen algo que decir décadas después de que sus obras mayores vieran la luz. Y en España esperan a la vuelta de la esquina los nuevos trabajos de Triángulo de Amor Bizarro, Odio París o Belako.

¿Y qué sucede con el debate del estado de la nación pop? Miley Cyrus colabora con The Flaming Lips. Pitchfork encumbra a Taylor Swift y Carly Rae Jepsen. Caroline Polachek, de Chairlift, escribe canciones para Beyoncé y Anthony Gonzalez sueña con hacer lo propio para Katy Perry. La industria de la música se ha vuelto loca, loca, loca, pero ha sido el sobresaliente 'Art angels' de Grimes el que ha evidenciado que el pop de inspiración marciana e inequívocas pretensiones artísticas también puede obtener un reconocimiento masivo. Es el feliz matrimonio entre el mainstream y aquello que aún englobamos bajo la etiqueta 'alternativo'. Y, en ese sentido, 2016 promete algunas alegrías de la mano de Sky Ferreira, arropada por Bobby Gillespie de Primal Scream, y Charli XCX, ahora bajo la producción de Sophie y los sonidos hipervitaminados del movimiento PC Music. Sia afronta el reto de superar el éxito de '1000 forms of fear' y el R&B de nuevo cuño ha depositado sus esperanzas en Nao, Kelela y Tinashe. En un año, el veredicto.

En directo

Grandes recuerdos de 2015: Autechre, en la oscuridad y sin visuales, imponiendo su discurso en el Sónar diecinueve años después; Sufjan Stevens y Beach House estremeciendo a propios y extraños en locales de tamaño medio; Holly Herndon redefiniendo el concepto de show tecnológico en la era post-Snowden; el diálogo entre el romanticismo futurista de Arca y las animaciones experimentales del creador plástico Jesse Kanda; el revival del emo bendecido por el regreso a los escenarios de American Football y Mineral; el viaje a los sueños polares orquestado por Panda Bear en el Parc del Fórum de Barcelona; Run the Jewels o A$AP Rocky como consuelo para todos aquellos que reclaman mayor presencia de artistas de hip hop en nuestras salas y festivales... Ahora bien, ¿qué podemos esperar de 2016 en lo que a conciertos se refiere?

La subasta ha comenzado: vuelven (otra vez) The Stones Roses y At the Drive-In, James Murphy se desdice y reunirá a LCD Soundsystem, y Lush se subirán al carro de My Bloody Valentine, Slowdive y Ride. Ya puestos, ¿se dignarían Tim Gane y Laetitia Sadier a despertar a Stereolab de su letargo para celebrar el veinte aniversario de 'Emperor tomato ketchup'? El Primavera Sound guarda su cartel bajo llave, aunque en el anunciado 'all stars' jugarán con toda probabilidad PJ Harvey, Grimes, Animal Collective, Deerhunter o Tortoise. El Sónar, por su parte, ya se ha reservado la premiere europea del espectáculo de ANOHNI, el proyecto que congrega al cantante de Antony and the Johnsons junto a Oneohtrix Point Never y Hudson Mohawke. Y el BBK Live rompe con su habitual línea de contrataciones y apuesta por ocupar un espacio que tradicionalmente se atribuía al FIB durante los meses estivales: Pixies, M83, Father John Misty, Courtney Barnett o Hot Chip ennoblecen por el momento ese intento por erigirse en la nueva cita indie del verano europeo. Kendrick Lamar, Mac DeMarco y Jamie XX, eso sí, pisarán Benicássim. Y no, lo de Daft Punk es tan poco probable como la publicación del segundo álbum de The Avalanches.

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