Mónica Álvarez Careaga
Un año después de ponerse al frente de la cita, la gestora cultural destaca el crecimiento en cantidad y calidad de la propuesta
Doce meses han servido a Mónica ÁLvarez Careaga para marcar las directrices de lo que quiere que sea su sello en la feria Artesantander. Un ... sello de exigencia, riesgo y miradas a un sector cambiante, al que está constantemente atenta, tratando de cerrar alianzas y manteniendo una función casi de tutorización para los nuevos artistas y galeristas. El resultado de la apuesta se podrá evaluar a partir del día 15, finalizada esta edición.
–El pasado año afirmaba sentir responsabilidad y tranquilidad por ponerse al frente de Artesantander, debido al bagaje de la feria. ¿Qué siente pasado este periodo?
–Pues estoy tranquila porque he trabajado mucho. El año pasado cogí la feria cuando faltaban, no sé, 5 meses o así, medio año y me di cuenta de que es una feria que a pesar de tener 32 ediciones entonces, todavía había muchas partes por desarrollar, un poco diamante en bruto y que si trabajaba mucho, pues surgirían muchas cosas y mejoraría la feria.
–Y eso ha hecho
–Efectivamente le he dedicado todo el año a trabajar este proyecto que me ha chupado todo todas mis energías y mis ideas. Hasta en la ducha dando vueltas a lo que se te ocurre. Todo ha sido Artesantander. Estoy agotada, pero contenta porque todas las cosas que empecé el año pasado como el programa de coleccionistas, los premios, este año han sido incluso el doble, incluso más grandes, incluso más y también se ha mejorado bastante la calidad de las galerías. No estaba descontenta en absoluto, pero este año tenemos más galerías y mejores galerías.
–¿Es el resultado de la máxima que defiende de que para seguir siendo significativo hay que arriesgar?
–Sí, claro, tienes que cambiar porque, al final, el arte contemporáneo también es es el el mundo de la novedad, de lo diferente, de lo nuevo y entonces hay todo el rato que que pensar cosas nuevas y y arriesgarse y hacer cosas diferentes y porque si no todos nos aburrimos mucho en en este mundo y la gente del arte contemporáneo es muy exigente.
–Para usted no es raro porque cambiar y probar lo lleva haciendo mucho tiempo, ¿pero cómo se traslada eso a un mastodonte como es una feria?.
–Un mastodonte que se hace con un equipo relativamente pequeño.
–Eso no ha cambiado, entonces.
–(Ríe) Eso no ha cambiado. Es muy difícil sostener un equipo de personas grande durante todo el año. Ha habido un núcleo de dos personas que hemos trabajado todo el año y los demás al final. Y sí, yo estoy acostumbrada a cambiar, porque tengo una característica y es que las cosas me aburren, cuando llevo en un proyecto más de seis años. Me gusta mucho el cambio.
–¿No la veremos entonces al frente de la feria durante las próximas décadas?
–Imposible, es imposible, porque me muero si tengo que estar haciendo lo mismo 30 años. Mi carácter no soporta repetir lo mismo tanto tiempo.
–¿Qué le pide a ese equipo con el que trabaja?
–Lo que yo pido a las personas es que sepan trabajar, en el sentido de que hay que ser muy serio en el trabajo. Si dices que vas a hacer una cosa un cliente, a un expositor, a una persona relacionada con la feria, a un coleccionista, hay que hacerlo. Eso es fundamental. Comprometerte, que las cosas no te den igual, que te pidas un estándar de calidad a ti mismo más importante. En el mundo de la cultura, como sabes, hay mucha precariedad, los sueldos son muy bajos y es muy difícil compensar a las personas por esas características.
–Ese compromiso hacia dentro, ¿cree que se tiene con Artesantander desde fuera, desde las instituciones?
–A día el director de Artesantander tiene está como un poco solo, porque los responsables políticos que apoyan la feria están con otros 1000 proyectos. Tienes que tomar tú las decisiones y cuando ya está todo cocido, llamas y les dices: esto es lo que tengo. Es lógico, lo veo correcto. Por otra parte, hay una libertad de trabajo total, puedes tomar las direcciones que quieras, confían en tu profesionalidad. En esos sentidos estoy perfectamente contenta.
–Hablemos de la dirección, ¿hacia dónde se dirige esta año la feria?
–Esta edición va a estar caracterizada por 11 galerías extranjeras: tres italianas, tres alemanas, una francesa, una mexicana y tres portuguesas. Por mucha galería nueva, unas 14, que vienen por primera vez. Y en general la mayoría de los artistas son artistas o jóvenes o de media carrera.
–¿Qué responden esas artistas y galerías jóvenes a la posibilidad de estar aquí?
