«La pandemia ha revelado la precariedad de la cultura, pero también su capacidad de adaptación»
Gema Agudo - Directora General de Acción Cultural ·
La periodista santanderina, que asumió el cargo la víspera del estado de alarma, cree que el presente exige «estrechar la relación con la ciudadanía»Desde el periodo inaugural, hace ahora tres décadas, hasta el año 2017, fue el vínculo comunicativo del Palacio de Festivales de Cantabria con la ... sociedad como responsable de la Oficina de Comunicación e Imagen. Gema Agudo Leguina (Santander, 1963) licenciada en Ciencias de la Información, ingresó a finales de los ochenta en el Cuerpo Facultativo Superior de la administración del Gobierno cántabro. Su nombramiento como directora general de Acción Cultural tuvo lugar apenas una semana antes de decretarse el estado de alarma. En apenas medio año de gestión se ha enfrentado a los sucesivos temporales generados por el coronavirus. Niega que haya existido «precipitación» a la hora de tomar medidas y aplicar recortes y se muestra convencida de que «poco a poco estamos recuperando los espacios que nos arrebató la pandemia».
-¿Imagino que, en estos meses, covid aparte, le habrán dicho mucho eso de qué hace una periodista como usted en un sitio como este?
-Desde los inicios de mi trayectoria profesional, siempre he desempeñado mi trabajo en el ámbito de la cultura. He sido testigo de la puesta en marcha de iniciativas y proyectos que hoy son parte sustancial de la oferta artística de esta tierra, por lo que algo conozco del tema. Así que creo que, en general, la gente ha entendido mi nombramiento, y quisiera desde aquí agradecer las muestras de apoyo.
-¿Se lo pensó dos veces? ¿Considera que era una decisión arriesgada, o coherente dentro de su trayectoria?
-Por supuesto que me di un tiempo para valorar la proposición del vicepresidente Pablo Zuloaga. Como le decía, trabajo desde hace tiempo cerca del sector, y por ello, me parecía prudente reflexionar antes de decidir acometer una responsabilidad de este calibre. También he valorado que esta opción comporta riesgos. Es un cambio tanto en la vida personal como profesional, pero también es un reto ilusionante, y agradezco al vicepresidente que me dé esta oportunidad.
-Ahora que ya cuenta con cierta perspectiva, ¿se arrepiente o cree que fue un paso acertado?
-He tenido mis momentos. En estas situaciones excepcionales y desconocidas hasta ahora, entiendo mejor el esfuerzo y la tarea de las personas que están al frente de cargos con responsabilidad. A pesar de todo, me he sentido muy respaldada y comprendida en los errores que he podido cometer, y eso anima mucho, la verdad.
-La pandemia ha sido la invitada no esperada. ¿Todos estos meses han sido de mera supervivencias?
-Esta pandemia ha sido un golpe inesperado que ha removido nuestra forma de vida tal y como la entendemos ahora. Un hecho que nos ha cambiado y lo peor es que no sabemos el alcance de este cambio, lo que nos provoca incertidumbre. Una vez superado el primer impacto, se decidió revitalizar el Consejo Cántabro de Cultura para abrir un cauce de comunicación franco y abierto con el sector, y entre todos, encontrar fórmulas que paliaran en lo posible los efectos negativos de esta crisis. De ahí surgieron una serie de iniciativas bajo el lema 'La Cultura contraataca' que ha hecho que seamos la primera región en celebrar actividades artísticas, y que ha sido un modelo para el resto. Además, nos ha permitido realizar un intenso programa de actividades donde han participado por primera vez y en igualdad, todas las disciplinas artísticas. Nos sentimos satisfechos con este impulso que se verá continuado en los próximos meses, y nos alegra afirmar que, en general, los comentarios que nos han llegado desde el sector son favorables, algo que nos pone las pilas para seguir trabajando.
-No han faltado críticas, demandas, rechazos y hasta manifiestos. ¿La crisis ha venido a desnudar una política cultural endeble en la comunidad?
-En una situación tan complicada, e insisto, tan inédita como la que estamos padeciendo, es muy normal que la gente manifieste sus inquietudes y preocupaciones. El ámbito cultural no es ajeno a esta incertidumbre, y la crisis del covid-19 ha puesto de manifiesto las debilidades propias que les afectaba desde hace tiempo. Desde las administraciones públicas, nos corresponde diseñar una política cultural lo más empática posible, siempre desde una postura proactiva. Sin ser autocomplacientes, sí que creo que hemos conseguido mantener el vínculo entre los ciudadanos y la cultura y poco a poco estamos recuperando los espacios que nos arrebató la pandemia. Ahora sólo queda profundizar en este camino.
