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Diario

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En 'Contentamiento de haber nacido', que reúne apuntes diarísticos escritos entre 2016 y 2019 predomina el narrador que se asombra ante la inagotable maravilla de lo cotidiano

Viernes, 2 de mayo 2025, 09:21

Decía Ortega que las ideas se tienen y en las creencias se está. Por eso entre ideas distintas puede haber debate, pero entre creencias diferentes solo cabe el respeto mutuo o la confrontación. Enrique García-Máiquez es, por un lado, en conferencias y artículos periodísticos, uno de los más diligentes e inteligentes ideólogos del conservadurismo español, del integrismo religioso, y por otro uno de los más destacados escritores contemporáneos. La convivencia de las dos facetas no resulta fácil. Como poeta, como prosista ocurrente y certero, se dirige a todos; como político y como activo militante de una determinada fe religiosa, solo a una facción.

La obra

  • Titulo Contentamiento de haber nacido (2016-2019)

  • Autor Enrique García-Máiquez

  • Editorial Homo Legens. Madrid, 2025.

En 'Contentamiento de haber nacido', que reúne apuntes diarísticos escritos entre 2016 y 2019 predomina el escritor que se asombra ante la inagotable maravilla de ... lo cotidiano y al que a menudo le basta un haiku (o una tanka) para dejar constancia de ese asombro. Con esos breves poemas, que tienen a la luna muy a menudo como protagonista, y el marco en prosa que los acompaña y que sitúa su origen en una situación concreta, podía formarse un libro en la estela de las Sendas de Oku, aunque esas sendas sean la autovía del Sur, la AT4, tan frecuentemente mencionada, o los viajes en tren. Pero junto a esas síntesis líricas hay otro libro en este libro: una crónica familiar que tiene escasos parangones en las letras españolas. Buena parte de estas páginas glosan las ocurrencia de los hijos de autor, esas genialidades infantiles que tanta gracia hacen a padres y abuelos, pero que aburren un poco a los amigos y conocidos. Enrique García-Máiquez consigue el milagro de convertirlas en perdurable literatura. Y de no cansarnos tampoco con las burlas y veras del perfecto amor conyugal. Le ayuda a ello el no tomarse a sí mismo demasiado en serio: la auto ironía es un arte que domina a la perfección. A la crónica familiar, se añaden las incidencias de su trabajo como profesor de enseñanzas medias. Un buen ejemplo de ellas: 'Estar en la honda', con su característico juego de palabras ya en el título.

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