–Las galerías jóvenes están deseando venir a Santander, porque de alguna manera, Artesantander tiene una función en el sistema artístico español de presentar nuevas galerías; es la feria en la que los galeristas aprenden a trabajar en una feria, a estar con sus colegas, a plantear el stand y a diseñar la comunicación previa a la feria, porque para vender en la feria primero hay que hacer un buen dossier para presentar las obras a los coleccionistas. Todo ese trabajo profesional de galería, de alguna manera en Artesantander es muy fácil hacerlo por primera vez.
–¿Cuál sería para usted un balance positivo?
–Balance positivo es que la feria ha mejorado la calidad de lo que expone, creo que las galerías han mejorado, hay más diversidad y más calidad y hay 120 artistas entre todos los proyectos que presentamos. Y la feria es divertida, porque hay muchas cosas muy diferentes y venir a a verlas va a mantener entretenidas a las personas, les va a sorprender y les va a entretener. La feria es como un centro comercial de lujo, donde los galeristas están deseando explicar aquello que llame la atención. Y además, gratis
Pascaline Zavo Invisible
«En una feria es fundamental el feedback de la gente y claro, vender»
Entusiasta y en perfecto español, Pascaline Zavo detalla que está será su primera vez en una feria española.
–¿Qué distingue a su espacio?
–Trabajo con obras libres. Utilizo muy poco las obras sobre lienzo y cosas así. Sobre todo son telas, papeles o dibujos. Esta es mi especialización.
–¿Y cómo encuentra a los artistas a partir de ese criterio?
–Es fácil, la verdad, sobre todo en Francia donde tenemos un movimiento histórico que se llamaba Surface cuyo centro era sacar las cosas del marco y darles libertad. Hay mucha gente que lo sigue y trabaja de ese modo, muy libre con obras que se cuelgan con dos pinzas o un imán, muy sencillas.
–Ese movimiento data de los 60. ¿Cómo se recibe en el mercado actual?
–Siempre he estado en ferias especializadas en dibujo porque presentaba el mismo artista que voy a presentar en Arte Santander, que trabaja sobre papel y sobre tela con bolígrafo, pero en Bruselas o Lisboa, el público reaccionó muy bien.
–¿Por qué participa este año en Artesantander?
–Primero porque es una feria española, que jamás he hecho ninguna, es la primera. Y segundo, porque estuve con la directora en Lisboa, me habló de la feria y me animé a participar. Estaré también en una presentación.
–¿Y por qué ha elegido a Olivier Gruber como Solo Project?
–Es el artista con el que más trabajo; hemos hecho exposiciones en centros de arte, en ferias de dibujo en Francia, los fondos regionales han adquirido mucha obra suya y tenemos mucha visibilidad internacional, con un precio correcto.
–¿Cuál sería para usted un buen balance de esta primera experiencia en Cantabria?
–Tener visibilidad con un público que sea diferente del que hemos tenido hasta ahora y ver cómo se posiciona la gente cuando está enfrente de este tipo de obras que son muy atípicas, la verdad, porque es un dibujo muy libre, muy imaginativo, que podría parecer como un poco infantil. Es un trabajo muy diferente de lo que se ve a menudo. Es fundamental el feedback de la gente, y luego, claro, vender.
Edu Carrillo Galería VETA
«El coleccionismo tiene cierto punto de juego, para lo bueno y para lo malo»
Para Edu Carrillo, mostrar el trabajo de los dos últimos años en la ciudad donde nació y vive su familia es «una gran oportunidad». Más haciéndolo de la mano del galerista Fer Francés, también cántabro y acompañado de Matías Sánchez Martín.
–¿Cree que las ferias siguen siendo un buen termómetro para medir lo que está pasando en el arte contemporáneo?
–Las ferias aportan algo de información, sobre todo en el aspecto económico, y son una gran oportunidad para ver la obra de muchos artistas contemporáneos en un solo espacio. Pero hay mucho más, y esto ocurre en los estudios de los artistas, en las exposiciones en galerías e instituciones, etc.
–¿Nota un mayor interés por parte del coleccionismo joven?
–Creo que no es el mejor momento para el mercado del arte contemporáneo en general, pero es algo que ya hemos visto que fluctúa a lo largo de la historia. Sí que he observado que aparecen colecciones nuevas y que empiezan desde abajo, con artistas emergentes, y que tienen hambre e ilusión de tener una colección de calidad, aunque muchas se quedan por el camino. El coleccionismo tiene un cierto punto de juego, para lo bueno y para lo malo.
–¿Qué papel considera que juegan las galerías como VETA en la proyección de artistas emergentes o de media carrera?
