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La banda sueca Reggae Kiss.
El reggae de Kiss y la cumbia de Morrissey

El reggae de Kiss y la cumbia de Morrissey

Hay grupos obsesivos, monomaniacos, dedicados a trasladar la producción de un artista a un estilo totalmente distinto: repasamos unos cuantos de estos tributos anómalos

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Miércoles, 11 de abril 2018

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Las versiones son un universo en sí mismas. Hay artistas que interpretan canciones ajenas tan parecidas a las suyas que casi no se pueden distinguir, mientras que otros apuestan por la sorpresa y el desconcierto de lo radicalmente distinto. Hay versionadores natos que entienden este arte como un modo específico de creación y otros que cuelan un 'cover' como a regañadientes, quizá conscientes de que deja en evidencia a sus propias composiciones. Pero el apartado más pintoresco de este mundillo son, sin duda, lo que podríamos llamar tributos anómalos, es decir, las bandas especializadas en versionar a un solo grupo y hacerlo, además, en un estilo muy alejado del original. Repasemos unos cuantas obsesiones de este tipo, siempre a caballo entre lo cómico y lo patológico, que de paso demuestran que las buenas canciones pueden resistir cualquier tropelía.

  1. Reggae Kiss

Lo de estos suecos no necesita mucha explicación, porque tampoco se han complicado mucho la vida a la hora de escoger un nombre. En realidad, Reggae Kiss son una especie de 'offshoot' de una banda tributo de Kiss, Dressed To Thrill, cuyos miembros se dieron cuenta de que algunas de las canciones encajaban perfectamente con un ritmo jamaicano. «Unas lo hacen mejor que otras. Tiene que ver con la estructura de la canción y la secuencia de acordes, que debe funcionar como reggae creíble. Sorprendentemente, muchas canciones de Kiss lo hacen», ha declarado a la revista 'Classic Rock' el Ace Frehley de Reggae Kiss. Los mismísimos Gene Simmons y Paul Stanley han dado su aprobación a temas como este 'Naked City', que parece recién salido de Kingston.

  1. Mexrrissey

En México, Morrissey es una estrella. En realidad lo es en todas partes, claro, incluso cuando está solo en la cocina de su casa, pero los mexicanos parecen sintonizar de manera especialmente intensa con la zozobra emocional de sus canciones. Así que tiene cierta lógica que un grupo de artistas notables del país norteamericano (encabezado por Camilo Lara, del Mexican Institute Of Sound) se dedique a versionar sus temas con arreglos más propios de un mariachi y ritmos de cumbia o bolero. Su disco 'No Manchester' se centraba en la carrera en solitario de Morrissey, porque al parecer Johnny Marr no dio permiso para usar nada de los Smiths, pero ahora andan presentando en directo su interpretación del álbum 'The Queen Is Dead'. Ah, estarán en el Bilbao BBK Live.

  1. Rondellus

El conjunto estonio nació en 1993 con el admirable fin de «interpretar y promover la música del medievo y el renacimiento», y la mayor parte de su carrera se centra en esos periodos: han grabado las hermosísimas composiciones de Hildegard von Bingen o Gilles Binchois, así como una selección de las Cantigas de Santa María y el Códice de Las Huelgas. Pero en 2003 experimentaron un cortocircuito cerebral que les llevó a editar 'Sabbatum', el tributo medieval a Black Sabbath, con sus zanfoñas, su organistrum, sus laúdes e incluso sus letras traducidas al latín: ¡qué rematadamente bien queda 'War Pigs' transformado en este sublime 'Verres militares'!

  1. Surf Sabbath

Por alguna razón, Black Sabbath funcionan como un imán para los músicos con ocurrencias raras: en su lista de grupos tributo figuran engendros como Mac Sabbath, que adaptan sus letras a asuntos relacionados con la comida basura ('Never Say Diet' es un hallazgo afortunado). Pero no nos desviemos: los estadounidenses Surf Sabbath están empeñados en transformar los himnos de Ozzy y compañía (Ozzy, sí, porque solo aceptan los seis primeros álbumes de la banda) al estilo surf instrumental. Según ellos, la cosa no tiene tanto mérito como se podría pensar, ya que aseguran que las guitarras de los Ventures tampoco están tan lejos de las de Tony Iommi.

  1. Tragedy

En realidad, en las cartografías del espectáculo, el heavy tampoco queda a tanta distancia de la música disco: los dos géneros son aficionados al exceso, la ropa de fantasía y ciertos excesos vocales. Los neoyorquinos Tragedy decidieron saltarse «el gran acuerdo de paz entre disco y metal de 1977» para corromper con sus guitarras a los pobres Bee Gees, como si los hermanos Gibb se hubiesen enrolado de pronto en Iron Maiden o Guns N' Roses. «Tragedy suda purpurina y eyacula confeti», se anuncian estos tipos sin escrúpulos.

  1. Jewdriver

Quizá sea un exceso decir que estos personajes trasladan las canciones de un grupo a un estilo totalmente distinto, porque en realidad sus versiones suenan bastante parecidas a las originales, pero también es verdad que resulta difícil encontrar dos etiquetas más distanciadas que el punk nazi y el punk judío. La genialidad de Jewdriver consiste en tomar los temas de Skrewdriver, la banda más representativa del rock supremacista, y cambiar todos sus giros nazis por afirmaciones (y también chistes) de orgullo judío.

  1. Kris Delmhorst

La cantautora neoyorquina tiene una trayectoria muy respetable, a caballo entre el folk y la música americana de raíces, que la aleja de las tendencias monomaniacas del resto de esta lista. Pero algo de eso también hay: cuando tenía 13 años, Kris invirtió parte de su sueldito de canguro en la casete de 'Heartbeat City', el disco más exitoso de The Cars, y ya jamás ha podido sacarse aquellas canciones de la cabeza. Acabó dedicándoles un álbum entero, 'CARS', que se cuenta entre las traslaciones más exitosas de un estilo a otro: la pegadiza nueva ola de Ric Ocasek y los suyos se acompaña aquí de acordeones, violines, mandolinas, clarinetes, armónica... e incluso de un ukelele a cargo de Greg Hawkes, el teclista de los 'Coches'.

  1. Jäh Division

Y terminamos con una rareza que también lleva a cabo su propósito con una gracia especial. Jäh Division (a los que no conviene confundir con los Jah Division rusos) nacieron como un divertimento de varios músicos del 'underground' estadounidense, miembros de bandas como Home y Oneida: la cuestión, evidentemente, consistía en grabar versiones dub de temas de Joy Division. Puede parecer descabellado, pero no lo es tanto: a Ian Curtis le privaba el reggae, como a tantos otros en el punk y en el post-punk, y el productor de cabecera del grupo de Manchester, Martin Hannett, había estudiado a fondo los trucos de estudio jamaicanos. Jäh Division solo lanzaron un EP de versiones, en 2004, pero ha quedado como una auténtica joya de mutación estilística.

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