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Jorge Beltrán, Ángel González, Javier Soto, Óscar Avendaño y Julian Hernández (en primer término) son Siniestro Total.
"La estupidez humana es el ladrillo básico del universo"

"La estupidez humana es el ladrillo básico del universo"

Siniestro Total visita este sábado Santander con su nueva gira 'El mundo da vueltas', una visión "preapocalíptica" del destino del planeta: "La autodestrucción"

Rafa Torre Poo

Jueves, 28 de abril 2016, 22:01

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Por más que se empeñe en decir que solo es «la señora de la limpieza», Julian Hernández (accidentalmente madrileño, reencarnado en gallego vigués) es el histriónico líder de Siniestro Total. El guía espiritual del grupo durante 35 años ha mutado en profeta catastrofista. Su vaticinio es distinto. Si hace años vociferaba que 'La sociedad es la culpable', ahora amplía el abanico de responsabilidades. «Estamos en manos de políticos analfabetos. Y hemos puesto a los peores en los cargos más altos». Tocan este sábado 30 de abril en la Sala Summum a las 21.30 horas.

Llegan a una Smart City. ¿Se han preparado de alguna manera especial?

Uf. Una ciudad inteligente... Pues entonces no sé qué pintamos nosotros. Intentaremos estar a la altura o jugar al ajedrez hasta que comience el concierto.

Algo de inteligente tendrá su música cuando una de sus letras sale en un libro de religión...

David Summers (el cantante de Hombres G) me regaló el de su hermana, donde venía la letra de ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos?, ¿A dónde vamos? Lo guardo como oro en paño. A veces uno hace canciones con intenciones, pero aparecer en un libro de religión es una de las cosas más divertidas que le ha pasado al grupo.

El mundo da vueltas es el título de la gira. ¿Alrededor de dónde?

Alrededor del ladrillo básico del universo que es la estupidez humana. Además da título a una canción preapocalíptica, porque el planeta se está dirigiendo a un sumidero de autodestrucción.

¿Tantas vueltas, tras 35 años de trayectoria, no cansan?

Más que vitalidad tenemos cabezonería. O puede ser que no sepamos hacer otra cosa y que no nos haya ido tan mal como para haber sobrevivido. En España es complicado porque hay una leyenda que asegura que este país es tremendamente musical.

¿Y no lo es?

Eso es falso. La música en España siempre fue una maría en los colegios y ahora está a punto de desaparecer. En Europa, en cambio, es obligatoria en todos los niveles. Estamos en manos de políticos analfabetos; y hemos puesto a los peores en los puestos de mayor responsabilidad.

Ya que habla de política. En la jornada de reflexión de las elecciones generales de diciembre tocaron juntos Siniestro Total, Gatillazo y Reincidentes. ¿También son futurólogos?

Fue muy profético ese concierto (risas). Los nombres de los tres grupos vienen al pelo para explicar lo que ha sucedido después. Es más, en caso de seguir vivos, deberíamos reunirnos todas las jornadas de reflexión y así siempre anticiparíamos los resultados.

¿Es Julián Hernández el líder mesiánico de la formación?

Bueno, más bien soy la señora de la limpieza. Todos, hasta los del grupo, dicen que soy el líder, pero luego ni puto caso me hacen. En realidad, soy el más cabezota, que tampoco es una virtud.

Cantante, productor musical, columnista de prensa, incluso ha sido actor en una película porno. ¿Demasiadas inquietudes o pluriempleo?

Es pluriempleo, claramente. Alguna de esas facetas no son para forrarse. En muchos de los casos fallo como una escopeta de feria porque no sé decir que no.

¿También falló en la peli porno?

Cuando me llamaron para Caspa Brothers: The Movie me dije: Julián tú tienes que ver eso. Y vaya si lo vi. Por allí andaba Nacho Vidal...

Ahora, escritor. Acaba de publicar su primera novela de ficción.

Sustancia Negra me daba mucha pereza, pero tuve libertad absoluta desde la editorial, así que el libro es un auténtico delirio, algo demencial. Es más disparatado que la Metamorfosis de Kafka. El protagonista no se sabe si es humano o no.

El primer cantante de Siniestro Total, Germán Copppini, era cántabro. ¿Habrá algún guiño durante el concierto?

Su muerte en diciembre nos dejó una extraña sensación porque, de nosotros, ha sido el primero en caer. En navidades, que siempre nos juntamos para recordar el aniversario del primer concierto del grupo, ya tocamos algunos temas suyos. Igual preparamos algo para Santander.

La otra voz, aparte de la suya, que todos recuerdan es la de Miguel Costas. ¿Se les volverá a ver algún día juntos en un escenario?

Hacer eso sonaría demasiado revival y nostálgico, y la nostalgia es un sentimiento reaccionario y absolutamente paralizante. Sería como ese sketch de Muchachada Nui donde decían que si te estrellabas contra un muro regresarías a los ochenta: Alaska y Nacho Canut lo hacían y se metían un hostión. No existe ese punto de inflexión en el grupo. Hace veintitantos años que se fue Miguel del grupo (ahora toca en Los Feliz). No creo que la situación se pueda revertir. El grupo, tal como está ahora, funciona.

¿Qué se va a encontrar la gente que vaya a la sala Sümmun?

Lo que garantizamos, al tocar en una Smart City, es un nivel intelectual altísimo y una presencia física arrolladora.

¿Y musicalmente?

Al repertorio de este año le dimos muchas vueltas. Tiene que tener un cierto equilibrio: canciones nuevas, otras que han marcado la historia del grupo... y todas ellas dentro de una estructura con un ritmo interno para no provocar el bostezo entre el respetable.

Llevan ustedes muchos años subidos a un escenario. Antes verían crestas y melenas, ¿y ahora?

Pues yo me pregunto: ¿Desde abajo qué se ve? Porque debo ser la única persona en el planeta que no he visto a Siniestro Total en directo. Además, desde arriba veo malamente. Tengo tantas dioptrías que no soy capaz de distinguir una cabeza de una pizza.

Se lo preguntaba por la media de edad de sus seguidores.

La gente de nuestra edad están más al fondo del escenario, más cerquita de la barra. La primera fila suele estar copada por los más jóvenes, aunque también hay gente mayor que se acerca para disfrutar de los últimos días de su juventud.

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