–Encontrar mi nombre rodeado de artistas de talla internacional, como Jorge Galindo, Cristina Lama, Alex Becerra, o el mismo Matías Sánchez creo que es algo increíble. VETA tiene una de las mejores listas de artistas representados de este país y para los artistas emergentes o de media carrera es una gran oportunidad.
–¿Qué expectativas tienes ante esta edición?
–Siempre es interesante esa primera vuelta a la feria, ver los proyectos que han preparado las galerías y tener la oportunidad de ver en directo alguna pieza de algún artista que lleve tiempo en tu radar. Y me gusta que la entrada a la feria sea libre dando oportunidad a más gente de conocerla.
Susana Reberdito Galería Monica Ruppert
«Son tiempos de cambio y experimentación en el arte, hay que reinventarse»
Nacida en Donosti y criada en Santander, parte de la formación de Susana Reberdito pasó por los estudios de Esteban de la Foz y Xesús Vázquez. Ahora, desde Frankfurt, recala en la feria cántabra con obra de sus últimas series.
– ¿Cómo valora el momento actual del mercado del arte contemporáneo en España, especialmente para artistas con una trayectoria consolidada?
–Difícil, complicado. Los tiempos no son de bonanza precisamente, sino de cambio, de experimentación. Y ¿por qué no? Hay que reciclarse, reinventarse. «Hay que ser absolutamente modernos», como decía el poeta Arthur Rimbaud.
–¿Qué papel cree que deben tener las ferias como Artesantander dentro del ecosistema artístico?
–Las ferias son siempre ocasiones de encuentro, de dialogo, de intercambio. Mas entre galeristas y gestores que para los artistas.
–¿Sirven realmente como plataformas de visibilidad?
–Sí claro, exponer siempre te hace visible.
–¿Y en su caso, que espera?
–Me interesa ver cómo interacciona mi trabajo en el contexto de la feria y con las otras propuestas. También me interesaría que la obra encuentre espacios donde pueda tener una vida mas allá de la feria, ya sea en colecciones institucionales o en otros contextos de diálogo.
–Su trabajo siempre ha tenido una carga poética y simbólica muy fuerte. ¿De qué manera se refleja esto en las piezas que muestra en la feria?
–La interpretación de cada obra es siempre privilegio del espectador. Cada cuadro surge en un momento emocional que puede estar muy lejos de la lectura que haga cada visitante al contemplar el cuadro. La serie 'The Tempest' responde a cuadros pintados directamente durante y tras la pandemia, donde la angustia ante la amenaza exterior provoca una desazón general. Mientras que la marina titulada 'Window to the Sea' a mí me habla de nostalgia, de alejamiento… pero al que lo contempla, igual le habla de verano, de calor de vacaciones…Es todo subjetivo.
Pablo Montalbán Turner Editorial
«Los libros de arte son un registro de la obra que permanece para siempre»
Quietud en movimiento', de Claudia Joskowicz, 'El paraíso es un lugar en la tierra', una monografía de Raúl Cordero, caricatura con el libro sobre Julio Larraz o grabado con la cubana Belkis Ayón, son algunas de las propuestas que Turner presenta en Artesantander dentro de su línea Editorial, como detalla Pablo Montalbán.
–En el contexto del mercado del arte actual, ¿qué papel juegan los libros de arte para coleccionistas, galerías y ferias?
–Los libros de arte son un registro de las obras de un artista, de una colección, o de una exposición o performance. Al quedar en el libro permanece siempre. Pero además de eso, expande la propuesta artística con ideas a través de ensayos o entrevistas con los artistas. Para la mayoría de artistas, sus libros son un CV, una carta de presentación para seguir su recorrido y darse a conocer. También son objetos de colección, por la edición cuidada y por el propio contenido.
–¿Qué buscan transmitir a los visitantes y profesionales?
–Nos pone muy felices estar en Arte Santander este año. Queremos conectarnos con el sector del arte actual, reforzar amistades y hacer otras nuevas. Establecer nuevos lazos de comunicación y colaboraciones. Turner siempre se ha conocido en España por su línea de ensayo, pero a los que les gusta el arte, sí que nos conocen por esa vertiente, que es un pilar fuerte en la editorial. Pese a que el sector como negocio es difícil de mantener a flote, nosotros seguimos aquí con ganas de hacer nuevos proyectos y continuar. También queremos transmitir la calidad de los libros, sus acabados, la profesionalidad de su equipo, y al final, años de experiencia y ejemplos que avalan estos valores.
–¿Cómo equilibran la rigurosidad visual y crítica con la accesibilidad?
– Editamos los textos para hacerlos accesibles de la mano de los autores, y cuidamos el diseño para que sea entendible. La accesibilidad viene también en el precio de venta al público, intentando que los precios no sean muy altos a pesar de que el coste de estos libros es elevado.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión