Okuda invita a conocer su mundo «en una experiencia artística que te invade»

Con esta instalación artística, Okuda además de invitar a los visitantes a vivir su obra desde dentro les va a permitir conocerle un poco mejor a través de un mundo surrealista donde el color, las estructuras geométricas, el sonido y las instalaciones audiovisuales conectan la imaginación con lo físico. Un recorrido artístico en el que Okuda propone reflexionar sobre los caminos que la vida nos ofrece y los que elegimos tomar en el cambiante contexto en el que vivimos con la intención de que «salgan después de ese camino con la mente llena de color y sobre todo llena de inspiración», tal y como el mismo ha señalado en una entrevista a Europa Press Televisión. Y es que el color y las calaveras, «mi icono más reconocible», son algunas de las notas destacadas de esta muestra porque tal y como el creador cántabro señala «el color representa todas las razas y culturas y al final todas las banderas».

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En ese paseo por su obra, que está distribuido en seis zonas interactivas, no falta ninguno de esos iconos, que han ido creciendo desde sus orígenes como grafitero hasta convertirse en uno de los artistas con más proyección internacional del momento y que son tan reconocibles que casi se han convertido en marca de su persona. Sus murales están en todo el mundo y en todos ellos, su combinación cromática estridente y sus formas geométricas se funden en figuras realista. Una iconografía, la de Okuda, que trata de mostrar cómo el arte puede llegar a cambiar nuestras vidas del mismo modo que cambió la suya y que invita a reflexionar a los visitantes sobre las relaciones que establecemos con la gente que nos rodea, cómo nos afecta la cantidad de información que recibimos, o sobre conceptos como la herencia cultural o el origen común de la humanidad, reinterpretando la cueva de Altamira, «la cueva hace referencia al lugar de dónde vengo, a Cantabria que de alguna es la prehistoria pero también es el futuro», tal y como indica.

De toda la muestra del nuevo museo madrileño, la zona más especial para Okuda San Miguel, porque «es el corazón de todo» según él mismo reconoce, está en el sótano, en lo que era la caja fuerte de la joyería Aldao. «Aquí se pueden dibujar desde antiguos bocetos y dibujos míos hasta colaboraciones con una niña que va en silla de ruedas, o con Desirée Vila la atleta que perdió una pierna o el jugador de hockey Álvaro Negrete», explica en un intento de mostrar «como el arte puede cambiar vidas o espacios».