-¿El Mupac y la gestión del patrimonio del arte rupestre es el foco principal del departamento en el que se integra su labor?
-No es sólo un eje central de mi departamento, sino que es una línea de actuación estratégica de la Vicepresidencia. El Mupac ya tiene una nueva cara que, además, parece que ha concitado una opinión favorable en torno al proyecto firmado por Mendoza y Partida. Cantabria necesita un museo acorde a la excelencia de su patrimonio, uno de los más singulares de mundo, y ese objetivo es prioritario. Queremos que nuestro patrimonio y el talento de nuestros artistas sean recursos de futuro, nuestros pilares para asentar un modelo sólido de crecimiento basado en la innovación, la creatividad y el conocimiento.
«Sin ser autocomplacientes, creo que hemos mantenido el vínculo con la sociedad»
-¿Qué fortalezas y debilidades aprecia en el sector cultural desde dentro en este periodo?
-Este periodo ha puesto de manifiesto las carencias que sufre el sector, como son la precariedad, su excesiva dependencia de lo público, y la necesidad de implantar las nuevas tecnologías en sus procesos creativos; pero también ha revelado su capacidad de adaptación, su compromiso, la diversidad y riqueza del talento de sus profesionales, y su probada responsabilidad con una sociedad que cada vez demanda más cultura, formación y conocimiento.
«Me pareció prudente reflexionar y también valoré una opción que comportaba riesgos»
-¿No hubo precipitación a la hora de recortar y suspender algunas actividades culturales de referencia y tradición, en cuanto saltó la crisis?
-Niego que existiera precipitación. Estábamos pasando por una crisis desconocida y cambiante que nos obligaba a adaptar los recursos previstos para destinarlos a aquellos ámbitos que eran vitales para la supervivencia. Y a esa tarea se encomendaron todos los esfuerzos, pero sin perder de visto un sector como el cultural, que ya se intuía iba a ser de los más perjudicados por las limitaciones sanitarias impuestas. Fueron momentos duros, no lo niego, pero también era un alivio encontrar la sincera compresión de los profesionales que han sabido entender la urgencia y la necesidad de las medidas.
-¿Considera que falta cercanía y sobra propaganda?
-Si queremos avanzar y mejorar, son necesarias grandes dosis de reflexión y autocrítica, tanto desde las instituciones como desde el sector cultural, e incluso, desde los medios de comunicación que tienen también un papel fundamental en la difusión de la oferta cultural, en dar a conocer el trabajo esencial de nuestros artistas. La creación es por definición inconformista y no debemos olvidar que eso es lo que ha hecho de la expresión artística algo esencial que define a las personas, y eso es un valor que debemos aprovechar. Hay que estrechar la relación con la ciudadanía, que nos sientan cercanos, y para ello necesitamos mejorar nuestras herramientas de comunicación, desde la honestidad, y dando una visión clara de la diversidad de un sector en constante transformación.
«El Plan Estratégico de Cultura y Patrimonio, guía para el futuro, es uno de nuestros objetivos»
-Siempre faltará agilidad, y estamos trabajando en hacer de la acción cultural, un hecho más accesible, dinámico y eficaz, capaz de dar respuesta a los retos que se nos plantean. Por otro lado, hablamos de dinero público, y su administración requiere mecanismos de control, concurrencia y trasparencia.
-¿Qué prioridades maneja su departamento en perspectiva?
-Aunque estamos ante un periodo complicado, también es momento para dibujar el futuro cultural de nuestra región. Desde Vicepresidencia, esa apuesta por la creación es palpable, y estamos inmersos en importantes proyectos que cambiarán la política cultural: la nueva sede del Mupac; el Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo; el proyecto del espacio creativo de La Lechera en Torrelavega; la redacción de un Plan Estratégico de Cultura y Patrimonio de Cantabria, que sirva de guía para actuaciones futuras; las necesidades de aplicar las nuevas tecnologías a los procesos creativos y de difusión del patrimonio; alentar la formación continua a los profesionales del sector; renovar y refrescar las programaciones existentes y consolidadas, y apoyar al nuevo talento.
-Me ha descubierto una visión diferente de la acción cultural, y me ha reafirmado en temas que ya conocía, pero desde otra perspectiva. Lo que sí me ha demostrado es que la cultura y el patrimonio de Cantabria está vivo a pesar de todo, que sus profesionales cuentan con una notable capacidad de adaptación. Reconocer que tenemos una nómina de profesionales que no se arredran ante las dificultades. Y quiero subrayar que los valores, emociones y enseñanzas que nos trasmiten son necesarios para afrontar estos tiempos complicados, pero que nos abren un panorama lleno de oportunidades, y con esta esperanza me quiero quedar.
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